Ocho agraviados por el 'procés' que no podrán pasar página por los indultos.

Ocho agraviados por el 'procés' que no podrán "pasar página" por los indultos. Lina Smith

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Ocho que no "pasarán página" por los indultos: de Llarena a la funcionaria que salió por el tejado

Las medida de gracia del Gobierno supone un revés para muchos constitucionalistas que han dado la cara en los años duros del 'procés'.

23 junio, 2021 02:57

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El Gobierno ha aprobado los indultos a los líderes separatistas del procés. Este miércoles, cuando se publique en el Boletín Oficial del Estado, los nueve condenados por sedición y malversación serán liberados de la cárcel.

El presidente Sánchez ha argumentado que "es el momento de la política, de pasar página" para justificar la medida de gracia a los sediciosos, que no se arrepienten y que continúan reclamando "amnistía" y "derecho de autodeterminación".

Pero los indultos suponen el agravio, incluso la humillación, de muchos constitucionalistas que han sufrido lo indecible en Cataluña durante años como consecuencia del procés separatista: desde el magistrado Pablo Llarena hasta la secretaria judicial Montserrat del Toro, que hubo de salir del encierro a la que sometieron los radicales nacionalistas por un tejado.

1- Pablo Llarena

Quizá uno de los ejemplos más paradigmáticos de lo que supuso el procés separatista en Cataluña es el del juez instructor Pablo Llarena. Suya es la historia de un acoso asfixiante por parte del sector más radical del independentismo, que se propuso hacerle imposible la vida -personal y profesional-.

Su infierno comenzó el 31 de octubre de 2017, cuando el Tribunal Supremo admitió a trámite la querella de la Fiscalía General del Estado contra la expresidenta del Parlament, Carme Forcadell, y otros cinco exmiembros de la Mesa de la Cámara catalana por "rebelión". Llarena fue designado instructor de la causa. 

El magistrado pasó desde ese momento a estar en el radar del sector más radical del independentismo catalán. Mantener entre rejas a Junqueras, Forcadell y algunos consejeros fueron los escraches le supuso amenazas, ataques a su vivienda (con pintadas que rezaban Llarena fill de puta)... De modo que tuvo que aprender a vivir con escoltas.

El juez Pablo Llarena

El juez Pablo Llarena

El hostigamiento al magistrado llegó al punto de ser acosado en su esfera personal. Así sucedió en julio de 2018, cuando los CDR fueron "de cacería" y "como alimañas" a por Llarena -palabras textuales de uno de los presentes- cuando se encontraba cenando en un restaurante de Gerona.

2- Montserrat del Toro

La escena que protagonizó Montserrat del Toro es una de las más crudas que dejó el procés. La secretaria judicial hubo de salir por el tejado de la Consejería de Economía, en Barcelona, cuando miles de independentistas rodearon el edificio. "Si no podemos salir, que venga el helicóptero", llegó a suplicar.

La funcionaria se encontraba en el edificio para realizar un registro. Llegó a las nueve de la mañana y tuvo que salir pasadas las doce de la noche por la azotea.

Del Toro describió posteriormente ante el tribunal cómo los Mossos se negaron a adoptar medidas de seguridad en las inmediaciones: "Sobre las nueve, cuando todavía estábamos esperando en la planta baja (antes de comenzar los registros), veo que se estaban concentrando muchas personas. Una persona joven se acercó a un guardia civil que estaba custodiando la puerta de acceso, le puso una bandera en la cara y le grita algo; a mí me dio la sensación de que le escupe".

Tuit pixelado del usuario @well086, en el que difunde la imagen de la secretaria judicial del 20S.

Tuit pixelado del usuario @well086, en el que difunde la imagen de la secretaria judicial del 20S. Twitter

Consciente de la notoriedad que había adquirido, y de las posibles represalias, Del Toro pidió testificar con el rostro cubierto en el juicio al procés para así evitar ser reconocida. Por desgracia para ella, el separatismo difundió su foto y su DNI a través de Twitter.

3- La Policía

M. fue uno de los agentes que resultaron gravemente heridos durante los disturbios que se produjeron en Barcelona tras la sentencia del procés, en octubre de 2019. También estuvo desplegado dos años antes durante la celebración del referéndum ilegal. Prefiere no dar su nombre, mantenerse en el anonimato. Desde entonces no ha vuelto a trabajar.

El agente no ha recibido de buen agrado el indulto a los golpistas. "Todo esto me hace daño de verdad. Es injusto y una vergüenza. Nos jugamos la vida, no nos reconocieron las lesiones y ahora esto", lamenta.

En imágenes: los violentos roban el protagonismo a los manifestantes incendiando de nuevo Barcelona

En imágenes: los violentos roban el protagonismo a los manifestantes incendiando de nuevo Barcelona

Su caso recuerda al de Ángel, al que el lanzamiento de un adoquín en la plaza de Urquinaona (Barcelona) le dejó el brazo inutilizado. Pese a las múltiples operaciones, aún no se ha recuperado.

Hace apenas unas semanas, la División de Personal le comunicaba mediante una nota su jubilación al no reunir ya las condiciones físicas necesarias para poder seguir ejerciendo como agente de la Policía. Tiene 45 años.

Para el Sindicato Unificado de Policía (SUP) la concesión de los indultos transmite un claro mensaje: "Impunidad para los que en las jornadas más críticas que se han vivido recientemente en España acosaron, insultaron, apedrearon o agredieron a los policías y guardias civiles que hacían su trabajo".

Mientras tanto, desde Jupol, califican la medida de gracia de "falta de respeto" hacia los agentes. "Deja en el olvido a los agentes de la Policía Nacional que participaron en la llamada Operación Copérnico y en posteriores intervenciones relacionadas con el independentismo catalán".

4- Enric Millo

Enric Millo es considerado todavía por muchos como uno de los grandes damnificados del procés. El delegado del Gobierno en Cataluña durante el referéndum ilegal del 1-O se vio obligado a abandonar la región tras las constantes amenazas recibidas: algunas dirigidas a él; otras, a su mujer y sus dos hijos.

Las consignas amenazantes se sucedían en su barrio, en las redes y en los medios. De hecho, le hicieron una pintada cerca de su casa que su hija se encargó de tunear para transformar en un mensaje de amor, porque la original le deseaba la muerte. A su hijo mayor le escribieron por Facebook para desearle que su padre muriese de un cáncer largo y doloroso. Fueron sólo algunas de las lindezas que hubo de soportar antes de exiliarse a Andalucía.

Enric Millo, exdelegado del Gobierno en Cataluña.

Enric Millo, exdelegado del Gobierno en Cataluña. Efe

En la actualidad, Millo trabaja como secretario general de Acción Exterior de la Junta que preside Juanma Moreno. Cuando vuelve a Cataluña, cuenta, ha de hacerlo con escolta.

5- Mariano Gomá

Mariano Gomá era el presidente de Societat Civil Catalana en 2017, cuando se produjo el golpe separatista. Fue, también, el hombre detrás de la gran manifestación constitucionalista del 8 de octubre de aquel año. "Un espejismo", según relata hoy en día, en el que "el pueblo catalán silencioso y silenciado" se hizo escuchar.

Imagen de la manifestación del 8 de octubre de 2017 en Barcelona.

Imagen de la manifestación del 8 de octubre de 2017 en Barcelona. Barcelona

Ahora mismo siente "una mezcla de indignación y tristeza", pero sobre todo "dolor": "No entiendo que vayan a indultar a esta gente que ha insuflado un dolor insufrible y ha dividido Cataluña".

Gomá siente que el Gobierno de Pedro Sánchez "ha abandonado a la mayoría de catalanes, que no somos independentistas" por conceder unos indultos "que no van a conseguir nada, sólo que sigan sangrando las heridas del procés y haya más violencia".

6- Francisco Oya

Otros de los afectados por los indultos a los sediciosos son los numerosos profesores constitucionalistas que, desde las aulas, han luchado por la neutralidad de la Educación catalana.

Uno de ellos es Francisco Oya, exprofesor de Historia del instituto Joan Boscà de Barcelona al que el Consorcio de Educación le abrió expediente disciplinario por "provocar angustia y disgusto entre las familias de los alumnos", "generar preocupación entre los docentes", " y "hacer comentarios en clase de tono homófobo, sexista y xenófobo", entre otras gruesas acusaciones.

Y todo ello por aportar materiales didácticos complementarios al polémico manual de historia oficial de la asignatura escrito por Agustí Alcoberro, exvicepresidente de la ANC.

El profesor Francisco Oya

El profesor Francisco Oya Francisco Oya

Oya teme ahora que los indultos sólo sirvan para "envalentonar" a un nacionalismo que seguirá actuando como de costumbre: "Se está mandando un mensaje de debilidad para que se vuelva a las andadas".

El profesor hubo de jubilarse anticipadamente el año pasado porque su situación se había vuelto "insostenible": "Me iban a seguir acosando hasta que me jubilara, yo entendí el mensaje y me fui. No tenía la necesidad de seguir pasando por eso".

Desde entonces, Oya preside la Asociación de Profesores por el Bilingüismo, desde donde combate "el coto separatista" en el que se ha convertido la enseñanza catalana: "Hay un sector amplio que representa al 60-70% del profesorado y que promueve manifestaciones, charlas y debates políticos, mientras que se sanciona al 30-40% que no comulga con esas cuestiones".

7- Àlex Serra

El joven catalán Àlex Serra sabe bien lo que significa sufrir la represión nacionalista. No en vano, saltó a la fama cuando denunció que un profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona se refería en sus clases a España como "Estado fascista español", amén de asegurar que "aunque les joda a los subnormales de los fachas, Cataluña es una nación oprimida".

Su denuncia ante el rectorado tuvo consecuencias. El profesor, Jaume Munich, le espetó en mitad de una clase que "era una persona patética". Y todo por formar parte de la entidad joven y constitucionalista S'ha Acabat, que había presentado diversos escritos ante la Junta Electoral en defensa de la neutralidad de la UAB.

Serra recibe ahora los indultos como "una traición más y un abandono flagrante por parte del Gobierno de España a los catalanes constitucionalistas": "En mi caso, soy un joven de 22 años que, con 18, decidió que no podía quedar impasible ante los abusos, amenazas, agresiones y voluntad golpista de los separatistas y decidió dar un paso al frente".

Tras fundar S'ha Acabat y sufrir el hostigamiento en las universidades catalanas, el joven constitucionalista señala que "es indignante, frustrante y humillante" que el Gobierno conceda la medida de gracia a los golpistas, pero cree que "España es mucho más que Pedro Sánchez" y aboga por "convertir esa indignación e ira en esfuerzo para construir una alternativa moderada" y lograr "revertir los efectos del sanchismo en nuestra democracia".

8- Viuda de R. Sunyer

El magistrado catalán Juan Antonio Ramírez Sunyer recibió a título póstumo la cruz distinguida de primera clase de la Orden de San Raimundo de Peñafort, instituida para "premiar el mérito a la Justicia y recompensar hechos distinguidos o servicios relevantes en el campo del Derecho".

Ramírez Sunyer fue reconocido por sus "méritos y circunstancias" durante su etapa como titular del Juzgado de Instrucción número 13 de Barcelona, donde recayó la investigación de los preparativos del referéndum ilegal del 1-O.

El magistrado, fallecido en 2018, investigó concienzudamente la trama política, de funcionarios de la Generalitat y de empresarios implicada en la celebración de la votación independentista que se realizó pese a estar prohibida por el Tribunal Constitucional.

El magistrado Juan Antonio Ramírez./

El magistrado Juan Antonio Ramírez./ Efe

Su investigación fue clave para desentrañar el procés: logró no sólo la intervención del material que se iba a emplear el 1-0, sino que consiguió información esencial sobre las estructuras de estado que el Govern de Carles Puigdemont estaba montando para romper de manera unilateral con el resto de España.

Por todo ello, el separatismo radical no le guarda especial cariño. Su mujer, viuda desde 2018, debe abstenerse de reivindicar públicamente la memoria de su marido y prefiere mantenerse en el anonimato. Una víctima más del procés a la que estos indultos no le ayudan a "pasar página".