La foto de Colón del 10 de febrero de 2019.  De izqda. a dcha: Rocío Monasterio (Vox), Ortega Smith (Vox), Santiago Abascal (Vox), Cristiano Brown (UPyD), Javier Maroto (PP), Pablo Casado (PP), Dolors Montserrat (PP), Carmen Moriyón (Foro Asturias), Yolanda Ibáñez (UPN), Juan Carlos Girauta (Cs), Begoña Villacís (Cs), Lorena Roldán (Cs) y Albert Rivera (Cs).

La foto de Colón del 10 de febrero de 2019. De izqda. a dcha: Rocío Monasterio (Vox), Ortega Smith (Vox), Santiago Abascal (Vox), Cristiano Brown (UPyD), Javier Maroto (PP), Pablo Casado (PP), Dolors Montserrat (PP), Carmen Moriyón (Foro Asturias), Yolanda Ibáñez (UPN), Juan Carlos Girauta (Cs), Begoña Villacís (Cs), Lorena Roldán (Cs) y Albert Rivera (Cs). Agencias

Política PARTIDOS POLÍTICOS

De la foto de Colón a "la fachosfera": el estigma del PP que la izquierda acuñó hoy hace cinco años

De la primera fila de aquella fotografía, sólo sobreviven en política los líderes de Vox y la alcaldesa de Gijón.

10 febrero, 2024 03:33

Han pasado cinco años y no queda casi ninguno vivo. De entre los captados en la foto de Colón, el mejor parado ha sido aquel contra el que se arrojaba la instantánea: Pedro Sánchez. Y es una paradoja, porque las reivindicaciones de los manifestados se han quedado muy cortas. El PSOE ha superado todas las expectativas.

Aquel 10 de febrero de 2019, el presidente gobernaba en solitario tras la moción de censura con la que desbancó a Mariano Rajoy. Se hallaba en la encrucijada porque no conseguía aprobar los Presupuestos. Entonces, exploró una negociación con los independentistas catalanes.

Algunos detalles fueron trascendiendo en la prensa, pero fue el mero esbozo de un "mediador" entre las partes, con la sentencia del procés a punto de conocerse, lo que llevó a los líderes de PP, Vox y Ciudadanos a coincidir en una foto, lo que nunca antes había sucedido. La delegación del Gobierno habló de 45.000 personas; los organizadores, de 200.000.

Hoy, Sánchez no sólo tiene un relator, sino que es de nacionalidad salvadoreña e interviene en una mesa suiza para pactar una amnistía con quienes estaban a punto de ser condenados entonces. Por el camino, vinieron los indultos a Oriol Junqueras y compañía, además de la eliminación de la sedición y el abaratamiento de la malversación.

Pero lo más importante: aquella foto fue la excusa con la que el PSOE de Sánchez lanzó a los cuatro vientos el "que viene la ultraderecha". Se estrenó una dinámica de bloques de la que todavía no ha salido el país.

De la primera línea, sólo sobreviven los líderes de Vox y Carmen Moriyón, de Foro Asturias y actual alcaldesa de Gijón. Ciudadanos ha desaparecido. PP y Vox han cumplido la profecía de Sánchez. Y el propio Sánchez, que ha dado muchos más pasos hacia el abismo de los que le recriminaban, sigue gobernando cinco años después en base a esa misma estrategia.

Los cambios del PSOE

En aquel 2019, hace hoy justo cinco años, era inimaginable que el Partido Socialista diera pasos como los que ha acabado dando. Pero esa es la paradoja: el gran ganador de la foto fue Sánchez. La conjunción de los dos partidos del centro-derecha con la extrema derecha dio el pistoletazo de salida a la política de bloques: "O Sánchez o el fascismo".

De hecho, por aquellos días, distintos dirigentes de la izquierda acuñaron la expresión "el trifachito". Sánchez habló de "la España en blanco y negro" frente a la "España progresista". Hoy se ha llegado a referir a la "fachosfera".

Además, para satisfacción del presidente, esa "normalización de la extrema derecha" acabó tornándose realidad. El PP suscribió gobiernos autonómicos y municipales con Abascal para poder recuperar Ejecutivos. Hoy forman cinco gobiernos de coalición, además de las decenas de acuerdos municipales.

Sánchez, paralelamente, ha ido dando la razón a las quejas de los convocantes con una y otra cesión al independentismo catalán. La hemeroteca de esos días es demoledora cuando se pone en contraposición a lo que hoy practica el gobierno de PSOE y Sumar.

Pero... también lo es si se tienen en cuenta las comparecencias de líderes del PP explicando que nunca gobernarían con Vox. Unos y otros, cada uno a su escala, han acabado por hacer lo contrario de lo que decían. Y en esa tesitura, Sánchez es el rey.

Vivos y muertos

Expuestas las consideraciones generales, echemos un vistazo a la fotografía. De quienes aparecen en primera fila, casi todos han muerto. Vayamos de mayor a menor representación.

PP

Pablo Casado era el líder del Partido Popular tras el traumático adiós de Rajoy. Su liderazgo no terminaba de cuajar. Estaba atrapado por el juego entre cercanía y lejanía que practicaba con Vox. Unos días miraba a la derecha y otros al centro.

Aquel día, tomó la decisión de ir a Colón y se sacó la foto con Abascal. Dos meses después, en las elecciones generales, el PP se desplomó hasta los 66 escaños. Ciudadanos estuvo a punto de comerle la tostada. Bien es cierto que, tras la repetición electoral, en diciembre, los populares remontaron hasta los 89 y engulleron a los naranjas. Pero Vox también había ido creciendo paralelamente.

Casado salió de Colón y, al poco tiempo, consideró que la foto había sido un error. Alberto Núñez Feijóo llegó a la manifestación de milagro. Estuvo en la calle junto a otros barones, pero no posó en la principal. En una entrevista posterior con Alsina, se puso nervioso cuando escuchó: "¿La foto beneficia o perjudica al PP?". Contestó: "Depende".

Hoy, el PP sigue coincidiendo en algunas manifestaciones con Vox, pero Feijóo evita posar con Abascal. La prueba de que ese "depende" era más un "nos perjudica". La relación hoy entre PP y Vox es muy tirante, pese a los gobiernos autonómicos.

Aparecían en la foto, aunque no en lugar destacado, Dolors Montserrat (todavía europarlamentaria) y Javier Maroto (incombustible, portavoz en el Senado). Se ve por detrás, asomando la cabeza, a Marta Rivera de la Cruz, que era de Ciudadanos pero hoy es la delegada de Cultura de Almeida en el Ayuntamiento.

Vox

Fue pan para aquel hoy y hambre para el mañana que ya es hoy. Porque Vox creció vertiginosamente en las sucesivas elecciones de 2019 posteriores a la foto, pero después se despeñó y continúa haciéndolo en las encuestas.

Aparecieron en la foto Iván Espinosa de los Monteros, ahora ya exportavoz, huido de la política por las grescas internas de su partido. También estaban Rocío Monasterio y Javier Ortega Smith, que sí continúan.

Vox pasó de la nada a los 24 escaños. En diciembre, crecería hasta los 52, también espoleado por la debacle de Ciudadanos. En la actualidad, cuentan con 33.

Ciudadanos

La consecuencia inmediata no fue mala para Albert Rivera, Begoña Villacís, Ignacio Aguado, Juan Carlos Girauta y aquellos dirigentes naranjas que posaron en la foto de Colón. Tras asumir el riesgo, consolidados como el partido que mejor enfrentaba el combate del nacionalismo, Ciudadanos se disparó hasta los 57 escaños.

Fue el gran momento del partido liberal. Se quedó a un puñado de votos de adelantar al PP. Si eso hubiera ocurrido, quizá las circunstancias serían distintas. Nadie imaginaba en aquel momento que Ciudadanos pudiera desaparecer. Lo hizo también UPyD, cuyo líder, Cristiano Brown, todavía figuraba algo en los titulares.

Rivera logró su objetivo con ese discurso antinacionalista, que ya alertaba de lo que podría hacer Sánchez hoy. Sin embargo, tras las elecciones, se le presentó la paradoja más complicada de gestionar: sumaba una mayoría absoluta con aquel al que había prometido derribar.

Ciudadanos había dicho que no gobernaría con Sánchez, pero hacerlo era la única solución que desbloqueaba el Gobierno y al mismo tiempo dejaba fuera de cualquier ecuación a los nacionalistas.

Rivera se cerró en banda y sólo cuando se acababa el tiempo propuso un pacto a Sánchez. Llegaron las segundas elecciones y el electorado lo castigó como principal culpable de la repetición. Pasó de 57 a 10 escaños. Rivera dimitió.