Isabel, Francisco y Valle, los tres diputados que evitan la moción en Murcia y rompen Ciudadanos
Los protagonistas formaron parte de la anterior cúpula que lideraba el partido en la Región hasta que entró una gestora.
12 marzo, 2021 14:19Noticias relacionadas
"Quien a hierro mata, a hierro muere". Este viernes, un militante que está en Ciudadanos desde sus inicios en la Región de Murcia, donde ha ostentado cargos -uno de ellos todavía en vigor-, hacía esta reflexión para EL ESPAÑOL.
Sus palabras responden a la decisión de los tres diputados de Cs dispuestos a hacer el remake murciano del tamayazo, y que este 12 de marzo de 2021 ha pasado a las hemerotecas de la política regional como el francazo.
Tal y como adelantó hoy EL ESPAÑOL, dos diputados regionales de Ciudadanos no estaban a favor de apoyar la moción de censura con el PSOE para sacar del Gobierno regional al Partido Popular. Y había otros dos que estaban dudosos.
En el PP habían designado a Joaquín Segado y a Enrique Ujaldón para negociar de forma soterrada con ellos, con el objetivo de lograr finalmente que tres de los seis diputados regionales de Cs no apoyasen la moción que acabaría con la presidencia de Fernando López Miras.
Las negociaciones han fructificado: los protagonistas son Isabel Franco, Francisco Álvarez y Valle Miguélez. Los tres formaron parte de la anterior cúpula que lideraba el partido en la Región de Murcia hasta que entró una gestora, por la investigación judicial del voto telemático de las primarias previas a las autonómicas de 2019.
Venganza
Después de aquello, la dirección nacional designó a Ana Martínez Vidal como coordinadora, que optó por defenestrarlos orgánicamente. Hoy la venganza se ha consumado. Martínez Vidal se queda sin apoyos suficientes para sacar adelante la moción de censura con el PSOE.
La principal protagonista del vuelco de la moción de censura es Isabel Franco, vicepresidenta del Gobierno regional, y que fue cabeza de lista de Ciudadanos en las elecciones autonómicas de 2019.
Su alta en la militancia de Cs la realizó en el municipio de Alcantarilla, y el primer cargo orgánico que tuvo en el partido fue el de secretaria de Comunicación porque es periodista -regenta una agencia de comunicación-.
Cuando tuvieron lugar las elecciones autonómicas, Franco siempre quiso pactar con el secretario general del PSOE, Diego Conesa, como vencedor de los comicios, pero la dirección de Cs optó por apoyar al popular Fernando López Miras, y Franco acató la orden con disciplina.
Durante la legislatura ha habido feeling político entre la vicepresidenta, Isabel Franco, y el presidente murciano. Tanto, que López Miras no ha accedido en ningún momento a las presiones de la consejera de Empresa y portavoz del Gobierno, Ana Martínez Vidal, de cesar a su vicepresidenta.
Martínez Vidal, como coordinadora de Ciudadanos, llegó a proponer a López Miras una reforma del Estatuto del presidente que le permitiese volver a presentarse a los comicios autonómicos. El caramelo no coló y a partir de ese momento comenzó un tira y afloja entre Ana Martínez Vidal e Isabel Franco.
La coordinadora territorial de Ciudadanos había dejado sin competencias orgánicas a Isabel Franco, pero no lograba echarla del Gobierno regional para hacerse con su vicepresidencia. Martínez Vidal vio que era imposible acceder al segundo escalón del Ejecutivo y la crisis que generó el escándalo de las vacunas en el pacto de Gobierno fue la guinda que la impulsó a cerrar una moción de censura con el PSOE para desalojar al PP.
Esa moción era el inicio del ‘francazo’ que ha sepultado políticamente a Martínez Vidal. El presidente regional, Fernando López Miras, no cesó a Isabel Franco, la dejó como vicepresidenta del Gobierno porque fue la antigua cabeza de lista de Ciudadanos y la llave para darle la vuelta a la moción de censura en el seno del partido naranja.
A partir de ese momento, el PP ha negociado con los diputados de la formación naranja descontentos con la moción porque sostenían que en plena pandemia de coronavirus no era el momento de cambiar de socio en el Gobierno autonómico. Y ahí aparecen los otros dos protagonistas de la versión murciana del ‘Tamayazo’. El primero es Francisco Álvarez, diputado regional de Ciudadanos y que es amigo personal de la vicepresidenta, Isabel Franco.
La puntilla
Francisco Álvarez lleva más de dos décadas trabajando para ElPozo como jefe de ventas: primero fue delegado en Madrid y después en la zona del Levante. Había militado en el PP, pero se dio de baja y, en las vísperas de las elecciones municipales de 2011, junto a otros exmilitantes populares, lideró en Alcantarilla la constitución del partido Centro Democrático Liberal (CDL) con el que obtuvo tres ediles.
Antes de que concluyese el mandato en 2015, el entonces líder de CDL fue fichado por Ciudadanos como cabeza de lista en Alcantarilla para los siguientes comicios municipales. Álvarez logró cuatro concejales.
El resultado le valió el apoyo de la dirección nacional que en ese momento lideraba Albert Rivera y que situó a Álvarez como secretario de acción institucional. En 2019 continuó su progresión en Cs formando parte de la candidatura autonómica que lideró su amiga personal: la periodista Isabel Franco.
La tercera protagonista del francazo es Valle Miguélez. Trabajadora del sector privado, vinculado con la actividad inmobiliaria, llegó en 2015 a Ciudadanos de la mano de Mario Gómez, el actual primer teniente de alcalde en el Ayuntamiento de Murcia y líder de la agrupación naranja en la capital murciana. El primer cargo que obtuvo fue el de secretaria regional de Organización de Ciudadanos en la Región.
Hoy la vieja cúpula de Ciudadanos le ha asestado la puntilla a las aspiraciones políticas de Martínez Vidal para alcanzar la presidencia del Gobierno regional en coalición con el PSOE. Y quien sabe si también, si con su decisión rompen también el partido a nivel nacional.