Irene Montero y Belarra, con el puño en alto este martes, tras el traspaso de cartera del Ministerio de Derechos Sociales.

Irene Montero y Belarra, con el puño en alto este martes, tras el traspaso de cartera del Ministerio de Derechos Sociales. Mateo Lanzuela Europa Press

Política NUEVO GOBIERNO

Sánchez teme la rebelión de Podemos en el Congreso tras declararle la guerra Irene Montero y Belarra

Los socialistas se felicitan de su salida del Gobierno y descartan negociar con sus cinco diputados mientras sigan en Sumar.

22 noviembre, 2023 03:26

Hace unas semanas, Pedro Sánchez se quejó a Yolanda Díaz por los insultos que, según dijo, le estaba dedicando públicamente Ione Belarra. Y hace no mucho tiempo, el líder socialista pidió a la líder de Sumar que, de la misma forma que él había cerrado los acuerdos con Junts, Bildu, PNV, ERC y BNG para la investidura, ella debía cerrar de una vez la disputa pública con Podemos y zanjar las dudas sobre la legislatura desde ese sector de la izquierda.

Eso relatan fuentes de la Moncloa y sirve para explicar cuál es la reacción de los socialistas a la disputa entre Sumar y Podemos y, más concretamente, sobre episodios como el de este martes cuando Ione Belarra e Irene Montero se han ido del Gobierno con portazo, críticas al presidente y el puño en alto.

Por un lado, hay una reacción de alivio porque entienden que la presencia de las dos ministras de Podemos en el Gobierno cada vez era más incómoda y, ya desde hace meses, han sido visiblemente orilladas en presencia pública, en actos del Ejecutivo y hasta en relaciones personales dentro de Consejo de Ministros.

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Minimizan las críticas públicas de las dirigentes de Podemos, pero, por otra parte, hay una cierta preocupación por el ruido que pueden generar o la repercusión que pueda tener en el desarrollo de la legislatura.

Entienden que los diputados de Podemos no están en condiciones de oponerse, por ejemplo, a unos Presupuestos, como no lo hicieron tampoco en la investidura y votaron a favor del Gobierno de coalición. No tienen además capacidad para hacer caer el Ejecutivo y sus posiciones cada vez tienen menos apoyos. "Cada vez son menos y tiene menos fuerza, pero tienen cinco diputados y todos ellos nos son necesarios" aseguran los socialistas.

Dudan esas fuentes de que Podemos dé el paso de terminar votando con PP y Vox contra el Gobierno de coalición. Esa es la baza del PSOE, aunque otros socialistas explican que cuando más débiles y acorraladas estén su reacción será más imprevisible.

Incluso, hay quien asegura en el PSOE que servirá para centrar más las posiciones de los socialistas, al tener una oposición a su izquierda en esas condiciones. Es mejor, en todo caso, que manifiesten sus críticas o sus posiciones sobre Oriente Medio o Ucrania desde fuera del Gobierno, aunque son cinco diputados imprescindibles para Sánchez.

Pero, al tiempo lamentan el ruido que pueden producir o, por ejemplo, la capacidad para poner en dificultades a la nueva ministra de igualdad, Ana Redondo, agitando determinadas posiciones o debates públicos. Y prevén una radicalización de sus mensajes y un aumento de sus críticas, ya aún más libres de sus ataduras.

La nueva ministra reaccionó por la tarde y en una intervención pública habló de la importancia del ministerio, por encima de las personas que lo ocupan. Es decir, en su primer día ya ha sido opacada y obligada a responderle.

Para empezar, vivienda 

Ayer mismo, horas después de salir formalmente del Gobierno, Irene Montero escribió un tuit crítico con la política de vivienda de Sánchez. Sobre una imagen de la toma de posesión de Isabel Rodríguez como ministra de Vivienda, Montero escribió: "¿De quién necesita el Gobierno de Sánchez proteger a los pequeños propietarios? A quien hay que proteger de los buitres es a las familias, a las personas que alquilan, a las que desahucian las entidades financieras. A ver qué hacemos ahora con lo de no hacer ruido…".

Desde el Gobierno no están dispuestos a negociar con Podemos sus iniciativas y, de hecho, no lo han hecho sobre la investidura. Entienden que su interlocución es con Sumar, de la misma forma que no negocian con Izquierda Unida, Compromis o Más País.

Eso cambiaría si los cincio diputados de Podemos abandonaran el Grupo Parlamentario de Sumar hacia el Grupo Mixto. Entonces, Podemos pasaría a ser interlocutor y el Gobierno tendría necesariamente que negociar.

Por el momento, el margen de maniobra de Podemos está limitado a las intervenciones de sus portavoces en debates y comparecencias, siempre que Sumar se lo permita.

Dan por hecho que Podemos irá por su cuenta a las elecciones europeas del 9 de junio, al margen de Sumar. Esos comicios no tiene trascendencia directa para formar gobiernos, pero sí tienen importancia política para debilitarlos o fortalecerlos. Obligarán a Podemos a diferenciarse de Sumar y, por supuesto del PSOE.

En algún momento, se manejó la posibilidad de que Podemos se acercara a ERC y Bildu y se atribuyó esa posibilidad al exlíder de ese partido, Pablo Iglesias. Sin embargo, los socialistas aseguran que no lo ven probable. Tampoco Sumar, cuyas relaciones con ERC nunca han sido buenas. Podemos comparte con ERC la disputa electoral con los Comunes, es decir, con Sumar en Cataluña.