Mario Conde admite "sombras" en Juan Carlos I pero culpa a Sánchez de que vuelva "de tapadillo"
El entonces presidente de Banesto fue muy amigo de don Juan, padre de Juan Carlos I, pero también trazó una intensa relación con el hoy Emérito.
13 marzo, 2022 01:39Noticias relacionadas
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De entre todos los personajes de la Historia reciente de España, Mario Conde fue uno de los que más relación tuvo con Juan Carlos I. Eran, en expresión del exbanquero, "días de gloria" para ambos. El líder de Banesto figuraba como posible presidente del Gobierno en las encuestas y el monarca disfrutaba de una ostensible impunidad. No habían trascendido los escándalos –referidos a uno y otro– que acabaría conociendo la opinión pública española.
Conde apenas concede entrevistas –una de las últimas, con EL ESPAÑOL, supuso su vuelta al despacho de Banesto, hoy hotel Four Seasons, casi treinta años después–, pero ha publicado en sus redes sociales su particular diagnóstico referido a don Juan Carlos y a la monarquía en general.
Podría resumirse de esta manera: Conde está en contra de la inviolabilidad del rey, admite las "sombras" del Emérito y carga contra el fiscal y Pedro Sánchez por obligar a su amigo a regresar a España "de tapadillo". Pero vayamos por partes. Porque el análisis de Conde, además de personal por su condición de testigo privilegiado, también es profundamente jurídico.
Mario Conde fue amigo de don Juan de Borbón, el padre de Juan Carlos I, que nunca reinó. Todavía hoy, de vez en cuando, alaba el gesto de quien fue una suerte de padrino para él: "Renunció por España a sus derechos dinásticos".
Con el paso del tiempo, debido en parte a la gran influencia que iba adquiriendo Conde, comenzaron a ser frecuentes las comidas, cenas y llamadas entre el entonces rey y el presidente de Banesto. Mario Conde contó en su conversación con este diario que fue el mismo don Juan Carlos quien le avisó de que iban a intervenir Banesto aquella mañana de 1993.
"No oculto, ni renuncio a mi afecto por don Juan Carlos, lo que no me impide reconocer las sombras negras de sus últimos años ni las blancas de los primeros momentos en los que prestó (testigo soy) un gran servicio al pueblo español", arranca el texto de Conde sobre el Emérito.
A continuación, desmiga el dictamen de la Fiscalía que exonera penalmente a Juan Carlos I: "Como pronostiqué, ese documento es toda una 'sentencia' condenatoria porque recoge hechos, y eso es lo malo, a los que atribuye la condición de delitos de variada tipología, algo que corresponde a un juez, y no a un fiscal".
El mencionado escrito concluye que Juan Carlos I ocultó 85 millones de euros a Hacienda, pero que no se le puede perseguir por haberse producido el hecho mientras fue jefe del Estado.
La síntesis de la Fiscalía, según Conde, "es muy clara": "Don Juan Carlos es un delincuente al que no hemos podido encausar por razón de ese privilegio constitucional que, según los fiscales, permite al rey español toda suerte de 'desmanes' con total impunidad".
La inviolabilidad
Acto seguido, el expresidente de Banesto carga sin remilgos contra la inviolabilidad que ha librado a don Juan Carlos de esas posibles condenas: "Es un adefesio de imposible digestión en el mundo actual y, en el fondo, un arma arrojadiza muy potente contra la monarquía".
Ya en su última entrevista con este diario, Conde fue todavía más explícito sobre esa inviolabilidad entendida como la impunidad total: "La Constitución no consagra, en modo alguno, la inviolabilidad plena del rey. Es mentira. Que en el siglo XXI haya catedráticos de Derecho Constitucional que digan que el rey puede asesinar, matar y violar sin posibilidad de juicio... No están bien de la cabeza".
Luego apostilló: "La Constitución relaciona la inviolabilidad con los actos refrendados porque, ahí sí, son otras personas las que responden. Por tanto, hay que diferenciar entre el rey persona y el rey cargo. Si el rey, tras firmar un decreto, coge una pistola y mata a siete personas... ¡Cómo no se le va a juzgar! La Constitución no puede consagrar el derecho a matar o a robar. La conciencia de impunidad es nefasta".
Mario Conde, sin embargo, añade otra derivada en su texto de reciente publicación, la de la "condena mediática" a Juan Carlos I apuntalada por el actual Gobierno: "Para ello nada como publicar urbi et orbe sus 'desmanes', con el añadido de un presidente que le conmina a 'dar explicaciones' al pueblo español".
"Si don Juan Carlos volviera a España de modo permanente, se organizarían manifestaciones en su contra, que serían interpretadas como de rechazo a la monarquía. Su condena es volver si quiere, pero de tapadillo, de modo vergonzante", aduce Conde.
Al final, recoge así su postura: "No justifico ninguna de las actuaciones irregulares de don Juan Carlos, ni tampoco el trato despiadado para con quien ha sido rey de España en momentos muy difíciles de nuestra Historia. Porque monárquicos o republicanos, todos somos personas".
Contra el Sistema
Mario Conde se define a sí mismo como una víctima del sistema. A ese entramado atribuye sus condenas. Publicó un libro titulado precisamente El Sistema, donde da cuenta, a través de sus experiencias, de cómo funciona el laberinto del poder.
Al hilo del caso de Juan Carlos I, vuelve a decir: "La igualdad ante la ley es teórica, y no real. Lo he vivido. Funciona en España una suerte de 'justicia del enemigo/amigo' del Sistema. Que nadie lo dude".
"En este caso, se alega, como excusa para no juzgarle oficialmente, aunque ya lo han condenado mediáticamente, la supuesta inviolabilidad de la que goza. Es un dislate y un absurdo", reitera Conde.
"Si el rey mata a mi nieta, jamás quedaría cubierto por esa inviolabilidad. Es obvio. Pero lo interpretan así como excusa para la condena mediática y enervar a la opinión con esa desigualdad ante la ley, al mismo tiempo que disparan a la línea de flotación de la Corona", escribe el exbanquero.
¿Monarquía o República?
Entonces, ¿cuál es el régimen que más le convence a Mario Conde? ¿La monarquía o la república? El exbanquero lamenta que el Sistema haya convertido al rey –entonces a Juan Carlos I y ahora a Felipe VI– en una especie de funcionario que "se limita única y exclusivamente a firmar lo que le piden".
"El rey debe diferenciarse de la desacreditada clase política y apoyarse en la sociedad civil, que es de donde nace su legitimidad. La Constitución le atribuye la función de arbitrar el normal funcionamiento de las instituciones en un país en el que la anormalidad institucional está a la orden del día. El rey debe evitar esa inanición institucional a la que le empujan", concluye Conde.
Por tanto, el expresidente de Banesto, que dice "no tener miedo a la república", se inclina por mantener la monarquía parlamentaria, pues "en esta situación de turbulencia no creo que la mudanza institucional sea lo mejor para España".