La sombra de la moción de censura vuelve a cernirse sobre el Ayuntamiento de Madrid. La izquierda capitalina -Más Madrid, PSOE y los cuatro ex ediles de Manuela Carmena que conforman el Grupo Mixto- ha redoblado la presión sobre la vicealcaldesa Begoña Villacís para descabalgar a José Luis Martínez-Almeida... Incluso a costa de cederle a ella la vara de mando.
Este lunes han vuelto los ofrecimientos por boca de Juan Lobato, líder socialista en la región, que ha pedido a la dirigente liberal que deje de "bloquear" una "mayoría progresista" en el consistorio apoyando una moción de censura contra el alcalde por el caso de la supuesta estafa en tres contratos de material sanitario para la capital.
"Siempre hemos planteado una mayoría democrática y progresista y ahora Villacís es quien lo bloquea. Es una decisión que le corresponde a ella y estamos expectantes", ha apremiado Lobato en una entrevista concedida a Telecinco, en la que también ha recalcado que el alcalde se está haciendo "la víctima" como la presidenta Isabel Díaz Ayuso por el contrato público de compra de mascarillas vinculado a su hermano Tomás.
Los ediles díscolos de Manuela Carmena aglutinados en Recupera Madrid, que aprobaron los últimos Presupuestos municipales, también llevan días presionando en este sentido. Su concejal José Manuel Calvo ha recriminado a la vicealcaldesa que "las corruptelas del PP están manchando a Ciudadanos, que llegó con la bandera de la regeneración a las instituciones", y le ha ofrecido abiertamente la Alcaldía.
Recupera Madrid ha puesto sus votos "a disposición de Begoña Villacís para armar la moción de censura y gobernar este año hasta las elecciones en el formato que ella considere, en coalición o ellos sólos como quieran". A cambio de dos condiciones: que "saque al PP del gobierno" y que "esclarezca todo lo sucedido en el espionaje".
Pero la respuesta de Villacís a esta oferta ha sido contundente: "Ya he dicho que no voy a hacer ninguna moción de censura. No hablamos de corrupción. Ni el alcalde ni el Ayuntamiento están imputados". Y ahí está el matiz.
"Si hubiera imputación, evidentemente, otro gallo cantaría", señalan desde el entorno de la vicealcaldesa, aunque recalcan que "no hay nada" atribuible al alcalde en la querella presentada por la Fiscalía Anticorrupción contra los empresarios Alberto Luceño Cerón y Luis Medina Abascal, hijo de Naty Abascal y del fallecido duque de Feria.
Villacís ha subrayado que "el alcalde lo está pasando mal" por el runrún generado en torno al caso. Esto ha provocado que la portavoz de los socialistas madrileños, Mar Espinar, la haya criticado por "estar siempre de perfil" y "sumarse al víctimismo del alcalde".
En este sentido, Rita Maestre, portavoz de Más Madrid en el consistorio, ha señalado que "la única víctima en el caso de comisiones es el pueblo de Madrid al que han robado seis millones de euros". Maestre es, por el momento, la única líder de la izquierda madrileña (y la principal) que ha descartado abiertamente la moción de censura "hasta que finalicen los trabajos de la comisión" de investigación.
Fuentes de la izquierda en el consistorio sostienen que no aceptará la oferta porque "resta sólo un año de legislatura" y una maniobra así podría suponerle "cerrarse las puertas del PP en el futuro". Una tesis que ella ha descartado en conversación con este periódico, pero que goza de mucho predicamento en la política municipal.
Sombra de corrupción
La sombra de la corrupción se instaló en Cibeles ya el pasado 16 de febrero, cuando distintas informaciones apuntaban a que el núcleo duro de Pablo Casado, compuesto entre otros por Ángel Carromero, habría contratado a un detective para investigar, desde la Empresa Municipal de Vivienda (EMVS), las comisiones que se habría llevado el hermano de la presidenta madrileña, Tomás Díaz Ayuso.
Hubo entonces quien señaló a Almeida, amigo de Carromero, como posible conocedor de estos movimientos. Pero el alcalde organizó una comisión de investigación para limpiar su imagen... con escaso éxito, pues apenas ha habido comparecientes. De los 45 citados, sólo tres lo han hecho por lo pronto.
La tercera y última sesión, celebrada el pasado miércoles, se tuvo que levantar ante la incomparecencia del exsecretario general del PP, García Egea, y del exdirector de Comunicación de la Empresa Municipal de Vivienda, EMVS, David Fernández. Este último dimitió de su cargo, como Carromero, cuando estalló el escándalo.
Pero cuando aún anda aclarándose esta cuestión ha saltado un escándalo que ha dado argumentos a la izquierda para volver a presentar la idea de una moción de censura: el Juzgado de Instrucción número 47 de Madrid ha admitido a trámite la querella presentada por la Fiscalía Anticorrupción contra los empresarios Alberto Luceño Cerón y Luis Medina Abascal, hijo de Naty Abascal y del fallecido duque de Feria.
El Ministerio Público les acusa de "inflar" los precios de contratos de guantes, mascarillas y test contra la Covid y entregar material defectuoso. Por esta gestión, realizada en lo peor de la pandemia, cobraron comisiones millonarias que gastaron en todo tipo de productos de lujo: un velero, cohazos, un piso, relojes Rolex...
La querella subraya que Luis Medina contactó inicialmente con el Ayuntamiento de Madrid, "aprovechando su condición de personaje conocido en la vida pública y su amistad con un familiar del alcalde". Gracias a ello, pudo conseguir el nombre de la coordinadora general de Presupuestos y Recursos Humanos del Área de Gobierno de Hacienda y Personal del consistorio, también consejera de la Empresa de Servicios
Funerarios y Cementerios, la compañía municipal que encargó los contratos.
Esta funcionaria era Elena Collado Martínez, encargada de negociar con Luceño, que se presentó como "agente exclusivo" de una empresa asiática y manifestó que firmó los contratos con vocación altruista.
Desde que se ha conocido la noticia Almeida ha insisitido en que el Ayuntamiento ha sido víctima de esta supuesta estafa. Según ha podido saber EL ESPAÑOL, la corporación municipal se personará en el procedimiento. Acaso porque, como ha recalcado el regidor, "el papel del Ayuntamiento es el de víctima".
A esta tesis se ha adherido hasta el momento la vicealcadesa Begoña Villacís, que lleva escuchando durante dos meses los cantos de sirena de la izquierda madrileña para descabalgar a José Luis Martínez-Almeida y ser investida. La oferta se ha vuelto ahora, incluso, más tentadora: la vara de mando a cambio de la cabeza de su socio de Gobierno en Cibeles, con quien su relación se ha deteriorado durante la legisltura.
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