El Gobierno está valorando la posibilidad de convocar el debate sobre el estado de la nación para finales de marzo o principios de abril.
El Ejecutivo pretende aprovechar el momento de debilidad del líder del PP, Pablo Casado, que empezó con el resultado de las elecciones en Castilla y León y el debate interno de los populares sobre la posibilidad de pactar con Vox, y se ha incrementado en las últimas horas al explotar la guerra sucia entre la dirección del PP y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.
Estas fechas han sido barajadas desde hace tiempo en diferentes reuniones del Gobierno, con la idea de que el debate tenga lugar en este periodo de sesiones, es decir, antes de finales de junio.
Estaba pendiente fijar la fecha exacta, en función de la celebración de las elecciones en Castilla y León y la posibilidad de que también se convoquen en Andalucía para antes del verano.
El debate sobre el estado de la nación que, en teoría, debería celebrarse todos los años, no se convoca desde 2015, cuando Mariano Rajoy era presidente del Gobierno.
Pedro Sánchez, presidente desde julio de 2018, nunca ha celebrado este debate. El Gobierno argumenta que desde entonces se han celebrado elecciones y ha habido una pandemia que, además, ha obligado a multitud de comparecencias del presidente en el pleno.
Inconvenientes
La celebración del debate presenta el inconveniente para el Gobierno de que puede mostrar discrepancias entre los socios de la coalición y con los partidos que le apoyan en el Congreso, ya que a su término se presentan, debaten y votan propuestas de resolución. Cada grupo puede presentar 10 propuestas y, aunque no tienen carácter ejecutivo o vinculante, sí que pueden servir para mostrar grietas entre los partidos.
La fecha exacta del debate será acordada entre Moncloa y la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, según es habitual. Dependerá de factores como la evolución de la crisis en Ucrania.
Fuentes del Gobierno explican que, además, es posible que Pedro Sánchez comparezca en el Pleno del Congreso si es que finalmente hubiera un conflicto armado en Ucrania. El PP lo pidió en la Junta de Portavoces del Congreso el martes y el PSOE ofreció la del ministro de Exteriores, José Manuel Albares, en el Pleno.
La crisis abierta en el PP por el fuego cruzado entre la dirección nacional y la presidenta madrileña podría decidir finalmente a Moncloa a llevar el primer debate del estado de la nación de Sánchez a una primavera que promete ser políticamente caliente.
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