Mohamed VI, rey de Marruecos, junto con el heredero al trono del país marroquí.

Mohamed VI, rey de Marruecos, junto con el heredero al trono del país marroquí. Efe

Política MARRUECOS

Mohamed VI quiere incluir las aguas territoriales de Canarias en la negociación con España

La "etapa inédita" entre España y Marruecos incluirá acuerdos sobre las fronteras de las ciudades autónomas o la soberanía del Sáhara.

23 agosto, 2021 02:21

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En Marruecos la última palabra la tiene el rey Mohamed VI. El viernes, en el discurso anual con motivo de la Fiesta de la Revolución del rey y el Pueblo, reconoció la crisis diplomática "inédita" con España que "ha sacudido fuertemente la confianza mutua y ha planteado numerosos interrogantes sobre su destino".

No obstante, el monarca alauita pronunció un mensaje reconciliador, que evidencia su disposición al diálogo con el Gobierno de España. Este deshielo de la disputa entre ambos países lo anunció el ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares, en su entorno cercano las últimas semanas, y EL ESPAÑOL lo adelantó el pasado martes. 

La sombra que cubría las relaciones bilaterales ya desapareció. Ahora toca empezar a construir lo que Marruecos pretende que sea "una etapa inédita". Pero antes, se espera la vuelta de la embajadora Karima Benyaich a en los próximos días a Madrid el plácet al nuevo embajador español en Rabat, que se restablezcan las líneas marítimas en El Estrecho y que se reciba al Gobierno español. Esa Reunión de Alto Nivel (RAN) tan deseada y que sigue pendiente desde el 17 de diciembre después de que Marruecos la cancelase la semana precedente.

De esta manera, volvemos a la ficha de salida, al primer trimestre de este año, antes de que las relaciones bilaterales tensas se rompieran definitivamente con la acogida humanitaria de Brahim Ghali, secretario general del Frente Polisario. Un clima de desconfianza, que hay que ir librando con tiempo y aceptando las peticiones que Marruecos puso hace meses encima de la mesa.

Quedan asuntos pendientes por tratar. Y eso es lo que ha querido expresar el soberano, dando un ultimátum al gobierno español para negociar otros temas; fundamentalmente, la soberanía marroquí del Sáhara Occidental; pero también un nuevo modelo en las fronteras con Ceuta y Melilla, y una solución para las aguas jurisdiccionales en la costa atlántica que se solapan con las de las islas Canarias.

Para ello, Mohamed VI se dirigió directamente al presidente Pedro Sánchez, por su nombre, y no al rey de España, Felipe VI. Detalle inusual, que no se ha contemplado en los múltiples discursos anuales que pronuncia con motivo de las fiestas religiosas y nacionales: "Con toda sinceridad y confianza, aspiramos a seguir trabajando con el gobierno de España y con su presidente, Su excelencia el Sr. D. Pedro Sánchez, con el fin de inaugurar una nueva etapa inédita en las relaciones entre los dos países, sobre la base de la confianza, la transparencia, el respeto mutuo y la honra de los compromisos".

El objetivo no consiste únicamente en salir de esta crisis, "sino en hacer de la misma una ocasión para revisar los fundamentos y los determinantes que gobiernan estas relaciones", precisó el rey.

A los temas habituales, a los que se refirió como "un zócalo", como son la migración o el terrorismo, "hoy velamos por consolidarlos mediante la comprensión conjunta de los intereses de los dos países vecinos", matizó Mohamed VI. En estos momentos, los intereses de Marruecos se centran en la anexión del Sáhara Occidental, tanto en política nacional como internacional.

41 expulsados

La primera prueba a la que se enfrentó España, pocas horas después de las palabras amigables del monarca alauí, fue la expulsión colectiva de 41 personas migrantes subsaharianas, la mayoría de Burkina Faso y Mali, que llegaron el sábado a la Isla de Tierra, territorio español a 100 metros de Alhucemas. Tras negociaciones entre los militares de ambos países, la Guardia Civil entregará a la Gendarmería Real marroquí a 15 hombres, seis menores y a 20 mujeres, seis de ellas en estado de gestación susceptibles de solicitar protección internacional.

Quedan pendientes las deportaciones de menores marroquíes no acompañados desde Ceuta a Marruecos que ordenó el propio rey a su gobierno, y que el ministro del interior, Fernando Grande-Marlaska, comenzó a ejecutar la semana pasada. 

Injerencia europea

En el discurso hizo hincapié en que Marruecos ha cambiado y que "no admite que se atente contra sus intereses supremos". Una idea que vienen pregonando políticos y diplomáticos del país vecino en los últimos meses, destacando el desarrollo, el crecimiento y sus relaciones con primeras potencias mundiales. 

Tampoco quiso dejar a un lado "los últimos ataques, sistemáticamente dirigidos contra Marruecos desde algunos países y organizaciones, conocidos por su hostilidad a nuestro país".

En concreto, mencionó "una amplia campaña con el fin de desfigurar la imagen de nuestras instituciones de seguridad, en un intento de influir sobre su fuerza y su eficacia en la preservación de la seguridad y estabilidad de Marruecos". En referencia a Argelia y Alemania, a quienes acusa de estar detrás de las denuncias de espionaje a periodistas, abogados, políticos y activistas con el programa Pegasus, que lanzaron Amnistía Internacional y la organización de periodistas Stories Forbidden.

A Alemania, con quien también libra una crisis bilateral desde principios del mes de marzo, la culpó de elaborar "informes que han superado todos los límites (…) Han presentado recomendaciones para obstruir el proceso de desarrollo, so pretexto de que crea desequilibrios entre los países magrebíes", afirmó.

Mohamed VI justificó las críticas de otros países centro europeos que también ponen en entredicho la situación de los derechos humanos en el país magrebí. "Unos pocos países, sobre todo de Europa, lamentablemente considerados como socios tradicionales, temen por sus intereses económicos, sus mercados y sus centros hegemónicos en la zona magrebí".

Hace dos semanas, con motivo de la Fiesta del Trono, el monarca se dirigió en su discurso al otro vecino, Argelia. Le tendió la mano para la apertura de la frontera terrestre, cerrada a todo tráfico desde 1994. 

Sin embargo, en la realidad, libran una crisis después de que el presidente Abdelmajid Tebboune acusará a Rabat de provocar los recientes incendios en la región de la Cabilia, que causaron la muerte a más de 70 personas.

Otmani

La primera valoración del discurso real llegó el sábado por la mañana de boca del primer ministro, Saadeddine El Otmani: "Marruecos nunca aceptará que se le dicte el camino a seguir".

Precisamente, el país vecino está a punto de celebrar elecciones legislativas, el 8 de septiembre, cuando se esperan cambios significativos. "Las elecciones no son una finalidad en sí mismas, sino un medio para establecer unas instituciones que gocen de credibilidad, estando al servicio de los intereses de la Nación y en defensa de sus causas", según manifestó el rey.

Como broche final, Mohamed VI advirtió que "vamos a proseguir con nuestra marcha, guste o no guste, y a pesar de incomodar a los enemigos y de la envidia de los rencorosos".