Moncloa se harta de Podemos y allana el camino para reformar el 'sí es sí' con el PP
"Hemos pecado al extremar el diálogo", reconocen desde el PSOE, donde ya hablan abiertamente de no llegar a un acuerdo con sus socios.
14 febrero, 2023 03:27El ala socialista del Gobierno parece no aguantar más la postura de Unidas Podemos en cuanto a la reforma de la Ley del sólo sí es sí. Hay ya quien piensa que el departamento de Irene Montero ni siquiera quiere modificar la norma.
Por eso, el PSOE da casi por imposible llegar a un acuerdo con el Ministerio de Igualdad y pisa el acelerador para abordar los cambios, aunque sea apoyándose en el PP.
Este martes se verá hasta dónde llega el hartazgo. Por la mañana, se reunirá la Mesa del Congreso y acordará que la proposición de ley del PSOE para reformar la norma se tramite por la vía de urgencia. Los de Unidas Podemos, que tienen tres miembros, no desvelarán hasta el final el sentido de su voto. Pero los socialistas seguirán adelante porque no les hace falta su apoyo.
El PP ya se ha ofrecido al PSOE y, entre ambos suman cinco votos en la Mesa. "Si tienen problemas con sus socios, pueden contar con nosotros", aseguran a este diario fuentes populares. "Eso sí, si Podemos vota en contra de esto aunque no haya acuerdo, ya sería el Gobierno de la descoalición", añaden.
Desde el PSOE reconocen que lo llevan a la Mesa sin haber "atado" los números suficientes para ver si prospera o no. Es decir, que no lo han hablado con Podemos, pero cuentan con el PP, partido con el que ya han dicho que no van a "negociar", pero sí a "hablar".
Los socialistas llevan tiempo diciendo que sacarán la reforma adelante, y este es el segundo movimiento unilateral tras su presentación. "Nosotros queremos soluciones, no ganar el relato", desgranan desde Ferraz.
Esta situación, en la que el PP podría acudir al rescate del PSOE, coincide con un endurecimiento del tono por parte de los socialistas hacia Podemos. "[El debate] no se puede eternizar hasta el siglo que viene", dijo este lunes la vicesecretaria general del PSOE María Jesús Montero, que calificó la negociación de "circular". Es decir, que no llega a ninguna parte.
Pero, aunque se sigue hablando de la necesidad de alcanzar un pacto y de que ese es el mejor escenario para el Gobierno de coalición, de puertas adentro los dirigentes socialistas se muestran contundentes. "Hemos pecado al extremar el diálogo", reconoce un dirigente de Moncloa.
"Hay muchas maneras de alargar las negociaciones tocando puntos menores, pero no están tocando el corazón. Si no lo tocan, no vamos a llegar a un acuerdo", añade.
Los socialistas advierten un "empecinamiento" por parte de los morados y hablan abiertamente de la posibilidad de no llegar a un acuerdo. Este enconamiento llevó la semana pasada a que algunos dirigentes socialistas insinuaran que los morados no querían reformar la ley.
Aunque esa era la postura inicial de Irene Montero y los suyos, acabaron aceptando sentarse en la mesa para buscar una solución, una solución que nunca llega.
[El PSOE pide a Podemos que rebaje el tono de sus ataques y no "eternice" el debate del 'sí es sí']
Además, las fuentes socialistas aseguran que las propuestas que les mandan desde el Ministerio de Igualdad no servirían para detener la rebaja de penas y les acusan de filtrar las propuestas del Ministerio de Justicia, pero no las suyas propias. "Si tuvieran tanta seguridad de que su propuesta es la buena, ¿por qué no la tiene la prensa?", advierten las mismas fuentes.
Los socialistas no saben aún hasta qué punto están dispuestos en Unidas Podemos a mantener el pulso. Aunque este martes se pasará un primer examen, queda por ver qué harán cuando haya que votar la reforma.
La decisión final de los morados, dicen los socialistas, dependerá de sus propios debates internos. Se refieren así a la pugna entre el sector de Irene Montero y Ione Belarra y el de Yolanda Díaz, aunque afean a la vicepresidenta segunda que se mantiene muy de perfil.
Sopesan una salida parecida a la vivida la semana pasada con la Ley de Bienestar Animal: Podemos mantuvo hasta el final que no dejaría pasar la ley si dejaba fuera a los perros de caza y, en el último momento, votó a favor. La única diferencia es que, en ese caso, eran necesarios los votos de los morados y ahora, con el PP, no.