Sánchez suspende a última hora su viaje a Moldavia y a Polonia por la crisis política del 'caso Pegasus'
Moncloa y Exteriores confirmaban el viaje minutos antes, cancelado para no perder un voto este jueves en la convalidación del decreto contra la crisis.
27 abril, 2022 15:58Noticias relacionadas
El llamado caso Pegasus puede con todo. No sólo amenaza la votación del decreto contra las consecuencias económicas de la guerra, que debe convalidarse este jueves en el Congreso, también la política exterior española. Pedro Sánchez acaba de cancelar su viaje a Moldavia y Polonia, previsto para este jueves y viernes, a pesar de que apenas una hora antes todos los preparativos de Moncloa estaban en marcha.
Los servicios de Internacional y de Protocolo de Presidencia ya habían cerrado reuniones al más alto nivel en Chisináu y Varsovia, además de una visita a un centro de refugiados, e incluso convenios de profundización de las relaciones diplomáticas con Moldavia.
Se habla de "aplazamiento" porque la intención, según fuentes de Moncloa, es realizar el viaje más adelante para expresar la solidaridad de España con Polonia y Moldavia ante la acogida de refugiados ucranianos.
La visita oficial había sido confirmada, minutos antes, por fuentes directas del Ministerio de Asuntos Exteriores a este periódico. "Los acontecimientos en Moldavia hacen aún más importante este viaje", explicaban, incluso a pesar de que estos acontecimientos eran escaramuzas bélicas y atentados que recordaban a los primeros movimientos de tropas rusas antes de la invasión de Ucrania.
Hay que recordar que en el país más pobre de Europa, la región rebelde prorrusa de Transnistria es sede de "el mayor arsenal de armas pesadas de Moscú fuera de su territorio". Informes de Inteligencia en poder de Moncloa indican desde hace mes y medio que Vladímir Putin tiene la intención de extender la guerra a este territorio para hacer la pinza a Ucrania.
El presidente del Gobierno ha tenido que tomar esta decisión para no jugarse un solo voto en la convalidación en el pleno del Congreso del real decreto de medidas contra la crisis que sus socios amenazan con tumbar, "insatisfechos" con las explicaciones dadas por el Gobierno y, sobre todo, "preocupados con la enorme crisis política que no hace sino empeorar", en palabras de uno de los políticos presuntamente espiados con el software que habría infectado su teléfono móvil.
"No sabemos si ha sido el CNI o no, pero el Ejecutivo no ha tenido un solo gesto para demostrar interés", explica en conversación con este periódico, "y en estas circunstancias es imposible que haya confianza como para aprobarle nada al Gobierno". No al menos, sin tener nada con qué explicarse ante su electorado, venía a decir.
La agenda oficial confirmada por Moncloa, indicaba que aterrizaría en el aeropuerto de Chisináu a las 15.00 hora española, por lo que tendría que haber despegado de Madrid hacia las 11.30 horas, ya que la duración del vuelo es de unas tres horas y media. La premura de tiempo ya era notoria, antes incluso de la crisis política del caso Pegasus.
Pero es que la misma agenda de Sánchez ya retrasaba el inicio del debate en el Congreso, ya que a las 9.30 horas recibirá al primer ministro búlgaro, Rumen Radev, en Moncloa. Aunque la presidenta de la Cámara, Meritxell Batet, determinara una votación inmediata al debate -en lugar de acumular las de los tres decretos que se deben convalidar este jueves-, el presidente no tendría tiempo de cumplir con su visita al centro de acogida de Chisináu a las 15.30 horas.
Sin apoyos
La ausencia de Sánchez restaba un voto a favor de la convalidación, que sigue en el aire, ya que tampoco los partidos de la oposición se sienten atendidos por el Gobierno. Tanto Ciudadanos como el PP, según las fuentes consultadas, esperan una llamada de Félix Bolaños en la que les asegure que el decreto se tramitará como proyecto de ley para que el Ejecutivo atienda alguna de sus peticiones.
Fuentes del partido liberal confirman a este diario que "de momento, ha habido una reunión con el ministro, pero sin avances porque no se comprometen a nada".
Y entretanto, el Gobierno se ha quedado sin apoyos. Sus socios habituales, como ERC y Bildu, amenazan con votar en contra si no se asumen responsabilidades políticas "y ruedan las cabezas que deban rodar" por el supuesto espionaje a dirigentes independentistas.
El Gobierno, sin embargo, todavía confía en enderezar ese entuerto o en lograr que el decreto salga adelante gracias a la abstención del PP. Pero los de Alberto Núñez Feijóo exigen que se negocie su "plan de choque económico" con rebajas fiscales "a las rentas bajas y medias".
A principios de semana, Moncloa anunció que Sánchez viajaría el jueves a Moldavia y el viernes a Polonia. De hecho, el presidente ya había confirmado a la primera ministra, Natalia Gavrilita, y a la presidenta, Maia Sandu, de Moldavia sus reuniones bilaterales en la tarde del jueves, tras visitar un campo de refugiados ucranianos.
El presidente quería transmitir el compromiso de España y la solidaridad de su Gobierno con la llegada de refugiados procedentes de Ucrania. Este año se cumplen tres décadas del establecimiento de relaciones diplomáticas con Chisináu, pero ningún jefe de Gobierno español ha visitado nunca Moldavia y Sánchez, incluso, iba a sondear la posibilidad de abrir una antena diplomática en el país, en el que España no tiene embajada.
También había concertado una reunión al día siguiente con el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, con quien le une una buena relación a pesar de ser de líneas políticas completamente enfrentadas. Sin embargo, la crisis política del caso Pegasus ha cancelado los planes.