Feijóo pide "humildad" al PP para la recta final de campaña: "Ganando el debate se puede perder"

Hasta que se destapen las urnas, el líder del PP está mentalizado con que no puede dormirse en los laureles. Por delante quedan 9 días de campaña y si algo ha aprendido de su adversario es la habilidad que tiene para sorprender.

Este martes, como pudo constatar EL ESPAÑOL, el argumentario que circulaba en el chat interno de los principales dirigentes de Génova apelaba fundamentalmente a la "humildad". Feijóo, directamente, reconoció que incluso "ganando el debate se puede perder".

Las personas que rodean al líder del PP hacen hincapié en que las formas son tan importantes como el fondo. Y que exhibir un triunfalismo desmesurado puede terminar jugando malas pasadas. "Esto es un trabajo de hormiguita, nada cambia después del debate, hay que seguir con moderación", resume un miembro destacado de la cúpula.

El propio Feijóo, finalizado el primer mitin que protagonizó tras el debate, en Ciudad Real, se mostró en esa línea en una conversación informal que mantuvo con periodistas. Se reconoció vencedor del envite, entre otras cosas porque al presidente del Gobierno "no le fue bien". A su juicio, "pensaba que estaba en el Senado". 

[Miguel Ángel Rodríguez formó parte del equipo que preparó con Feijóo el debate frente a Sánchez]

Pero también dejó claro que es "consciente de que un debate no son las elecciones" y que "lo peor es la relajación y la euforia irresponsable". "Hemos ganado el debate sí, y no es la primera vez que se gana el debate y se pierden las elecciones", apostilló, seguramente en alusión a lo que le pasó a Aznar contra González en 1993. 

Este martes, poco quedaba del éxtasis que se vivió en la sede del partido cuando llegó Feijóo del plató de Atresmedia. Aunque la cita ha sido un punto de inflexión en la campaña. Porque, según subrayó el presidente de los populares ayer, "el partido se ha puesto las pilas ya; se ha enchufado".

En las últimas semanas, en el equipo de Feijóo había llegado a cundir el miedo por el efecto que estaban teniendo los pactos con Vox en la demoscopia, la gira mediática de Sánchez y, también, la desmovilización del partido en algunas provincias clave. Bien fuera por "fatiga electoral" o por falta de ánimos ante un ligero retroceso en las encuestas.

Las reflexiones de Feijóo

Con el debate finalizado, la moral de los populares vuelve a estar tan alta como la noche del 28-M. Ahora la estrategia consiste en dibujar tres escenarios posibles tras el 23-J para apuntalar el "voto útil": que Feijóo gane y no pueda gobernar porque la izquierda sume una mayoría alternativa, que necesite a Vox para gobernar, o que obtenga una mayoría que le permita conformar un Ejecutivo "sin intermediarios". 

"Por si hubiese alguna duda, Sánchez está dispuesto a gobernar perdiendo. No aceptó ese pacto para difuminar a los extremos. Pretende ser presidente perdiendo y sumando con todos... Incluso con Vox, si le diese sus votos", reflexionaba ayer Feijóo del primero de los escenarios. 

Sobre el segundo, añadía: "Qué haría Vox sin Sánchez... A mí Vox me puede quitar la Presidencia del Gobierno. En Ciudad Real, donde se reparten cinco escaños, el PSOE sólo tiene una posibilidad de empatar con el PP, que Vox arañe el voto. Así sucede también en 18 circunscripciones y 36 escaños". 

A partir de ahora, en el equipo de campaña del PP redoblarán los esfuerzos por ensanchar la base electoral a izquierda, pero también a derecha. Un buen punto de partida para cortejar a los de Abascal, según Feijóo, fue el debate: "Estoy convencido de que los votantes de Vox en este momento o están pensando en cambiar el voto o ya lo han decidido". 

"Se han dado cuenta de que la única forma para evitar el disparate de tener de presidente a quien pierde es votar masivamente al PP. Que el jefe de la oposición tenga más votos y escaños es una anomalía democrática; si los votantes de Vox reparten el voto, es posible que Sánchez se quede", recalcó el candidato popular en su conversación con los periodistas.