Isabel Díaz Ayuso, Alberto Núñez Feijóo y Pablo Casado.

Isabel Díaz Ayuso, Alberto Núñez Feijóo y Pablo Casado.

Política CRISIS EN EL PP

Los apoyos a Pablo Casado se desmoronan y los barones le pedirán a la cara la dimisión

Diputados próximos al presidente del PP se unen a un manifiesto que pide un congreso extraordinario y se abre paso la candidatura única de Feijóo

22 febrero, 2022 13:28

Noticias relacionadas

Los apoyos con los que contaba Pablo Casado para resistir al frente del PP se desmoronan por momentos. Contaba con prolongar la convocatoria del congreso ordinario hasta lo más cerca posible del previsto para julio con opciones de presentarse, pero cada vez va teniendo menos opciones de lograrlo. Casado está ya sólo, únicamente le quedan unos cuantos fieles, muy pocos como para resistir.

Poco a poco, durante toda la mañana, se ha producido una avalancha de dimisiones, de deserciones y de pronunciamientos de dirigentes y parlamentarios con los que contaba para resistir. Y para este miércoles ha convocado a los 17 presidentes regionales del PP y, con toda seguridad, prácticamente todos le pedirán la dimisión inmediata. No está Isabel Díaz Ayuso en esa reunión porque no preside el PP regional.

Será otro match point que Pablo Casado tendrá que superar para mantenerse en el cargo.

Todos esos movimientos buscan que Casado renuncie, que convoque un congreso extraordinario en menos de dos meses y que Alberto Núñez Feijóo pueda ser elegido presidente del PP sin oposición ni confrontación.

El Partido Popular de Andalucía también se ha desmarcado del líder nacional, Pablo Casado, y ha pedido la celebración cuanto antes de un congreso extraordinario para que el partido "salga más unido que nunca", según informa Inma León.

En cuanto a su sucesor, el PP andaluz no ve al presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, como un líder interino mientras se resuelva el conflicto y se celebre el congreso ordinario, sino como definitivo para sustituir a Pablo Casado.

Por su parte, el consejero de la Presidencia y presidente del PP de Málaga, Elías Bendodo, cree que el actual es "el momento de la generosidad para anteponer los proyectos comunes a los personales" porque el PP es "un partido esencial" para la democracia.

La única alegría para Casado es que la Fiscalía Anticorrupción ha abierto una investigación con el contrato de la Comunidad de Madrid al hermano de Isabel Díaz Ayuso. Sólo el avance de esa investigación podría aliviar la situación de Casado, aunque no parece fácil que eso ocurra antes de su defenestración.

Por un lado le abandonan los vicesecretarios, porque ha dimitido ya Belén Hoyos y se ha unido a su posición crítica Jaime de Olano, entre otros.

El alcalde Madrid, José Luis Martínez Almeida, renunció el lunes a acudir a la reunión del Comité de Dirección y este martes ha dejado su cargo de portavoz.

Diputados contra Casado

La mayoría de los miembros del Comité de Dirección ya obligaron a Casado a convocar la Junta Directiva Nacional, bajo amenaza de dimitir de sus cargos.

Y, sobre todo, se ha producido un movimiento de diputados en un manifiesto de la dirección del Grupo Parlamentario en el que piden la destitución del secretario general, Teodoro García Egea. Firman diputados tan destacados como Guillermo Mariscal, su exjefe de Gabinete Pablo Hispán y su amigo Adolfo Suárez Illana, entre otros.

Muchos otros diputados han mostrado su intención de firmar ese manifiesto y otro promovido por diputados gallegos, como Ana Belén Vázquez, portavoz de Interior, y miembro de la Ejecutiva del partido.

Casado confiaba en tener una mayoría de la Junta Directiva Nacional, porque está formada por diputados, senadores y presidentes provinciales. Pero poco a poco le han ido abandonando los diputados y también dirigentes provinciales con los que contaba como los de la Comunidad Valenciana.

Los barones regionales, según explica Génova, están presionando a los provinciales para que abandonen a Casado.

La Junta Directiva está pendiente de que se fije la fecha última y que se establezca el orden del día, que sólo puede incluir la discusión de la convocatoria del Congreso, con el debate sobre si debe ser ordinario o extraordinario.