"Lucha de panteras" en la tragicomedia murciana: un guion para Berlanga
EL ESPAÑOL desvela conversaciones de los protagonistas de la doble moción de censura de Ciudadanos y PSOE al Gobierno regional y el Ayuntamiento de Murcia
14 marzo, 2021 01:44Jueves por la mañana. Por el paseo de Alfonso X El Sabio -conocido popularmente como 'tontódromo'- avanza marcando pechamen y con paso firme el líder de Vox, Santiago Abascal, para comparecer ante los medios de comunicación en la Plaza Cardenal Belluga con un objetivo: cargar contra la doble moción de censura de PSOE y Ciudadanos (Cs) para echar al PP de la Comunidad Autónoma y del Ayuntamiento de Murcia.
De camino a la Catedral, como en la película Bienvenido Mr. Marshall, los vecinos que ven a Abascal comienzan a movilizarse, pero no al grito de '¡Qué vienen los americanos!', sino de '¡Viva España!'. En plena pandemia, mil personas asisten a la rueda de prensa del partido de ultraderecha: ni Covid ni distancia de seguridad ni 'ná'.
La Policía Nacional se presenta en la Plaza Cardenal Belluga para hacer un informe fotográfico, que luego formará parte del expediente sancionador que la Delegación del Gobierno le abre a Vox. Luis Gestoso, diputado nacional del partido de Abascal, es entrevistado por Onda Regional después de que la formación de ultraderecha haya sido expedientada y responde esto: "No me pueden contar milongas de que hemos convocado un acto como el del 8-M, porque, perdóneme que se lo diga así, si Vox convoca un acto van 25.000 personas. Y allí apenas han ido mil vecinos porque ha sido algo espontáneo y porque la gente está hasta el gorro de ver asaltar los gobiernos regionales por parte de la izquierda cuando nadie los votó".
Esa afirmación es en realidad una 'fake news': el socialista Diego Conesa fue quien ganó las elecciones autonómicas de 2019. Otra cosa es que los murcianos estuviesen a favor o en contra de la moción. Lo que quedó claro es que los asistentes a Belluga no estaban a favor de Conesa y además infringieron las restricciones sanitarias con el beneplácito del Ayuntamiento de Murcia, que autorizó la rueda de prensa de Abascal.
Tal secuencia de hechos no forma parte de una película, sino de los acontecimientos ocurridos desde que el miércoles PSOE y Ciudadanos presentaran una moción de censura en la Asamblea Regional de Murcia, causando un terremoto político en toda España.
Este viernes se vivió el punto álgido de esta tragicomedia política, cuando tres diputados naranjas se marcaron un 'tamayazo', al anunciar que votarían en contra de la moción. Otro bombazo político en apenas 48 horas. Un guion disparatado que habría comprado el difunto director Luis García-Berlanga.
Prólogo de la tragicomedia. Mayo de 2019. Las elecciones las gana el candidato socialista, Diego Conesa. Por primera vez en 24 años el PSOE se impone al PP. La candidata de Ciudadanos, Isabel Franco, quería pactar con Conesa. Algo lógico a tenor del mensaje que lanzó Inés Arrimadas en un mitin celebrado en la Plaza Cardenal Belluga en la campaña electoral: "¿Os imagináis ahora 28 años gobernando los mismos en la Región? Yo creo sinceramente que no os merecéis que las noticias que llegan de Murcia sean las noticias de corrupción y los casos de corrupción del PP".
Eso fue lo que dijo Arrimadas, sin embargo, la dirección nacional del partido hizo lo contrario. Y la cabeza de lista naranja, Isabel Franco, tuvo que pactar con el candidato del Partido Popular (PP), Fernando López Miras. Nacía el Gobierno de coalición PP-Cs. Entre bambalinas aguardaba un papel que interpretar en el reparto: la número 3 en la lista de Ciudadanos, Ana Martínez Vidal. El papel que le dieron fue de protagonista: la nombraron portavoz y consejera de Empresa.
Tenía pasado como edil del PP en el Ayuntamiento de Murcia, así que empezaba con buen pie con el presidente regional, el popular López Miras. La vicepresidenta, Isabel Franco, en cambio, tenía una relación fría con López Miras por haber querido negociar con el socialista Diego Conesa.
"Desde el principio de la legislatura no existía trato entre Isabel Franco y Ana Martínez Vidal: había una lucha de poder". La que habla es una fuente que no se puede desvelar porque conoce las intrigas del Palacio de San Esteban. "El trato entre ellas siempre ha sido seco y frío", corrobora otra fuente palaciega de peso.
Conforme avanzó el mandato la relación de la portavoz y de la vicepresidenta con el presidente evolucionó en direcciones distintas, como si de una de las canciones del dúo argentino Pimpinela se tratara: "Ana se llevaba bien con Fernando hasta que la nombraron coordinadora regional de Ciudadanos, pero el caso de Isabel fue distinto porque al principio había tensión con Fernando y luego afinidad". Fin del prólogo.
Primer acto: aquí se vacuna hasta el obispo. Durante toda la legislatura el PSOE no ha perdido la esperanza de no dejar caer en saco roto su histórica victoria en las urnas y hacer valer sus 17 diputados en la Asamblea Regional. El objetivo lógico como formación política era tratar de buscar una grieta en el pacto de gobernanza: PP y Cs -con Vox como ama de llaves-.
"Un día salió el tema de la moción de censura hablando con Ciudadanos”, comenta un alto cargo del Partido Socialista. Tampoco se desvela su identidad, pero asegura que durante el mes de diciembre de 2020 se produjo esa conversación informal, donde se dejó caer el globo sonda de la moción.
Fecha clave. Miércoles 20 de enero 2021. El consejero Villegas comparece a primera hora de la mañana en la Asamblea para defender que se vacunó porque era médico y no piensa dimitir. Pasan las horas y cada vez es mayor el número de altos cargos del PP en la Consejería de Salud que se han vacunado, incluida su esposa.
Esa misma tarde, Villegas vuelve a comparecer y anuncia su renuncia mientras rompe a llorar. Pasan los días y el goteo de vacunados indebidamente no cesa. Hasta el obispo de Cartagena, José Manuel Lorca Planes, se había saltado la 'cola' para inocularse una dosis contra el coronavirus (y no fue por mandato divino).
"La conversarión sobre la moción de censura se retomó con Ciudadanos con la vacunación fuera del calendario del consejero de Salud y su cese".
Paralelamente, la coordinadora autonómica de Cs, Ana Martínez Vidal, a la sazón, consejera de Empresa y portavoz del Gobierno regional, no paraba de presionar al presidente, Fernando López Miras, para que remodelase el Ejecutivo cesando a la vicepresidenta, Isabel Franco. Primero, aprovechando las ruedas de prensa del Consejo de Gobierno para ejercer de portavoz/opositora pidiendo cambios. Después, con un caramelo político: Cs presentó en la Asamblea Regional una reforma de la ley del Estatuto del Presidente que permitiría a López Miras presentarse a los próximos comicios autonómicos.
A pesar de todo, el presidente López Miras (PP) no cesaba a la vicepresidenta Franco (Cs). Y fuentes palaciegas de peso ejemplifican cómo era el ambiente que había en San Esteban en las últimas semanas.
- Confidente A: La tensión se podía cortar con un cuchillo. Ana Martínez Vidal aireaba los conflictos en cada rueda de prensa. Íbamos a sorpresa diaria y de camino al precipicio. No se podía trabajar porque la situación era angustiosa.
- Confidente B: Ana Martínez Vidal siempre ha querido ser vicepresidenta a toda costa. Ha sido un año y medio de infierno, midiendo cada cosa al milímetro, hasta el punto de estar con una esquizofrenia de ver a qué le dabas un 'like' o qué retuiteabas. Porque había quejas continuas de ella al presidente. Si tú le dabas un 'like' al mensaje de uno u otro consejero, alguien del Gabinete de Ana llamaba para decir que eso era una deslealtad. Era una cosa brutal.
La lucha de poder en el seno del Gobierno regional era pública y notoria. Ana Martínez Vidal, portavoz del Ejecutivo y coordinadora de Ciudadanos, quería a toda costa el cese de su compañera de partido y vicepresidenta, Isabel Franco. En aquel momento, algunos miembros del PSOE ironizaban con el asunto al que asistían como meros espectadores. Para muestra un botón: una charla de este diario con un cargo electo socialista:
- Periodista: Está el patio revuelto.
- Cargo electo del PSOE: Muuucho... Lucha de panteras, pero gana la albina.
Segundo acto: llamadas a Pedro Sánchez. El escándalo de las vacunas salpicó al concejal de Salud en el Ayuntamiento de Murcia, Felipe Coello (PP). Otro médico en excedencia que se saltaba el calendario. Todo ello mientras Ana Martínez Vidal seguía presionando a Fernando López Miras para que cesara a Isabel Franco. "No se puede hacer una remodelación por un capricho", tal y como se quejaba por aquellas fechas un alto cargo autonómico en conversación teléfonica con EL ESPAÑOL -mientras regresaba en coche oficial de un acto-.
"Ana está dejando muchos muertos por el camino y al final los muertos se levantan", vaticinaba este cargo sobre las consecuencias del nivel de exigencia de la portavoz del Gobierno regional, por cuyo departamento habían pasado tres secretarios generales, tres jefes de Prensa y dos jefes de Gabinete. "¡Hasta ha cambiado dos veces de chófer!".
El panorama era infumable y comenzaron las llamadas de Murcia a Madrid de todos los colores políticos. Ni el mismísimo humorista Miguel Gila, con su característico teléfono rojo, habría dado abasto para atender tantos frentes desde tantas trincheras. Hubo conversaciones al más alto nivel, incluido el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
"En Madrid nos dieron libertad para negociar", afirmaban con rotundidad esta semana dos pesos pesados de la calle Princesa: lugar donde se ubica la sede del PSOE en Murcia.
"Nosotros hemos estado en contacto directo con José Luis Ábalos (secretario de Organización del PSOE), Félix Bolaños (secretario general de la Presidencia), Santos Cerdán, secretario de Coordinación Territorial, y también, en algún momento, se ha informado al presidente, Pedro Sánchez, y él, en ningún caso, estuvo en contra de nuestra opinión, entendía que la moción de censura era una posibilidad democrática, él también sabía la situación de corrupción en esta región que nos está envenenando y en un momento dado se creyó conveniente poner en marcha la moción".
Tanto Moncloa como Ferraz autorizaron el vuelco político al PP.
En Ciudadanos, otra fuente corroboraba el tráfico de llamadas: "Había conversaciones entre Inés Arrimadas y Carlos Cuadrado y entre José Luis Ábalos y Pedro Sánchez, porque a Podemos lo llamaron para los postres". Hubo fumata blanca en Madrid para hacer una doble moción de censura en la Comunidad Autónoma y el Ayuntamiento de Murcia. Y efectivamente: se contó en ambos casos con el voto anexo de los diputados y ediles morados de la formación que lidera el vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias.
Tercer acto: ¿Cena con Cuadrado? Este martes, el vicesecretario general de Cs, Carlos Cuadrado, se desplazó a Centrofama: la sede de Ciudadanos en Murcia. La vicepresidenta, Isabel Franco, y el diputado Francisco Álvarez fueron citados. Pensaban que iban a cenar con Cuadrado porque siempe eran las voces más críticas de la formación y el vicesecretario les pediría que arrimasen el ascua a la coordinadora autonómica, Ana Martínez Vidal. "A Isabel Franco la tuvo que llamar Inés Arrimadas porque no quería ir a la sede: estaba harta de que la machacaran", detalla una fuente naranja.
Cuando finalmente llegaron a Centrofama el diputado y la vicepresidenta se quedaron ojipláticos ante el motivo de la cita. No era una cena, sino firmar una doble moción de censura en la Comunidad Autónoma y en el Ayuntamiento de Murcia. El menú de la velada era el PP.
El texto estaba cocinado desde Madrid, con los nombres de los diputados que sólo debían plasmar su rúbrica: Ana Martínez Vidal, Alberto Castillo, Juanjo Molina, Valle Miguélez, Isabel Franco y Francisco Álvarez. El mismo documento se lo entregaron a los cuatro concejales naranjas en el Consistorio: Mario Gómez, Juan Fernando Hernández, Paqui Pérez y Pedro José García Rex. El aluvión de reproches al vicesecretario general de Cs no se hizo esperar.
- Una fuente naranja resume la reunión: Valle Miguélez le dijo a Carlos Cuadrado que no se fiaba de la mitad de la cuadrilla. A Isabel no le salía la voz del cuerpo. Mario Gómez se negó a firmar porque él quería ser el alcalde de Murcia, no vicealcalde, y la gente trató de convencer a Cuadrado de que el Ayuntamiento debía ser de Mario.
En varias ocasiones interrumpieron a Cuadrado para decirle que esto lo tendrían que haber hecho en 2019 tras las eleccines autonómicas y que la sociedad murciana no demandaba un cambio por el escándalo de las vacunas. La reunión fue una encerrona y toda la gente que asistió sabía que esto iba a ser un bombazo en España.
Carlos Cuadrado hizo oídos sordos a la críticas: todos los diputados y concejales acabaron firmando. De la rúbrica se dio traslado a Inés Arrimadas. Como era de esperar, nada más terminar la reunión, uno de los asistentes actuó de soplón: informó al presidente regional, Fernando López Miras, de que le iban a presentar una moción de censura. A esas horas, el jefe del Ejecutivo no podía desplazarse a la sede del PP a movilizar a sus huestes porque incumpliría el toque de queda.
"Fernando llamó a Pablo Casaso y a Teodoro García Egea", según una fuente del PP. "No dijo nada al resto de miembros del Consejo de Gobierno". La noche la pasó en vela planificando la estrategia con los líderes de Génova.
Cuarto acto. El WhatsApp estalla. Primera hora de la mañana del miércoles en Cartagena. Por los pasillos de la Asamblea Regional caminan los diputados socialistas, Francisco Lucas y Carmina Fernández, junto al parlamentario de Cs Juanjo Molina, mientras les sigue un miembro del personal de confianza de los díscolos de Vox, móvil en mano, para grabarles y difundir el vídeo por las redes sociales con la intención de hacer público que van a registrar una moción de censura.
En el pasillo se agolpan los medios gráficos y periodistas a pesar de la pandemia. "¡Por favor, que hay mucha gente, vamos a hacer dos turnos, que la funcionaria no tiene la culpa!", clama una mujer. Y no le falta razón: en el despacho hay más gente que en el camarote de los hermanos Marx.
Al otro lado del Puerto de la Cadena, en el Palacio de San Esteban de Murcia, el presidente regional, el popular Fernando López Miras, todavía no le ha dicho lo que pasa a los miembros del PP en el Consejo de Gobierno. No hace falta. A las 10.20 horas un consejero recibe un WhatsApp de un amigo en el que le hace una pregunta que le resulta extraña: 'Oye, ¿Qué está pasando en el Gobierno?'
Este alto cargo, no entiende la pregunta, pero se mete en un digital a través de su móvil y se queda petrificado al ver que Ciudadanos y PSOE han presentado una moción al PP para sacarlo del Gobierno regional después de un cuarto de siglo. La primera reacción de este consejero, según ha podido saber EL ESPAÑOL, es contar a sus compañeros lo que está pasando y envía un mensaje al grupo de WhatsApp de consejeros. Las respuestas de incredulidad fueron un auténtico 'tsunami':
- WhatsApp grupos de consejeros del PP: ¿Lo de la moción va en serio?
- WhatsApp grupos de consejeros del PP: ¿De dónde sale esa información?
- WhatsApp grupos de consejeros del PP: ¿Pero es Ayuntamiento o Comunidad?
- WhatsApp grupos de consejeros del PP: Me va a dar un infarto.
El asunto sigue corriendo como la pólvora y salta de nivel en WhatsApp: pasa al grupo de consejeros autonómicos del PP que gestionan una misma área (que no vamos a desvelar para no comprometer a la fuente). Esta es la parte de la conversación que no tiene desperdicio:
- WhatsApp de consejeros autonómicos del PP: Madre mía, la que se está liando en Murcia. Mucho ánimo.
- WhatsApp de consejeros autonómicos del PP. Responde uno de Murcia: Ojo, que esto es muy serio y vais detrás vosotros. Ir pensando en preparar de manera urgente la convocatoria de elecciones porque después de Murcia va Madrid y Andalucía. Si es un movimiento de Moncloa vais todos detrás (sic).
Quinto acto. El 'tamayazo murciano'. El Partido Popular se resiste a perder la Comunidad Autónoma y designa a dos fontaneros para hacer negociaciones de manera soterrada con los diputados de Ciudadanos: si tres de sus seis parlamentarios no votan a favor de la moción de censura se viene abajo la iniciativa de naranjas y socialistas.
Los nombres designados para la gran misión son: Joaquín Segado, portavoz del Grupo Parlamentario Popular, y Enrique Ujaldón, secretario general de la Consejería de Fomento e Infraestructuras. A la batuta: Fernando López Miras. "Esto lo ha llevado personalmente el presidente", resalta una fuente popular.
De hecho, López Miras tiró de estrategia nada más ser presentada la moción, al cesar a los miembros de su Consejo de Gobierno que ostentaban cargos orgánicos en Ciudadanos: la portavoz del Ejecutivo, Ana Martínez Vidal, y el consejero de Transparencia, José Gabriel Sánchez Torregrosa. Y dejó como vicepresidenta a Isabel Franco, miltante de Ciudadanos y que fue la cabeza de lista naranja a las elecciones autonómicas de 2019: López Miras sabía que tenía tirón entre los diputados de Cs y que además se llevaba a matar con Martínez Vidal.
Otra que se llevaba fatal con Ana Martínez Vidal es Valle Miguélez, la que antaño ostentó el cargo de secretaria regional de Organización de Ciudadanos en la Región, pero que fue degradada por Martínez Vidal cuando la dirección nacional del partido la nombró coordinadora autonómica. Miguélez acabó de vocal. "Ana la ninguneaba", resume un confidente naranja.
Una fuente popular asegura que entre el miércoles y el jueves, hubo una conversación entre el presidente regional y la vicepresidenta. El jueves se intensificaron las negociaciones populares y naranjas para lograr que se gestara el 'francazo': la versión murciana del 'tamayazo'. Isabel Franco iba a revelarse contra Martínez Vidal y había tres diputados de su partido dudosos: con convencer a dos, sobraba.
- EL ESPAÑOL telefoneó este jueves a un parlamentario ‘X’ de Ciudadanos para saber si habría 'tamayazo' y está fue la conversación: De ti para mí, ni me nombres, o me remito a los postulados del partido y a tomar por saco. De momento, y a día de hoy, no ha habido ningún cambio. Nosotros firmamos la moción de censura y la vamos a apoyar. Otra cosa es lo que pueda pasar en el futuro... A mí, ahora mismo, el PP no me está tocando, pero vamos, no te digo que no lo vayan a hacer.
Durante la madrugada del jueves al viernes los teléfonos ardieron, tal y como asegura otra fuente con cargo electo en Ciudadanos. "Esa noche no durmió nadie porque Isabel Franco no iba a apoyar la moción". Y a la mañana siguiente hubo 'francazo'.
Mientras que Ana Martínez Vidal, coordinadora de Cs, y Diego Conesa, secretario general del PSOE, se desplazaban al Palacio de Guevara de Lorca para hacer una declaración institucional, al Palacio de San Esteban llegaban los protagonistas del 'francazo': los diputados Francisco Álvarez, Valle Miguélez y la vicepresidenta y parlamentaria Isabel Franco.
Martínez Vidal y Conesa comparecieron ante los medios de comunicación a las 11 de la mañana del viernes. Los dos dirigentes dieron a conocer que los equipos de ambas formaciones estaban ya trabajando en el programa de gobierno. Este diario contactó con un alto cargo socialista, a primera hora del viernes, porque el runrún del 'tamayazo' cada vez era mayor, sin embargo, en el PSOE no lo veían viable.
- Periodista: ¿Estáis seguros de que ningún diputado de Ciudadanos se va a salir del pacto?
- Cargo del PSOE que participó en la negociación de la moción de censura: Creo sinceramente que todos van a hacer lo correcto y no habrá nadie que haga ninguna trampa para que no salga esto. Ahora mismo, tengo la confianza plena en todas las personas que representan a Ciudadanos de que van a hacer lo correcto. Eso restaría seriedad a las personas que lo hagan, que lo dudo.
Tan sólo unas horas después, a las 13.30, el presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras, acompañado de la vicepresidenta, Isabel Franco, comparecía en rueda de prensa en el Palacio de San Esteban para anunciar que los diputados naranjas Francisco Álvarez y Valle Miguélez pasaban a formar parte del Ejecutivo como consejeros. Era la consumación del 'remake' murciano del 'tamayazo': el 12 de marzo de 2021 pasaba a la hemeroteca de la política regional como el 'francazo'.
Epílogo de la tragicomedia. El viernes por la tarde ardían los grupos de WhatsApp y Telegram a la misma vez que los protagonistas de ambos frentes, vencedores y traicionados, ofrecían ruedas de prensa o intervenían en los medios, a cada momento, para ofrecer su visión para bien y para mal. Había comentarios gruesos.
En un chat de Ciudadanos corría la ira contra los tránsfugas: #merepugnáis. Lo que habéis hecho no tiene nombre, tiene rentabilidad económica, pero no tiene nombre. #aminomerepresentáis.
En un chat del PSOE criticaban a tumba abierta a los diputados desertores: El PP ha comprado y sobornado a los tres tránsfugas. La Región no se merece tanta putrefacción y corrupción.
En el lado popular un consejero asegura por WhatsApp a EL ESPAÑOL que no daba abasto respondiendo mensajes: "Te puedo decir que he recibido más de 200 mensajes de ánimo y de apoyo, de empresas, asociaciones y funcionarios. Diciendo que menos mal que se ha frenado el tema... Anoche hasta las 2 de la mañana sólo respondiéndoles y dándoles las gracias".
Era el background de una moción de censura, convertida en tragicomedia política, que todavía deparaba más capítulos surrealistas. En ese viernes del 'tamayazo' se convocó una concentración para ir por la tarde a protestar por lo sucedido en la sede de Ciudadanos: no fueron ni diez personas. Literal.
Esa misma tarde Ana Martínez Vidal, coordinadora naranja, hizo un ofrecimiento a la desesperada a los tres diputados díscolos de Vox para que votasen a favor de la moción de censura con el PSOE y Podemos. La semana próxima se sabrá qué pasa.
- La pregunta que ahora se formula toda España es esta: ¿Votarán los parlamentarios expulsados de Vox a favor de desalojar al PP del Gobierno?
- Acho esto es Murcia: 'Impossible is nothing'.