Los exvicepresidentes del Gobierno Carmen Calvo y Pablo Iglesias protagonizaron este lunes un encendido debate sobre la repercusión de la entrevista a Alberto Garzón en The Guardian, o más bien sobre lo que trascendió de ella, que es que el ministro de Consumo había manifestado que exportamos carne de mala calidad. Su respuesta completa al diario británico fue más extensa y matizada y en línea entre otros con el documento 'España 2050', elaborado por una oficina dependiente de Presidencia del Gobierno.
En cualquier caso, Aimar Bretos, director de Hora 25, en la Cadena SER, puso la cuestión sobre la mesa en el 'ágora' que cada semana comparten Calvo e Iglesias con el exministro José Manuel García-Margallo. El punto de partida fueron las declaraciones horas antes en esos mismos micrófonos de Pedro Sánchez: "Lamento muchísimo toda esta polémica y con esto lo estoy diciendo todo". Iglesias ya había reaccionado a estas palabras en RAC1 -"es gravísimo que Sánchez dé por cierta una noticia falsa"- y en la SER fue más allá. Esta vez tenía a Calvo enfrente.
El exsecretario general de Podemos entiende que Sánchez es plenamente consciente de que el relato que ha triunfado sobre Alberto Garzón es "mentira", pero que movido por sus asesores ha asumido que "la mayor parte de la gente cree que Garzón ha dicho lo que no ha dicho". Para Iglesias, el presidente tenía una alternativa más adecuada para sus intereses y los de la coalición: defender a su ministro y su discurso "impecable" en línea con las "políticas del Gobierno".
"Se arrepentirá"
Sánchez "se arrepentirá", llegó a vaticinar Iglesias, recordando que "puede terminar padeciendo" lo que ya sufrió a cuenta de su tesis doctoral, cuando fue acusado de haberla plagiado. Unidas Podemos, asegura, estaría de su lado porque "es indecente utilizar la mentira para hacer política" y "jamás se puede utilizar un bulo para dar un codazo a un socio".
"Yo no puedo acusar a Margallo -continuó Iglesias- de ser un acosador sexual de su secretaria". El exministro, señalado pero cortando el clima de gravedad, se lo tomó con humor: "Me vas a crear un problema que me voy a tener que ir al gulag".
Iglesias también tuvo para los medios de comunicación, que "se han tragado -afirmó- una noticia falsa que ha difundido Microsoft y que viene de una web propiedad de las grandes patronales de esta industria -de la carne-". Para el exvicepresidente, de hecho, "la principal victima de esto es el periodismo".
"Mucha dinamita"
Carmen Calvo percibió alterado a Iglesias, le llamó a la calma y le recordó que Garzón "habla de un asunto que implica como mínimo a otros dos ministerios, los de Agricultura y el de Transición Ecológica", y "la frase exacta" del presidente, que dijo que no le parece bien la "polémica", pero al exlíder de Podemos no le sirvió como excusa: "Lo de la tesis doctoral de Sánchez no es una polémica, es un bulo. (...) Si yo estuviera diciendo que no me gusta la polémica de la tesis de Pedro Sánchez estaría siendo mezquino", replicó.
"Con el cariño y el respeto debido -se dirigió Calvo a Iglesias-, creo, Pablo, que con las declaraciones que has hecho, comentando de forma tan exagerada, no ayudas a lo que llamamos cultura de la coalición. Tú no eres un analista normal y yo tampoco; tú ya no eres el líder de Podemos ni vicepresidente y yo tampoco, y nos toca medir lo que decimos. Garzón se ha explicado y el presidente se ha colocado donde se tenía que colocar y esta polémica a quien le viene bien es al PP. ¿A ti te parece que tú ayudas diciendo que es un error gravísimo del presidente?"
Calvo lamentó que su compañero de mesa estuviera "trufando" el debate "de ejemplos cargados con mucha dinamita" y que pudiera estar "contribuyendo" a la ofensiva política del presidente del PP, Pablo Casado: "Tú y yo hemos estado en ese Gobierno y no le podemos dar una posibilidad a una cosa de esta naturaleza a un partido político que está en la desesperación absoluta".
"Grave daño al sector"
García-Margallo intervino entonces para subrayar el para él "grave daño al sector" que ha hecho Garzón al país, España, que es "cuarto productor del mundo de ganado porcino y primero de ovino". "Se ha entendido que la carne exportada es de mala calidad en un momento especialmente delicado. Decir esto o que se interprete esto -explicó el exministro- es muy grave y hace un daño tremendo a la reputación. Una de mis obsesiones era la 'marca España'. Da empleo a 500.000 personas y en Bruselas se ha interpretado que estamos exportando carne putrefacta".
Aimar Bretos planteó a los tres políticos si un presidente o ministro debe cambiar su discurso cuando la entrevista es a un medio internacional, omitiendo aspectos negativos sobre el propio país o que puedan poner en cuestón su reputación. Iglesias se opone porque en ese caso, puso como ejemplo, "la ministra de Igualdad no podría hablar de violencia de género no vaya a ser que los británicos sepan que en España se pega a las mujeres".
Iglesias rechaza que Garzón tenga que "mentir y decir que aquí todo es de color de rosa por patriotismo". El ministro de Consumo, zanjó, "dijo la verdad: que vamos a terminar con las macrogranjas y defender la ganadería extensiva".