José María Aznar era el protagonista estelar de la cuarta jornada de la convención nacional del PP celebrada este jueves en Sevilla. El ex presidente del Gobierno lanzaba, en un coloquio con Pablo Casado, todo un alegato sobre la unidad nacional en el que se permitía incluso algún exabrupto.
"España es una nación, no siete, ni cuatro, ni tres ni diecisiete ni veintiuna. Una. Una nación plural, pero una, una nación constitutivamente plural, pero una. Ni es un Estado plurinacional, ni es un Estado multinivel ni, con perdón, ni la madre que los parió", afirmaba entre risas y una gran ovación de los presentes, entre ellos muchos dirigentes del PP andaluz, el partido anfitrión. "Es una nación plural, y sobre esa convicción nos tenemos que mover" concluía.
Casado le había elogiado previamente por haber introducido durante su mandato la tipificación de la convocatoria de un referéndum de secesión, luego derogada por José Luis Rodríguez Zapatero, que a su juicio frenó al Plan Ibarretxe y que se comprometía a reinstaurar cuando llegue al Gobierno.
Aznar, igualmente, afirmaba que el español es la "lengua común" y que como tal debe ser utilizada en las Cortes, y no el catalán o el euskera que, precisaba, solo son cooficiales en sus respectivas comunidades autónomas. "No son lenguas cooficiales en Madrid o en Sevilla, y por lo tanto en las institucionales nacionales en Madrid se habla en castellano, que es el idioma en el que todo el mundo se entiende" remarcaba, defendiendo además el derecho constitucional a ser educado en la lengua que cada uno elija.
En otro momento del coloquio, y aunque sin citarle, el ex jefe del Ejecutivo arremetía contra el Papa Francisco por sus recientes palabras en México afirmando que España debería pedir perdón por la conquista de aquel país. Aznar afirmaba que "yo no voy a pedir perdón".
Y luego defendía la tesis de que la colonización española fue más benigna que la anglosajona dado que, argumentaba, donde se produjo la primera sí se ha mantenido la población indígena. En esa línea, y con abierto sarcasmo, trataba de ridiculizar la postura del presidente mejicano, recordando su nombre y apellidos. "Cómo se llama usted, Andrés Manuel López Obrador" comenzaba su burla, recreándose luego con ironía en si López es un apellido indígena, algo muy aplaudido por el público.
Además, tanto el actual líder del PP como su antecesor arremetían contra Pedro Sánchez por haber puesto, a través de la Abogacía del Estado, "palos en las ruedas" a la entrega a España de Carles Puigdemont, tras la reciente detención en la isla italiana de Cerdeña del expresidente catalán, adelantada en exclusiva por EL ESPAÑOL. Aznar afirmaba que es "de las cosas que más escándalo me han provocado".
No era el único dardo directo al actual inquilino de La Moncloa. Aznar califica de impropio de una democracia parlamentaria que Sánchez no haya comparecido en un pleno parlamentario para explicar la retirada española de Afganistán, algo que en su opinión debería haber hecho "a petición propia".
CGPJ y economía
Al hilo de la actualidad de la jornada, ambos comentaban el último informe GREKO (Grupo de Estados contra la Corrupción) del Consejo de Europa, que vuelve a pedir a España un cambio en el sistema de elección de los vocales del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) para que los jueces elijan a los jueces, en línea con lo que plantea el PP.
"Si hoy el GREKO dice que el Gobierno tiene que hacer esto, nosotros decimos claramente que no vamos a movernos de la posición que decía la Constitución, que pide Europa y que exigen los jueces" algo que traducía en su compromiso de moficar esa ley del Poder Judicial si llega a La Moncloa.
En el ámbito de la independencia judicial, Aznar afirmaba con tono severo que a su juicio si un juez hace carrera política luego no debería volver a la judicatura. Le aplaudía en primera fila, entre otros, el consejero de Presidencia de la Comunidad de Madrid y responsable de Justicia del PP, Enrique López, magistrado de la Audiencia Nacional en excedencia.
El coloquio comenzaba con elogios de Casado a la política económica de Aznar a su llegada al poder, de la que se cumplen este 2021 veinticinco años. El líder del PP no dudaba en hablar del "milagro" que se habría producido entonces, cuando, explicaba, recibió "un país quebrado" que no cumplía "ningún requisito" para la entrada en el euro que finalmente se produjo bajo el Gobierno popular.
Casado afirmaba que "le recomendó algún otro primer ministro europeo" en referencia al entonces gobernante italiano, Romano Prodi, "que se hiciera una moneda única a dos velocidades", a la que países como el nuestro se incorporasen más tarde, pero que finalmente fue la "determinación" de Aznar la que hizo que España estuviera desde el primer momento, abandonando la peseta, "en el primer vagón".
El líder de la oposición señalaba además que aquel Gobierno "bajó la deuda pública a la mitad" y que "por primera vez hubo superávit en la balanza por cuenta corriente. España exportaba más que importaba". En definitiva, y cambiando tan solo un tiempo verbal al célebre eslogan aznarista: "A los españoles les fue mejor. España iba bien".
Aznar, complacido, explicaba que el milagro es que en España en 1975, tras la muerte de Franco, había doce millones de ocupados, los mismos que cuando él llegó a la presidencia en 1996. Y que bajo su administración esa cifra creció hasta los 17 millones de ciudadanos trabajando, en una época también de fuerte crecimiento de la inmigración.
El coloquio terminaba abordando la situación internacional, sobre la que el expresidente extendía negros presagios. Entre ellos, y sintéticamente, un "orden internacional" amenazado por "una OTAN debilitada" y un "EEUU en retirada" como demostraría, expresaba con dureza, "el vergonzoso episodio de retirada de Afganistán". Y frente a todo ello la receta aznarista es "orden", y "ejercer el liderazo", algo que le recomendaba a Casado, uno de sus pupilos políticos, al que le vaticinaba "grandes éxitos" en el futuro, como también al presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, presente en la charla.