El PSOE golea a Podemos en Moncloa: sus ministros salen cinco veces más en las ruedas de prensa
Desde el inicio de la legislatura, los datos oficiales muestran un 107 a 26, sin incluir a las portavoces. Sumándolas, la proporción alcanzaría el 8 a 1.
7 noviembre, 2021 01:55El 30 de marzo de 2021, sólo 14 meses después de prometer su cargo en Zarzuela ante Felipe VI y Pedro Sánchez, Pablo Iglesias se despidió de sus compañeros del Consejo de Ministros. De inmediato, el todavía secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Oliver, le comunicó que no saldría en rueda de prensa a rendir su último servicio. Puso como excusa que "era obligado" que ese día interviniera Pedro Duque para hablar de la reforma de la Ley de Ciencia.
Aquélla fue la última vez que el astronauta se sentó ante la prensa. Después, permaneció tres meses y medio en el ostracismo, hasta su destitución el 10 de julio.
Todo el mundo tiene la sensación de que Duque fue un ministro con poca presencia mediática. Pero, repasando las referencias del Consejo de Ministros, se puede comprobar que las cuatro veces que compareció ante la prensa en Moncloa son exactamente las mismas ocasiones que le concedió la Secretaría de Estado de Comunicación al vicepresidente segundo del Ejecutivo, de Podemos.
Pablo Iglesias, es cierto, grababa sus propios vídeos, aparecía en programas en directo, emitía tuits, y sus agregados de prensa desplegaban una labor de agitprop con los medios incansable. Pero para ser el número tres del Ejecutivo, el equipo de comunicación de Moncloa valoró poco los logros de su departamento de Derechos Sociales.
Rivalidad
Aceptemos que Iglesias era el rival de Sánchez. Y que el líder de Podemos quería hacerse con todo el espacio de izquierdas. Y que a punto estuvo de amargarle la vida al líder del PSOE por dos veces en 2016.
Recordemos que Sánchez había proclamado en su campaña que "no dormiría por las noches" con el tipo de la coleta a su izquierda en el Consejo de Ministros. Y concluyamos que una de las prerrogativas de ser el inquilino de Moncloa es que la Secretaría de Estado de Comunicación (SEC) depende de Presidencia.
Pero el ostracismo nunca fue sólo para Iglesias. Ni acabó con su salida del Ejecutivo. Al contrario: desde el inicio de la legislatura, los ministros del PSOE han comparecido cinco veces más que los de Unidas Podemos en las ruedas de prensa posteriores a un Consejo de Ministros. La cuenta, con datos oficiales, es de 107 a 26.
Y eso que se excluye del cálculo el hecho evidente de que la portavoz siempre ha sido una ministra socialista, primero María Jesús Montero y después Isabel Rodríguez. Sumándolas a ellas la proporción alcanzaría un escandaloso 203 a 26, casi ocho veces más... balance que se completaría con las 10 oportunidades que Pedro Sánchez se ha reservado en exclusiva la comparecencia tras una reunión de su Gobierno.
Por supuesto, no se cuentan aquí las comparecencias improvisadas en Moncloa durante los días del confinamiento duro. Con ellas, la proporción sería brutal, pues esencialmente salían a dar cuenta los ministros que habían sido designados autoridad competente delegada por el estado de alarma: Salvador Illa (Sanidad), José Luis Ábalos (Transportes), Fernando Grande-Marlaska (Interior) y Margarita Robles (Defensa). Y lo hacían de dos a tres veces diarias.
Pero aunque el ostracismo no acabara en el exlíder morado, sí que se puede confirmar cierta animadversión (o prevención ante) Iglesias.
El resto de morados
Desde que Yolanda Díaz ha ocupado su puesto como cabeza de Unidas Podemos en la coalición, a partir de abril de este año, ya ha salido en rueda de prensa las mismas veces que Iglesias en el doble de tiempo. Y eso que en las decisiones del equipo de comunicación de Moncloa ha sido habitual rodearla de otros ministros o sustituirla por el propio Pedro Sánchez para los anuncios de sus grandes acuerdos en materia laboral.
Así ocurrió, por ejemplo, cuando José Luis Escrivá promocionó la antepenúltima prórroga de los ERTE, el pasado 26 de enero. El ministro de Inclusión fue el elegido para vender ese acuerdo -negociado esencialmente por el equipo de Trabajo- a la semana siguiente de que se metiera en el lío de explicar por primera vez su idea de ampliar más allá de los 35 años el periodo de cotización de las pensiones.
Aquello espantó en Moncloa. Más aún cuando se enzarzó en peleas radiofónicas y señaló a Iglesias como instigador de "una narrativa basada en una realidad que no existe". Por eso, la SEC le encomendó dar la buena noticia de cuatro meses más de protección a los trabajadores y autónomos por los efectos de la pandemia. Para lavarle un poco la cara.
Cuando Escrivá volvió a pisar un charco, y explicitó el mismo día de la firma del acuerdo social para que las pensiones se vuelvan a indexar al IPC su plan de que los babyboomers "tendrán que elegir entre trabajar más o cobrar menos", Moncloa simplemente mandó a Nadia Calviño al siguiente paso por la sala de prensa.
Aquel día, era evidente que no saldría Díaz a desmentir a Escrivá, quien ocupa un departamento que le desgajó Sánchez de sus atribuciones al nombrarla ministra de Trabajo -tradicionalmente, el segundo apellido del departamento era "y Seguridad Social"-. Fue la vicepresidenta económica quien hizo malabares para desmentir que el "mecanismo de equidad intergeneracional" que sustituirá al "factor de corrección" estuviese ni siquiera esbozado.
En todo caso, Yolanda Díaz es la miembro morado del Ejecutivo con más presencias en la sala de prensa. Ha sido sacada por la SEC hasta 11 veces, por seis de Irene Montero y dos de Ione Belarra... pero en el caso de esta última -secretaria general de Podemos- también se puede observar alguna decisión, como mínimo llamativa.
Al menos, una queja oficial
El pasado 19 de octubre, por fin, llegaba la Ley de Vivienda al Consejo de Ministros. Con un año de retraso, el lado socialista del Ejecutivo había aceptado -aunque muy diluido- el empeño morado de incluir en la norma la intervención del mercado de los alquileres para fijar precios a la baja por decreto. Aquello había sido condición sine qua non para cerrar el acuerdo de Presupuestos y Sánchez hubo de forzar el pacto, con una reunión en su despacho dos semanas antes.
Pero la SEC, cumpliendo órdenes expresas, decidió que la norma no la presentaran los dos ministerios coproponentes. Sólo salió Raquel Sánchez a la sala de prensa para explicarla. Y eso que la otra ministra implicada en su negociación, Belarra, había estado en la génesis del texto mucho antes que la exalcaldesa de Gavà (con sólo tres meses en el Gobierno). La heredera del liderazgo en Podemos y del Ministerio de Derechos Sociales había sido la enviada por Iglesias desde el principio para negociar con el departamento que antes ocupaba Ábalos...
Este periódico se ha puesto en contacto con Unidas Podemos para tratar de aportar alguna reacción oficial que incluir en este artículo. Los responsables de la formación morada declinaron hacer comentarios, pero sí han dejado saber que, en este último caso, hubo una queja oficial desde el Ministerio de Ione Belarra ante el secretario de Estado de Comunicación. Francesc Vallès respondió: "Tomo nota".