Ayuso pide a Mañueco que pacte con Vox en Castilla y León: "Que no nos importe lo que piense la izquierda"
La presidenta de la Comunidad de Madrid aboga por una "suma de intereses" en Castilla y León "frente al proyecto totalitario que destroza España".
15 febrero, 2022 11:14Isabel Díaz Ayuso ha vuelto a demostrar que va por libre, aunque riegue su discurso de guiños a la cúpula del Partido Popular: mientras Génova prefiere unas nuevas elecciones en Castilla y León antes que un Gobierno con Vox, la presidenta madrileña ha pedido a Alfonso Fernández Mañueco que "busque con otros lo que nos une y que no nos importe lo que piense la izquierda de nuestros pactos", en obvia referencia a los de Santiago Abascal.
La presidenta de la Comunidad de Madrid ha ofrecido en el desayuno informativo de este martes en el Hotel Ritz sus primeras palabras tras el 13-F, que han sido minuciosamente seleccionadas para enmendar la plana a Teodoro García Egea de una manera velada. El secretario general del Partido Popular esgrimió ayer que "no era el momento de hablar de cuestiones internas", pero la baronesa popular, en su reaparición, ha reclamado lo primero que se celebre "cuanto antes" el congreso del partido en la región.
Según ha podido saber EL ESPAÑOL, la intención de la presidenta regional es que el asunto no se posponga más allá de marzo, y para ello se aferra a los estatutos del partido. Le preocupa que el congreso del PP de Madrid se dilate demasiado y no haya tiempo para preparar las listas ni enfrentar con tranquilidad el próximo envite electoral.
"No es una cuestión de que se adelante, sino sobre todo, que no se siga retrasando la voz a los afiliados", ha sostenido, maquillando luego: "Mi propuesta no va ser la de presionar ni pedir, sino simplemente dejar a la organización trabajar, seguir adelante, para ponerse a disposición de Pablo Casado, porque esta es su casa, su circunscripción. No es, como se lee en algunas ocasiones, nada en contra, sino a favor del PP".
Pero lo cierto es que sus palabras no deben haber gustado a la dirección nacional del Partido Popular, que está dispuesta a llevar hasta las últimas consecuencias su órdago para impedir la entrada de Vox en el nuevo gobierno regional de Castilla y León, incluso aunque ello pueda desembocar en una repetición de las elecciones autonómicas.
"El socialismo sale caro"
La estrategia pergeñada en Génova 13 es clara: que Mañueco negocie el apoyo de las tres plataformas provinciales con representación (Soria ¡Ya!, Unión del Pueblo Leonés y Por Ávila) para, atados los apoyos de sus siete procuradores, pedir la abstención a Vox y el PSOE para facilitar un gobierno regional integrado sólo por consejeros del PP.
Una maniobra que no convence a Díaz Ayuso, que fue quien en plena campaña electoral, en Valladolid, rompió esa especie de tabú sobre un hipotético y futurible acuerdo con la formación de Santiago Abascal y, junto a Fernández Mañueco, proclamó: "Si tengo que pactar, lo haré antes con el partido de José Antonio Ortega Lara que con los que ahora pactan con los que le secuestraron", en referencia al PSOE.
Isabel Díaz Ayuso ha vuelto a dejar caer que a los socialistas, ni agua. "El socialismo sale muy caro y no sé cuánto hubiéramos tenido que añadir a la factura por tener como vecino un Gobierno del PSOE, Podemos y demás", ha arremetido la presidenta contra quienes "no saben gestionar y basan su exigencia en el agravio a Madrid".
Y es que la dirigente popular da por buena cualquier ecuación en la que no estén ni PSOE ni Unidas Podemos: "Espero que haya pronto un gobierno basado en la suma de intereses frente a este proyecto totalitario que está destrozando España. (...) Hay que blindar a Castilla y León de políticas identitarias, de pobreza y de desesperanza".
"Castilla y León se ha blindado frente al proyecto sanchista", ha celebrado la presidenta, que ha recalcado también que participó "hasta en siete ocasiones" en actos para ayudar a su compañero de filas. Una de cal y una de arena a la dirección nacional del PP por parte de la presidenta madrileña, que sigue haciendo gala de una agenda política propia.