Alsina a Sánchez en Onda Cero: "¿Por qué nos ha mentido tanto?" ONDA CERO

Política

Feministas del PSOE, perplejas con Sánchez por culpar a Irene Montero de iniciativas que él apoyó

El presidente cuelga a la ministra de Igualdad gran parte de los problemas de su Gobierno, tras hacer caso omiso a feministas socialistas.

20 junio, 2023 04:04

Moncloa llegó inmediatamente a la conclusión de que lo que les llevó al desastre de las municipales y autonómicas del 28 de mayo fue su política de pactos, especialmente con Bildu, y los escándalos vinculados al Ministerio de Igualdad. Por eso puso en marcha justo al día siguiente una operación de borrado del pasado para afrontar en mejor situación las elecciones del 23 de julio.

El primer objetivo de esta operación urgente es poner distancia con el Gobierno de coalición con Unidas Podemos; el segundo, explicar que nunca pactó con Bildu mientras llega a acuerdos con el PNV para evitar alcaldes de la formación de Arnaldo Otegi; y, por último, encapsular la gestión de Irene Montero como si no fuera con Pedro Sánchez. Es casi una autoenmienda a la totalidad.

El presidente del Gobierno hizo ayer estas tres cosas en una entrevista en Onda Cero con Carlos Alsina en la que, por ejemplo, dijo que el discurso feminista planteado por su ministra de Igualdad, desde "la confrontación y no desde la integración”, supone un retroceso.

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Señaló incluso que hombres amigos suyos de 40 o 50 años "han visto discursos incómodos hacia ellos" desde el ministerio que dirige Irene Montero.

Feministas socialistas mostraron a este periódico su perplejidad con este discurso del presidente porque, según explican, toda la legislatura ha estado marcada por la tensión de su colectivo con Irene Montero y, en todas las ocasiones, Sánchez tomó partido por las posiciones de su ministra.

Es más, las posiciones de Montero son las que salieron reiteradamente de los Consejos de Ministros y luego ratificaron en el Congreso los grupos del PSOE y Unidas Podemos, con la única excepción, en el último momento, de la reforma de la ley del "sólo es sí".

Su perplejidad tiene que ver con el hecho de que Sánchez asuma ahora tesis que rechazó toda la legislatura y, además, las atribuya en exclusiva a Irene Montero. Estas mujeres socialistas avisaron reiteradamente de los efectos de una política de Igualdad basada en las teorías queer y la respuesta de Sánchez fue apoyar a la ministra de Podemos y apartar a Carmen Calvo de la Vicepresidencia del Gobierno por encabezar la oposición a Montero.

Por ejemplo, Elena Valenciano, ex vicesecretaria general y número dos del PSOE en época de Alfredo Pérez Rubalcaba, ya advirtió en noviembre de 2022 en una entrevista en el EL ESPAÑOL que "la agenda de Irene Montero nos ha dividido, y eso es un desastre para las mujeres". Sánchez, Moncloa y la dirección del PSOE hicieron caso omiso.

Tampoco atendieron a Amelia Valcárcel, Ángeles Álvarez y la propia Carmen Calvo, con ocasión de la Ley Trans. Sánchez dio orden al PSOE de aprobarla tal y como quería Irene Montero, tras un mínimo intento de introducir retoques.

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Incluso, desde la dirección del PSOE se presentó el conflicto como un asunto generacional y una pugna entre el "feminismo clásico" y el nuevo. El propio José Luis Rodríguez Zapatero le puso voz a esta tesis.

"El proyecto del Ministerio de Igualdad, defendido por la ministra Irene Montero, corresponde a objetivos distintos de los que interesan a la mayoría de las mujeres y lesiona gravemente la unidad de acción del feminismo que es imprescindible para avanzar. Y aquí reside el principal error estratégico del proyecto de Unidas Podemos: las feministas tenemos que ser capaces de acordar los elementos centrales de la agenda porque nuestros adversarios son poderosos", escribió ayer Elena Valenciano en República, reiterando la tesis que siempre rechazó el ahora candidato socialista.

El error de ceder Igualdad

En el caso del "sólo sí es sí", este sector del feminismo recuerda que el sistema de penas fue elaborado por el entonces ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, premiado por Sánchez con el nombramiento de magistrado del Tribunal Constitucional. Es decir, no fue obra de Montero, aunque ella luego se empeñara en achacar las rebajas de condena a los jueces machistas.

Obviamente, Sánchez no destituyó a Montero ni a su polémica secretaria de Estado, Ángela Rodríguez Pam. Según explicó ayer en Onda Cero, no lo hizo en aras de la estabilidad del Gobierno.

La secretaria de Estado sí fue reconvenida en varias ocasiones por Moncloa para que aclarara o rectificara algunas manifestaciones, como sus palabras en tono jocoso sobre las reducciones de condena y excarcelaciones.

Recuerdan las feministas del PSOE que la vicepresidenta segunda y actual candidata de Sumar, Yolanda Díaz, votó dos veces en el Congreso en contra de rectificar la ley que permitía excarcelar y reducir condena a delincuentes sexuales.

Tampoco contravino Sánchez la posición de Irene Montero sobre la prostitución, que las feministas socialistas pretendían penalizar con un discurso claramente abolicionista.

La tesis de Sánchez para encapsular en Montero los "errores" del Ministerio de Igualdad ya la sostuvo el viernes Nadia Calviño y este sábado lo hizo Teresa Ribera en entrevista en EL ESPAÑOL. "Irene Montero ha abierto debates que han polarizado sobre cuestiones en las que ya había consenso social", decía.

Es decir, como si Montero actuara por libre. Lo cierto es que sólo en el último tramo de la legislatura, Sánchez expropió de hecho las competencias del Ministerio de Igualdad, impidió a Montero comparecer tras los Consejos de Ministros y le permitió intervenir en el Pleno del Congreso para, en nombre del Gobierno, oponerse a la reforma del "sólo sí es sí".

Dirigentes del PSOE y destacados ministros socialistas admiten abiertamente que fue un error grave haber cedido en 2019 a Unidas Podemos las competencias de Igualdad. Feministas socialistas lo advirtieron entonces con nulo éxito.

Sánchez también borra el pasado respecto a Bildu. Primero firmó un pacto con el PNV para cerrar el paso a las alcaldías a la coalición de Otegi y ayer con Carlos Alsina se desmarcó hasta el punto de asegurar que el PP ha votado más decretos del Gobierno que Bildu. Así lo dijo, a pesar de que al mismo tiempo afirma que el PP nunca ha arrimado el hombro, que es trumpista y que ha estado en el no toda la legislatura.

Y, por último, para borrar ese pasado, Sánchez abjura de la coalición con Podemos para explicar que si puede repetirla con el Sumar de Yolanda Díaz, será más fácil y más cómodo.