Catalá pugna por Valencia embarazada de 8 meses: "Es el punto de partida para el cambio en España"
"La gente bromea con que mi hijo vendrá con la vara de mando debajo del brazo" / "¿Gobernar con Vox? La normativa municipal es más sana, si nadie suma, gobierna el más votado" / "Barcelona no está en un buen momento. Podemos situarnos como segunda ciudad en atracción de inversiones".
6 mayo, 2023 01:12María José Catalá (Valencia, 1981) atiende a EL ESPAÑOL tras un acto de precampaña. Elige para la entrevista el Grao de Valencia, su lugar en la ciudad, el del negocio familiar de su padre, junto a la playa donde, de niña, fue inmensamente feliz. Regresa a ella a las puertas del día de la madre. Lleva un vestido negro que estiliza su figura, pero también luce, incontestable, su avanzado embarazo.
Reveló su estado en marzo con un discreto mensaje en Instagram. Explicó entonces que a Júlia, su primogénita, "le llegará un hermano en verano". Será muy al principio del estío, si no se adelanta, porque la candidata del PP a la alcaldía de Valencia concurrirá al 28M embarazada de 8 meses.
"La gente bromea con que mi hijo vendrá con la vara de mando debajo del brazo", relata. No lo llama por su nombre porque todavía no se han decidido por uno.
Su augurio lo respaldan las encuestas. La práctica totalidad de los sondeos da al PP la victoria en la ciudad, y muchos prevén también una mayoría de derechas que acabaría con ocho años de alcaldía de Joan Ribó (Compromís) en coalición con Sandra Gómez (PSPV-PSOE).
La igualdad entre bloques, sin embargo, obliga a los candidatos a echar el resto en una campaña que Catalá afronta entre ecografías y preparativos para la llegada del pequeño. "Sé que tenemos el foco nacional, porque este es el punto de partida para un cambio importante en toda España", reflexiona.
Fue madre por primera vez días antes de la Convención Nacional del PP de Pablo Casado, celebrada en Valencia con usted de anfitriona. Ahora afronta, embarazada de nuevo, una campaña electoral decisiva ¿Cómo lo lleva?
Lo llevo muy bien, la verdad. Estoy en la recta final de mi embarazo y en la recta final de la campaña. La gente bromea con que mi hijo vendrá con la vara de mando debajo del brazo, y ojalá sea así. Estoy muy bien, físicamente muy animada, con muchísima energía. Llevo un embarazo estupendo.
He cumplido un sueño personal y familiar, que era que Júlia, mi hija, tuviera un hermano. Y un sueño político y profesional, que es poder hacerlo encauzando la campaña más importante de mi vida. Es una campaña en la que la ciudad y el PP se juegan mucho. Sé que tenemos el foco nacional, porque este es el punto de partida para un cambio importante en toda España.
"Las mujeres tenemos miedos. Yo pensé en si mi embarazo podría provocarme una malentendida posición de debilidad. Es bueno visibilizar que podemos compaginarlo"
A las mujeres se las aplaude o se las critica por compaginar la maternidad con picos de trabajo. Con los hombres el asunto pasa desapercibido. ¿Cómo lleva usted este fenómeno? ¿Hacemos bien en preguntarle por ello?
Yo creo que hacéis bien, porque el hecho de poder compaginar un cargo de responsabilidad o cualquier profesión en un pico de trabajo con la maternidad es un tema que es complejo. Durante mi primer embarazo yo hacía memoria de las mujeres políticas embarazadas y solo me venían a la cabeza Carmen Chacón y Soraya Sáenz de Santamaría. Dos ministras que desarrollaron su trabajo y cumplieron con su sueño familiar.
Me deja más tranquilo
Creo que hacéis bien en preguntarlo porque las mujeres trabajadoras tenemos dificultades a veces. Y tenemos miedos sobre si la maternidad nos va a perjudicar en nuestra vida profesional. Sobre si va a ser bueno o va a ser malo, sobre si será un problema en nuestro trabajo.
Yo pensé en si sería una dificultad para mi campaña, en si se me iba a ver en una posición de debilidad, en una malentendida debilidad por posibles dificultades a la hora de compaginarlo. Hacéis bien visibilizando que las mujeres podemos y debemos hacerlo. Que se pueden cumplir los retos profesionales y los deseos personales y familiares.
Yo tuve a mi hija y a los diez días asumí la secretaría general del partido. Unos meses después, la portavocía de las Cortes Valencianas, que he compaginado con la portavocía del PP en el Ayuntamiento de Valencia durante los primeros meses de vida de Júlia. Ahora mismo abordo la campaña más importante de mi vida con una niña de 22 meses, un embarazo de 33 semanas y con todo el foco nacional puesto en la ciudad de Valencia. No está mal (risas).
Las encuestas dan un resultado ajustado en Valencia ciudad. ¿Qué dicen las suyas? ¿Se ve como alcaldesa?
Mis mejores encuestas son las percepciones de la calle, el ánimo, el calor de la gente. Si atiendo a esas sensaciones, que son muy importantes en política, la verdad es que la cosa va muy bien después de cuatro años pisando todos los barrios de Valencia y estudiando muy bien cuáles son los problemas de la ciudad, sus retos más complejos.
Hablo de infraestructuras como el Corredor Mediterráneo, con el soterramiento de las vías de Serrería, el canal de acceso a la ciudad y el túnel pasante, la ampliación y la conexión norte del Puerto de Valencia, proyectos emblemáticos como los urbanísticos del Grao o Benimaclet, o sociales como la pirámide poblacional de la ciudad, la soledad de la gente mayor, las dotaciones sanitarias y educativas...
Llevo cuatro años estudiándome bien esta ciudad y creo que llego preparada para asumir el reto.
"En 2019 el partido me puso una encuesta sobre la mesa que nos daba 6 concejales. Yo era una suerte de bombera para mantener la posición y empezar a construir"
¿Ve entonces una gran diferencia respecto a 2019, cuando accedió a ser candidata a la alcaldía casi sobre la bocina?
Sí. Creo que entonces asumí bien el reto que me lanzó mi partido, que era muy distinto. Veníamos de cuatro años horribles, después de cuatro años tras haber perdido la alcaldía Rita Barberá después de 24 años de gobierno. La situación del grupo municipal era muy compleja, y Rita, por desgracia, falleció. El partido estaba desanimado, desarticulado.
Llegué y el partido me puso encima de la mesa la encuesta que tenían entonces, que nos daba solo 6 concejales. Me dijeron que las cosas pintaban muy mal y que yo era una suerte de bombera, un activo de emergencia para que el partido mantuviera la posición y construyera, a partir de ahí, un proyecto sólido. En lugar de 6, logramos 8. Mejoramos los resultados de las autonómicas y generales que se habían producido solo un mes antes por el adelanto electoral de Ximo Puig.
Después de cuatro años, la expectativa más modesta nos otorga ahora 5 concejales más, hasta un total de 13. Las más optimistas hablan de 15 ediles. La mayoría absoluta se encuentra en 17. El partido está fuerte. Hemos hecho demostraciones de fuerza. Volvimos a llenar la plaza de toros de Valencia y vamos a volver a hacerlo con Alberto Núñez Feijóo el próximo 21 de mayo.
"¿Gobernar con Vox? Por suerte, la normativa municipal es más sana que la autonómica, y si nadie suma mayoría absoluta gobierna el partido más votado"
Los sondeos que le otorgan la alcaldía reflejan que necesitará usted el apoyo de Vox. ¿Accederá si le exigen entrar también a formar parte del Gobierno?
Por suerte, la normativa que rige las elecciones municipales es mucho más sana que la de las autonómicas o nacionales. Si no hay partidos que sumen la mayoría absoluta, de 17 concejales en nuestro caso, inmediatamente gobierna el partido más votado. Ni siquiera se produce una segunda votación.
¿Y si Vox exigiera entrar en Valencia para respaldar un posible Gobierno de Carlos Mazón en la Generalitat Valenciana?
Yo soy secretaria general del partido y quiero que Carlos Mazón sea presidente de la Generalitat Valenciana. Ambos aspiramos a lograr una mayoría lo suficientemente amplia para que no se pueda producir ese tipo de negociación, para que ambos tengamos una capacidad ejecutiva amplia.
¿Descarta entonces gobernar con Vox en la ciudad de Valencia?
No quiero pronunciarme sobre escenarios electorales, prefiero esperar a que la gente decida para atender sus decisiones.
Sí contempla entonces la posibilidad de gobernar con Vox...
Espero poder lograr una mayoría lo suficientemente amplia como para hacerlo sola.
¿Cuáles serán sus primeras medidas si logra ser alcaldesa de Valencia?
Tengo que poner en marcha una bajada de impuestos de 67 millones de euros para que sea aplicable en enero de 2024. También he de impulsar un plan de choque de limpieza en toda la ciudad, firmando definitivamente el contrato -que llevamos dos años sin contrato de limpieza, y así nos va-. Además, he de poner en marcha todas las oposiciones que pueda para dotar a la Policía Local de los 500 efectivos que faltan en la calle.
A su vez, como es conocido, he asumido un compromiso público. Convocaré un pleno para nombrar a Rita Barberá alcaldesa honoraria a título póstumo y renombrar el Puente de las Flores como Puente Alcaldesa Rita Barberá.
¿Sería un gesto puntual o aspira a reivindicar a la exalcaldesa durante todo el mandato?
Creo que es un gesto de justicia. La sensación que existe en la ciudad, y así me lo transmiten muchos ciudadanos, es que hay una deuda con la exalcaldesa. Ha de producirse en la ciudad el debido homenaje. A partir de ahí, desde mi punto de vista, la ciudad debe afrontar una segunda gran trasformación, con nuevos proyectos, nuevos retos y nuevas necesidades sociales.
Barberá nunca fue condenada, y se archivó la causa que afectaba a quienes estaban en su situación. Pero aún se investiga su familia por graves delitos, y su vicealcalde sí fue condenado. ¿No es su memoria un arma de doble filo?
Lo que yo tengo claro es que la primera gran transformación de la ciudad la realizó Rita Barberá. Consiguió posicionarla con un liderazgo nacional que hemos perdido durante los ocho años de Joan Ribó. Rita se convirtió en una referencia del municipalismo, y no solo en el PP. Fue una de las primeras mujeres en asumir retos políticos de enjundia. Solo hay que pasarse por los despachos de Las Cortes para observar en las orlas las pocas mujeres que había en sus inicios. Entre ellas estaba Rita Barberá.
Es una gran referencia, y como todas, ha tenido momentos buenos y momentos malos. Creo que esta ciudad no tiene que olvidar los buenos momentos y lo que hizo por la ciudad. Habrá que esperar al procedimiento judicial para ver en qué queda esa investigación. En este partido tenemos mucha experiencia en casos de personas que han sido imputadas y después exoneradas. Le ha ocurrido a unas doscientas personas del PP.
Usted votó en Las Cortes la reprobación de la exalcaldesa ¿Se arrepiente?
Yo creo que no hay nadie en el PP que no se arrepienta de aquel momento. Tuvimos que tomar una decisión muy difícil en un contexto casi imposible. Teníamos un acoso político y mediático sin precedentes, que afectaba también al entonces presidente, Mariano Rajoy. Creo que hemos demostrado durante los últimos años que hemos aprendido la lección. Siempre me he sumado al perdón que verbalizó Isabel Bonig. Fue una mala decisión.
"Una cosa es peatonalizar la ciudad y otra, propagar el feísmo. Debemos ofrecer una imagen estética y cuidada, desarrollar proyectos dignos de la tercera capital española"
¿Qué decisiones revertiría de las adoptadas por el gobierno local de Compromís y PSPV-PSOE?
Mostraré una actitud mucho más proactiva hacia grandes proyectos como desbloquear la ampliación norte del puerto de Valencia y el resto de infraestructuras antes enumeradas. También desbloquearé los grandes proyectos urbanísticos que hacen que esta ciudad no tenga vivienda. No entiendo que estén bloqueados el PAI de Benimaclet o el PAI del Grao, que no se ponga en marcha vivienda protegida en la ciudad. Solo se han construido 14 viviendas en ocho años. Yo planteo hacer 1.032 viviendas protegidas solo en parcelas municipales.
También rediseñaré la movilidad mal entendida, que no ha atendido lo suficiente a la seguridad de las personas. Haré un gran plan de movilidad integral que rediseñará las actuaciones inseguras e ineficientes. Se han improvisado muchas actuaciones que generan inseguridad y colapsos. También trabajaré para dotar de eficiencia a la Empresa Pública Transporte EMT, que se encuentra en quiebra técnica.
¿Contempla revertir peatonalizaciones?
No. Peatonalizar es una buena decisión. Pero una cosa es peatonalizar y otra cosa es propagar el feísmo. Hay que ofrecer una imagen estética, cuidada, apostar por proyectos emblemáticos. Cuando pienso en la Plaza San Agustín, en la Plaza de Brujas o en la Plaza del Ayuntamiento, no hablo de revertir, hablo de desarrollar proyectos dignos de la tercera capital de España.
"Barcelona no está en un buen momento. Podemos situarnos como segunda ciudad de España en atracción de inversiones, talento y oportunidades"
Dijo en el desayuno de Nueva Economía Fórum que "por qué no ambicionar que Valencia sea la segunda ciudad de España" ¿Cómo aspira a conseguirlo?
La inestabilidad social y política que está viviendo Cataluña nos da una oportunidad para resituarnos en el panorama nacional. Barcelona no está en un buen momento y, si hay un cambio político en la ciudad de Valencia, podemos coger fuerza y situarnos como segunda ciudad de España, en atracción de inversiones, talento y oportunidades.
Valencia ha perdido su posición como tercera capital de España porque no hay un alcalde con ganas y con fuerza que pelee por los grandes proyectos. Málaga nos ha adelantado y en estos momentos las inversiones y proyectos muy potentes culturales e innovadores van allí.
Yo voy a ser una alcaldesa reivindicativa y voy a competir con Madrid, Barcelona y Málaga para que los grandes proyectos y las grandes inversiones vengan a Valencia, porque eso implica más empleo y más riqueza para la ciudad.
Ser la segunda ciudad España como epicentro de proyectos e inversiones es algo posible y tengo las ganas y la fuerza para conseguirlo, ofreciendo seguridad jurídica a los inversores. Vamos a ser un Ayuntamiento fuerte y con los mejores al frente que no deje pasar ninguna oportunidad.
¿Qué siente al ver a Madrid proponer un circuito urbano de F1 y a Barcelona adjudicarse la Copa América?
Me siento indignada, siento una rabia total por cómo estamos perdiendo oportunidades en esta ciudad. Pero me da a la vez fuerzas para trabajar, para evitar que, con nuestro gobierno, Valencia deje de perder esas oportunidades. Paso de la indignación a la motivación.
"La izquierda ha seguido con los grandes eventos. La vimos desfilar en chaqué por la alfombra roja de los Goya. Pero la Copa América se demoniza porque la trajo el PP"
¿Debe Valencia volver a la política de los grandes eventos?
Creo que deberíamos aspirar a las oportunidades que son naturales para esta ciudad. Valencia tiene una vocación natural por los deportes náuticos, una infraestructura construida, y es, según los expertos, el mejor campo de regatas del mediterráneo. Nadie cuestiona estos hechos. Lo absurdo ha sido, ante la posibilidad que ha surgido, no pelear por ser la sede de la Copa América de vela como ha logrado finalmente Barcelona. Nadie ha sabido explicar por qué era mala esta opción para Valencia y sí es buena para Barcelona.
Creo que la política de los grandes eventos nunca ha dejado de existir en Valencia. Lo que ocurre es que algunos se ven bien y otros se miran mal. La Copa Davis o la gala de los Goya se han celebrado en Valencia. En esta última vimos a toda la izquierda desfilar vestida de chaqué por la alfombra roja. Lo que ha pasado es que se han demonizado algunos eventos que fueron traídos en su día por el PP.
No menciona la Fórmula 1, un proyecto que ahora recupera Madrid... ¿Hizo bien Alberto Fabra en renunciar a su celebración durante la crisis?
La Fórmula 1, en su día, comportó una inversión en un trazado urbano que era un proyecto complejo. Pero no hay que olvidar que esta tierra tiene infraestructuras que funcionan muy bien, como el Circuito Ricardo Tormo de Cheste, a las que se podría dar un impulso mayor.
"Ya pasé por la Generalitat, para mí esa etapa está cerrada. Mi ambición no va más allá de ser alcaldesa de Valencia"
Usted ya ha sido alcaldesa, en Torrent. También consellera de Educación. ¿Su ambición acaba en la alcaldía de Valencia? ¿Descarta en el futuro otros objetivos como la Generalitat o formar parte del Gobierno de España?
Por la Generalitat ya he pasado. Fue una etapa de mi vida muy enriquecedora, en la que aprendí y sufrí muchísimo. Tenía una cartera muy difícil, que era Educación. Las decisiones duras que tomamos en aquel gobierno durante la crisis las adoptamos porque dos consellers, el de Sanidad y yo, comunicábamos en los plenos a nuestros compañeros que no podíamos pagar los servicios básicos de los valencianos.
Creo que esa etapa para mí está cerrada. Estoy muy ilusionada con la política municipal y con la ciudad de Valencia. Hay que ser honesto, y es verdad que en política cuando dices que nunca harás algo te estás metiendo en un jardín, porque no sabes dónde te va a llevar la vida. Pero, para mí, esa etapa está cerrada. Mi ambición no va más allá de ser alcaldesa de Valencia.
Es el proyecto más bonito que me ha ofrecido mi partido, llevo mucho tiempo trabajando en él y he hecho también una 'inversión' familiar muy importante para llevarlo a término. No hay nada que me apetezca más que ser alcaldesa de Valencia.
¿Qué hará si pierde las elecciones y sigue la izquierda en el poder municipal? No me responda que eso no va a ocurrir...
Eso no va a ocurrir (Risas). Todo parece indicar que se va a producir un cambio en el Ayuntamiento. En cualquier caso, yo siempre voy a estar a la disposición de mi partido para tomar juntos las decisiones oportunas si el escenario es otro. aunque, insisto: me parece muy difícil que ocurra.
"Con el Valencia CF no debemos generar falsas expectativas. Hay que hablar menos y trabajar más, adoptar una posición de fortaleza para que Lim cumpla sus compromisos"
El Valencia CF es la principal entidad social que tiene la ciudad y pasa por una situación muy complicada por los continuos incumplimientos de Peter Lim. ¿Qué puede hacer usted como alcaldesa para contribuir a solucionar este problema?
Lo que ya estoy haciendo es no utilizar el sentimiento valencianista para ganar protagonismo, para prometer lo que no puede ser ni generar expectativas inviables a la afición en un momento emocional muy difícil. No manosear el club me parece la mejor muestra de respeto al valencianismo.
Por desgracia, la situación del Valencia CF no se resuelve el 28 de mayo. Pero puede empezar a resolverse ese día. La propiedad del Valencia ha tenido interlocutores municipales que han jugado cada uno a la suya. En función de si hablaban con Compromís o con el PSOE, les atendía el 'poli bueno' o el 'poli malo'. Esto ha hecho muy débil la posición del ayuntamiento.
Creo que la propiedad no siente que las Administraciones públicas sean realmente capaces de plantarles cara, de exigirles los compromisos que han asumido con la ciudad. Como alcaldesa, lo que yo puedo ofrecer es hablar menos y trabajar más, adoptar una posición de fortaleza, de consenso con todos los grupos políticos y la Generalitat, para que a nuestro lado de la mesa haya realmente un negociador duro y válido.