Génova descarta sancionar a Cayetana tras acusar a Egea de "bullying" y filtrar "material" contra Ayuso
El PP adopta un perfil bajo ante el libro de su exportavoz: "No le vamos a hacer la campaña de promoción".
17 noviembre, 2021 06:05Noticias relacionadas
A la dirección nacional del Partido Popular se le acumulan los conflictos internos. Aún latente la crisis con Isabel Díaz Ayuso en Madrid, Génova afronta otra guerra en la que nadie puede hacerse el sorprendido. La publicación esta semana del polémico libro de la ex portavoz parlamentaria del PP y aún diputada, Cayetana Álvarez de Toledo, "Políticamente Indeseable", está poniendo a prueba el temple de los de Pablo Casado, decididos según fuentes de la cúpula popular a no "hacerle la promoción de su libro".
No habrá, por tanto, ni apertura de expediente ni medida alguna contra la parlamentaria, que en su libro deja claro que no entregará su acta y completará la legislatura como miembro del Grupo Popular. Ni por las invectivas que contiene el libro contra el secretario general del PP, Teodoro García Egea, al que acusa de hacer "bullying" en el partido y de ser un "pelota", pero tampoco por alguna de las declaraciones que ha empezado a pronunciar en su gira promocional, en este caso afirmando que Génova se dedica a fabricar insidias contra Ayuso.
Se trata de un mandato interno que los principales dirigentes populares están cumpliendo a rajatabla en sus declaraciones públicas. Sin ir más lejos, la sucesora de Álvarez de Toledo, Cuca Gamarra, que ofrecía una rueda de prensa este martes en el Congreso de los Diputados tras reunirse junto a Casado con asociaciones de policías y guardias civiles, evitaba cuidadosamente varias preguntas al respecto.
"Yo me dedico a los problemas que tienen los españoles, que son muchos y muy duros" repetía casi invariablemente Gamarra, que solo rompía ese tono monocorde para contestar con algo más de precisión a unas afirmaciones de su antecesora no vertidas en el libro, sino en una entrevista este mismo martes en esRadio.
Allí, Álvarez de Toledo acusaba a la dirección nacional de su partido de filtrar "material incriminatorio" contra la presidenta de la Comunidad de Madrid. "Es mentira" zanjaba de manera lacónica Gamarra. Fuentes de Génova enfatizan que es algo "rotundamente falso" dejando nítidamente claro su enfado por esas acusaciones, que llegan en un momento álgido del conflicto con la Puerta del Sol.
Casado, un "veleta"
De momento, únicamente el hecho de que Álvarez de Toledo, como ella mismo reveló en una entrevista en El Mundo, rompiese la disciplina del Grupo Popular al votar en blanco la semana pasada la elección de los magistrados del Tribunal Constitucional, por considerar que no avanza en la necesaria despolitización de los órganos constitucionales, le podría acarrear algún tipo de sanción. Pero se trata de algo circunscrito al ámbito de su actividad como diputada y no al alegato que lanza en las 500 páginas de su obra. Fuentes del Grupo Popular aseguran que se abrirán las digilencias pertinentes "como con cualquier otro diputado, se llame como se llame".
Por lo que se refiere al libro de marras, no solo García Egea, como era de esperar, sale señalado, sino también el propio Casado. El líder de la oposición, quien la rescató primero como número uno por Barcelona y luego como portavoz parlamentaria, es a ojos de Álvarez de Toledo, o era antes de su nombramiento en 2019, un hombre de "empatías variables"; un "camaleón sentimental"; "lo que castizamente se llama un bienqueda o un veleta". Sobre el primero de los adjetivos, el libro profundiza: "Son tales sus ganas de caer bien, que acaba adaptando su posición a la de cada uno de sus interlocutores, aunque estas sean incompatibles entre sí".
Álvarez de Toledo desliza además un retrato del líder de su partido como alguien al que la derrota de las elecciones generales del 28 de abril, cuando el PP se quedó con 66 escaños y a punto estuvo de ser superado por un Ciudadanos entonces en auge, le dejó "heridas psicológicas y políticas más profundas de lo que él nunca ha querido reconocer. Ni siquiera en privado. No es que no se esperara los 66 escaños. Es que fantaseaba con ganar. Joven, más bien guapo, acostummbrado al éxito y a los elogios, estaba moralmente hundido. Fue el primer gran fracaso de su vida y lo digirió con dificultad", concluye la diputada por Barcelona.