Bal: "La idea de que tras el espionaje al Gobierno está Marruecos abona la tesis del chantaje a Sánchez"
El portavoz de Ciudadanos responde a Pedro Sánchez: "Para mí, querido presidente, sus palabras son medallas".
16 mayo, 2022 01:41Noticias relacionadas
Cuando Edmundo Bal terminó su argumentación acerca de lo sucedido en el seno del CNI, Pedro Sánchez le respondió con una mofa. Vino a decirle que era una lástima considerarse tan bueno y no ser capaz de sacar un escaño en las autonómicas de Madrid. "Para mí, querido presidente, esas palabras son medallas", responde ahora el portavoz de Ciudadanos.
En esta entrevista, atendida desde el Congreso de los Diputados, Bal revela que, "al ver el rostro de Sánchez", ya supo que "había dado en el clavo". Este abogado del Estado acusó al Gobierno con piel y nombres propios de prostituir las instituciones: "Intenta convertirlas en su gabinete político". Resuena en el recuerdo, como un disparo de pistola, aquella pregunta retórica de Sánchez: "¿De quién depende la Fiscalía?".
Edmundo Bal fue cesado por haberse negado a rebajar la rebelión a sedición en el escrito de acusación del procés, tal y como pretendía Moncloa. Entonces fue fichado por Ciudadanos, un partido que no cambiará por otro.
A lo largo de la conversación, Bal dará un paso más. Antes de verbalizar sus conclusiones, advierte: "No soy un loco ni un conspiranoico". Luego razona: "Es lógico pensar que pudo existir un chantaje de Marruecos a Sánchez con datos robados".
Lo argumenta de esta manera: Sánchez da un giro a la política internacional referida a Marruecos. Se pliega a los deseos de Mohamed VI. Dice haber alcanzado un acuerdo, pero no revela los términos de ese acuerdo. Meses después, los españoles se enteran de que el Gobierno fue espiado presuntamente desde Rabat. "Causa-efecto".
En la última sesión de control, Inés Arrimadas le cedió a usted la vez para preguntar a Pedro Sánchez por el cese de la directora del CNI. Lo hicieron para trazar un paralelismo con su caso. “Le pidieron mi cabeza y usted bajó el pulgar”, le espetó al presidente.
Inés está con el coronavirus. Me llamó el martes por la mañana, un día antes de la sesión: “Tengo síntomas leves, tos, dolor de cabeza”. Entonces pensamos en pedir la posposición de la pregunta a la semana siguiente. Cuando iba a decírselo a la presidenta del Congreso, nos enteramos del cese de la directora del CNI. Volvió a llamar Inés: “Está claro, Edmundo, que la pregunta la tienes que hacer tú”.
¿En qué se parece su caso al de la ya exdirectora del CNI?
Conviene precisar que mi caso no es el único. Por eso cité a Sánchez Corbí (coronel de la UCO cesado por Marlaska en 2018), a Pérez de los Cobos (jefe de la Guardia Civil en Madrid también destituido por el ministro del Interior) y a Mariscal de Gante (apartada del Tribunal de Cuentas en la última renovación).
Me consta que ha habido más ceses similares en la Administración a manos de este Gobierno, que no han trascendido por no ser casos tan mediáticos. Se nos cesa por no someternos al proyecto político de Sánchez. Sinceramente, en mi caso particular, sospeché que mi cabeza también se la pidieron los independentistas, como han hecho ahora con el CNI.
Explíquese.
Los abogados de los independentistas me conocían de pleitos anteriores. Sabían que era incisivo y duro en las preguntas. Durante la instrucción de la causa, no paré de preguntar. Luego fui cesado [por querer acusar de rebelión a los encausados del procés, y no de sedición, como pretendía el Gobierno].
Nunca tendré la certeza, pero siempre lo he creído. Recuerdo perfectamente a Rufián, cuando yo ya estaba fuera, decir: “Nos ha parecido bien la postura de la abogacía del Estado”. Lo dijo después de que la abogacía hiciera un papelón tremendo con el suplicatorio de Junqueras referido al Parlamento Europeo.
Pedro Sánchez alabó su “buena oratoria”, pero luego se mofó de usted por no haber logrado ningún escaño en las autonómicas de Madrid. ¿Le pareció un golpe bajo?
Cuando alguien responde de esa manera tan chusca, macarra y zafia, ¡con tan poca elegancia!, es porque se ha quedado sin argumentos. Para mí, querido presidente, sus palabras fueron medallas. La prueba de que acerté con mi intervención. Cuando terminé de hablar, vi la cara que puso… Su grupo parlamentario también se dio cuenta. Al acabar, se levantaron a aplaudirle como un solo hombre, sabían que estaba tocado.
Un poco de respeto, hombre, no se mofe de mí. A mí me han votado los españoles, exactamente igual que a usted. Tampoco es algo que me preocupe: he estado años destinado en la jurisdicción social y penal. Me han dicho cosas mucho peores que esa.
El fondo de su intervención fue acusar a Sánchez de poner las instituciones del Estado a su servicio. Una tentación tradicional, merodeada por todos los presidentes del Gobierno.
Sí, pero mire: yo llevo muchos años en la Administración. He trabajado con gobiernos de PP y PSOE. Lo que está pasando en la abogacía del Estado no había ocurrido jamás. ¡Nunca jamás! Yo discrepé en tiempo de Zapatero respecto a asuntos de naturaleza mediática, y no pasó nada. El funcionario aporta un criterio técnico, y luego el político decide.
Sánchez está prescindiendo de los servidores públicos que no le secundan. Sólo quiere funcionarios comprometidos con su proyecto. Convierte las instituciones del Estado en su gabinete político. Si eso es peligroso en la abogacía del Estado, ¡imagínese en el CNI!
Ciudadanos sostiene que Sánchez entregó la cabeza de la directora del CNI a los independentistas para salvar la suya. Pero, en realidad, el asunto va más allá: filtró que las máximas autoridades del Gobierno habían sido espiadas para tapar que el propio Gobierno había espiado a los dirigentes del separatismo.
Sí. Y lo hicieron con una extraordinaria negligencia. De forma imprudente e impetuosa. Convocaron la rueda de prensa a las nueve y media de la mañana de un día festivo. No fue más que una maniobra política para cortarle la cabeza a la directora del CNI, dado que sus socios pedían la de Margarita Robles.
En un momento determinado, le debieron de decir a la ministra de Defensa: “O la cabeza de Paz Esteban o la tuya”. Y ella salvó la suya, lo que me parece indignante. Un buen jefe de equipo no hace eso.
"La seguridad del móvil del presidente no depende del CNI, sino de Presidencia. Debió cesar a Bolaños o a alguien de su equipo"
Además, legalmente, la responsabilidad por los móviles espiados del presidente y sus ministros no era del CNI, sino del Ministerio de la Presidencia.
¡Exacto! ¡Y eso está pasando desapercibido en algunos medios de comunicación! Es muy importante. Según el real decreto, eso depende de la estructura de Presidencia. Por tanto, cuando el presidente dio a entender que cesaban a la directora del CNI por la brecha de seguridad en su móvil y en el de otros ministros, debió cesar a Bolaños o a alguien de su equipo, no a Paz Esteban.
Rodó la cabeza equivocada.
Sí. Se la cortaron a quien no debía responder por eso. Ya le digo que si eso hubiera sido competencia del CNI, no habrían tardado un año en encontrar el problema. Todo está muy protocolarizado allí, trabajan de manera muy profesional. Esa chapuza es impropia del CNI.
Ustedes vieron en el Congreso la autorización judicial que dio el Supremo al CNI para espiar a los independentistas. A su juicio, ¿ese espionaje estaba justificado?
Por respeto a la ley, no puedo hablar de lo que vi dentro. Pero está muy claro: el CNI no persigue delitos, sino que trata de obtener información para garantizar la seguridad del Estado. Cuando fija sus objetivos, se los traslada al Gobierno. Si un grupo de personas dice en público que va a dar un golpe al Estado y va a proclamar la independencia de Cataluña, ¿no es razonable que se convierta en un objetivo de los servicios de inteligencia? ¡Pues claro!
Es que estamos fuera de foco: el CNI busca información en quien cree que puede tenerla, no en quien está cometiendo un delito. Se requiere autorización judicial, por supuesto. Y la hubo. Sin entrar en detalles, puedo decirle que salí de esa comisión absolutamente convencido de que el CNI actuó conforme a la ley.
"Este país es mucho más débil que ayer en materia de inteligencia y seguridad"
Esto sólo acaba de empezar: Podemos, que está dentro del Gobierno, y los socios nacionalistas que sostienen al Ejecutivo han pedido una comisión de investigación para acabar con las “estructuras policiales” y la “policía patriótica”.
Lo que ha ocurrido no tiene nada que ver con la “policía patriótica”. Un grupo de personas anunció que daría un golpe y que proclamaría la independencia de Cataluña. ¡Además lo hicieron! ¿Qué pretendía Podemos? ¿Que el Estado se cruzara de brazos? ¿Eso qué significa? ¿Que el CNI no va a poder investigar si anuncian que volverán a hacerlo? ¡Porque lo impone un condenado como Junqueras! ¿De verdad? Sánchez ha cedido al chantaje y este país es mucho más débil que ayer en materia de inteligencia.
Ciudadanos ha denunciado a Rufián por revelar el contenido de la declaración de la exdirectora del CNI en la comisión de secretos oficiales. Ustedes piden para él entre uno y cuatro años de cárcel. ¿Creen que esa denuncia realmente puede prosperar? ¿No tiene la sensación de que hubo más diputados que filtraron el contenido a la prensa?
Por supuesto. Tengo la absoluta seguridad de que más diputados filtraron el contenido de la conversación. Pero hacen falta pruebas. Y los periodistas se acogen, como marca la Constitución, a su derecho a no revelar las fuentes. ¡Rufián se fue a la tele y reveló lo que había dicho la directora del CNI!
Hemos ido conociendo cada vez más indicios de que el espionaje al Gobierno central vino de Marruecos. Pero ni Sánchez ni Robles ni Marlaska han pedido explicaciones al país vecino.
En la tribuna del Congreso, le pedí a Sánchez que aclarara por qué España ha cambiado repentinamente su política internacional en relación a Marruecos y el Sáhara. No respondió. No aclaró los términos del acuerdo con Rabat. Después hemos conocido los datos que apuntan a que el espionaje al Gobierno partió de Marruecos. Todo esto abona la sospecha de un posible chantaje al presidente Sánchez con los datos que pudieron haber obtenido. Es lógico pensarlo.
Causa-efecto.
Es legítimo presuponer esa relación causa-efecto entre el robo de los datos y el cambio de política sobre Marruecos. No soy un loco ni un conspiranoico, hay racionalidad en esa forma de pensar.
"Pensaba que la Alta Inspección contaba con siete funcionarios, pero he descubierto que sólo quedan dos"
En otro orden de cosas: el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña ha dado quince días a los colegios para que cumplan con el mandato que les obliga a impartir el 25% de los contenidos en castellano. Sin embargo, la ministra de Educación dijo en una entrevista con este diario que la Alta Inspección no puede hacer esas comprobaciones.
Ciudadanos lleva años reclamando que la Alta Inspección funcione. Pensaba que disponían de siete funcionarios. Descubrí con estupor, leyendo EL ESPAÑOL, que sólo quedan dos. Hemos pedido un refuerzo. Al principio de la democracia, era un órgano que cumplía con esa función de coordinación para que no existieran diferencias educativas en el territorio nacional.
Pero hoy eso ya no existe.
La Alta Inspección se la cargaron el PP y el PSOE con las cesiones cortoplacistas al nacionalismo para que les invistieran y les aprobaran los Presupuestos. La ministra de Educación miente. No es verdad que la Alta Inspección no tenga competencias. ¡Está siendo mandatada por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña!
Cuando el juez se harte de que el Ministerio de Educación ponga excusas, le dirá: “Dígame el nombre del funcionario encargado”. Pepe Pérez. Pues llamará a Pepe y le dirá: “Vaya usted a comprobar a los colegios, que yo le doy las competencias”. Menudo papelón está haciendo el Gobierno.