Los socios de Sánchez darán réplica a Tamames en la moción al fracasar el intento de plante

No habrá silencio ante Ramón Tamames. El plan inicial de los socios de investidura de no dar réplica al candidato de Vox en la moción de censura, planteado a finales de la semana pasada a iniciativa de ERC, ha dejado de ser una opción —"o todos o ninguno"— tras la negativa de alguno de los partidos que inicialmente iban a estar implicados. El PSOE fue el único que desde el primer momento se desmarcó del resto, apostando por el cara a cara.

Esta no-respuesta conjunta de los socios minoritarios, una suerte de cordón sanitario para evitar exponer de más al partido de Santiago Abascal, sonó con fuerza al principio pero naufragó al cabo de un par de días. Según indican fuentes parlamentarias, el jueves por la noche hubo una rueda de llamadas impulsadas por Gabriel Rufián entre los socios del Gobierno y todos dieron el visto bueno a no responder a Tamames. 

Pero el plan no tardó en encallar. A la hora de perfilar la estrategia de la moción, que todavía es lejana y debe esperar a que la Mesa del Congreso fije una fecha, los grupos dejaron de contestar a lo largo del fin de semana. Este martes, sólo Rufián defendía el silencio ante la pasividad del resto de aliados.

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El más claro fue el portavoz de Compromís, Joan Baldoví, quien adelantó durante la rueda de prensa semanal que todavía no sabía cómo abordar el debate. "Pero si el PSOE va a hacer uso de la palabra, entiendo que haremos uso de la palabra", adelantó, dando a entender que replicaría a Ramón Tamames. Seguidamente, otros partidos pasaron a defender la misma opinión.

Las mismas fuentes señalan que callarse ante la moción de censura evitaría dar un "balón de oxígeno" a Vox en el debate. Pero se preguntan a qué precio. "Si el PSOE es el único partido que da la réplica, se llevará todo el foco", resuelven, dado que los socialistas siempre estuvieron en contra del silencio programado.

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Santiago Abascal registró este lunes su moción de censura contra Sánchez, en la que Vox presenta al exdirigente del PCE Ramón Tamames como candidato a presidente del Gobierno. Entre los grupos, sobre todo entre los progresistas, reina el sentir general de que la moción ha nacido estéril —no hay ninguna posibilidad de que fructifique— y responde únicamente a una batalla de Vox con el PP por la bandera de la derecha.

"Si Abascal quería quitarse de en medio a Feijóo, le hubiera bastado con esperar a que Ayuso lo hubiera decidido", ironizaba este lunes Alejandra Jacinto, portavoz de Podemos. La idea de Vox, dicen las mismas fuentes, no es tanto derrocar a Pedro Sánchez del Gobierno sino obligar al PP a elegir entre una nueva foto de Colón o volver al mantra de la derechita cobarde que no se atreve a votar contra el PSOE.