Preocupación en el PSOE por el coste político de cada uno de los acuerdos suscritos con Junts
En el Partido Socialista admiten las dificultades que les está causando cada uno de los acuerdos con Puigdemont, al que exigen otro tipo de relación.
25 enero, 2024 03:13"No hagas lo que no puedas explicar", dice el mantra político, que complementa el tópico de culpar casi siempre a la comunicación de los problemas que pueda provocar una decisión de Gobierno.
Al PSOE y al Ejecutivo les está ocurriendo casi desde el pasado verano que prácticamente cada acuerdo que suscriben se traduce en polémica, malentendidos y necesidad de explicación posterior. Especialmente ocurre con los pactos que se han ido cerrando con Junts desde el mes de agosto.
Fuentes socialistas admiten las dificultades que les está causando cada uno de los acuerdos con el partido de Carles Puigdemont. Añaden que intentan cambiar la metodología de las negociaciones y han exigido a Junts otro tipo de relación.
El último episodio es el de la enmienda sobre el terrorismo a la proposición de ley de amnistía. Moncloa pretende explicar que se han restringido los supuestos de terrorismo que serán amnistiados y que se ha dado más margen a los jueces para que rechacen amnistiar casos extremos. Y, sin embargo, ha quedado establecido que el PSOE acepta amnistiar supuestos de terrorismo y que se diferencia entre grados sobre este tipo de delito.
Antes fue la negociación atropellada sobre la convalidación de tres decretos y el posterior acuerdo para ceder competencias de inmigración. Este último supuesto es un ejemplo idéntico al del terrorismo: se cierra el acuerdo y el Gobierno y los dirigentes socialistas llevan tres semanas intentando explicar en qué consiste ese pacto.
Y antes fue también el acuerdo que hablaba de lawfare, que necesitó explicaciones y hasta un comunicado de aclaración del PSOE.
En el mensaje de autocrítica de los socialistas se incluye la constatación de que Junts ha dejado claro hasta ahora capacidad para mostrar iniciativa y, sobre todo, dominar el relato posterior.
El Gobierno permitió que el acuerdo sobre los decretos y la inmigración se explicara sólo con un comunicado de Junts, sin pronunciamiento del PSOE.
Fuentes de Moncloa admiten la necesidad de que sea el propio Gobierno el que empiece a dar inmediatamente su propia versión sobre los acuerdos.
No siempre es efectivo, porque, por ejemplo, el martes fue el propio ministro de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, quien explicó la enmienda del terrorismo y la amnistía en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros pero, al menos, ese día el Gobierno tuvo la iniciativa.
La 'trampa' de Junts
Las fuentes consultadas constatan también que hasta ahora han caído en lo que consideran la trampa negociadora de Junts: llegar siempre al límite de tiempo. De hecho, no ha habido ningún acuerdo con Junts que se haga días antes de los límites temporales y de eso se ha ido aprovechando el partido independentista.
El propio Jordi Turull, secretario general de Junts, lo explicó perfectamente: "Teníamos previsto votar en contra de los decretos del Gobierno, pero el PSOE fue cediendo y cediendo, y en el último segundo del último minuto conseguimos llegar a un acuerdo".
El propósito de Moncloa es evitar esas situaciones que pueden llegar a ser dramáticas, por ejemplo con los Presupuestos.
Los negociadores del Gobierno estaban acostumbrados a negociar con PNV, ERC y Bildu y se han encontrado una metodología casi imposible.
Por ejemplo, han insistido a Junts el evitar mezclar asuntos en negociaciones e intentar centrarlas en los temas que se voten. Es decir, que no se mezcle la competencia de inmigración con el decreto contra la inflación.
Por último, se conjuran para intentar evitar redacciones ambiguas de los acuerdos. El caso más significativo es el del lawfare, al que el Gobierno quiso dar una redacción premeditadamente confusa para facilitar el pacto. Eso terminó por volverse contra el PSOE.
Hacia dentro, fuentes de Moncloa hablan de mejorar la coordinación para que, por ejemplo, no se cree la expectativa sobre un acuerdo o se hable de "líneas rojas" cuando esté en marcha la negociación.
Explican que en las últimas semanas se han producido varios casos de miembros del Gobierno que se han pronunciado sobre cuestiones que son de su competencia, provocando algún incendio político o problemas en las negociaciones.