Los expertos en sondeos rechazan que el CIS haga estimaciones de voto y le piden "transparencia"

"Las encuestas no valen para nada". Esa es la losa con la que, desde hace años, trabajan los expertos en investigación sociométrica. Un leitmotiv al que se han enfrentado este lunes en una jornada organizada por Insights+Analytics y en la que han participado representantes más prestigiosos del sector.

La mayoría de ellos han coincidido en criticar las estimaciones de voto elaboradas por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Trabajo que, aseguran, no corresponde al organismo que preside José Félix Tezanos y el cual ha errado en sus predicciones durante las últimas jornadas electorales.

Durante un debate con los expertos de CAD3, Instituto DYM, Metroscopia, SocioMétrica y Sigma Dos, la gran mayoría de los ponentes han coincidido en que el instituto que coordina Tezanos no debería realizar estimación de voto.

"Como instituto público, el CIS no se debe de convertir en una encuestadora coyuntural", ha insistido Luciano Miguel, director de estudios del Instituto DYM, con el que han coincidido desde Sigma Dos y SocioMétrica.

Los expertos en investigación y análisis de voto han reiterado que la función del CIS no es monitorizar las elecciones, sino volver a su origen donde su trabajo era decir "cuáles son las estructuras de voto y cómo unos ciudadanos están alineados con un partido u otro".

Las declaraciones de los directores metodológicos sobre el instituto que ahora dirige Tezanos llegan después de varias encuestas erróneas con resultados "que le salen extraños". "Sus datos deberían de tener una transparencia total", han insistido.

Hay que recordar que, durante las elecciones de la Comunidad de Madrid, los artículos publicados por Tezanos y la encuesta preelectoral reflejaban un escenario distinto del que salió de las urnas. Varios partidos políticos y expertos llegaron a acusar a Tezanos de "cocinar" los resultados.

Defensa de la encuesta

Pero, pese a la mala fama que han podido dar los últimos errores del instituto español, los ponentes han defendido el valor "indiscutible" de la encuesta como herramienta de investigación.

De hecho, han criticado que exista una "desconexión de las elites decisorias sobre la realidad social" por culpa de "su desprecio a la demoscópica".

Con las nuevas tecnologías de su lado, han reiterado la importancia de las nuevas herramientas de conteo de datos como el panel (encuestas online). Medio muy defendido por Gonzalo Adán, director técnico de SocioMétrica.

Una técnica que el resto de los ponentes también han asegurado que van a converger con las encuestas telefónicas. Aunque algunas de las empresas, como SocioMétrica, ya sólo usan panel y han eliminado de sus trabajos de campo las llamadas.

Según sus detractores, uno de los grandes problemas de estas encuestas online es el "sesgo ideológico". Se presupone que, cuanto más activa sea una persona en redes, mayor es su implicación política y más tiende al extremo. De hecho, han defendido que el sesgo de los panel online tiende hacia votantes de Vox y Unidas Podemos.

"Con tres años de panel online hemos conseguido corregir ese sesgo y no es un problema", ha aclarado Adán a los más detractores. El especialista ha contrapuesto que el principal problema de estas encuestas es disgregar el estilo de vida de los votantes online.

Y es que, frente al perfil de las encuestas telefónicas, Gonzalo Adán ha asegurado que los encuestados online están más formados. "Son personas muy interesadas en las redes sociales, muy leídas e informadas con estudios superiores en su mayoría", ha explicado.

En la defensa de las encuestas telefónicas, Narciso Michavila, presidente de GAD3, ha reiterado que dan "buenos resultados" gracias al valor de los entrevistadores y al trabajo de campo que se hace para llegar a todos los públicos.

Aun así, ha reconocido que los medios de comunicación tienen cada vez menos recursos y no siempre utilizan a expertos para hacer estimaciones de voto.

Por ello, ha asegurado que, además de contar con empresas especializadas, los medios de comunicación publican una gran cantidad de encuestas con "poca fiabilidad" que restan valor al resultado general