El presidente de ERC, Oriol Junqueras (i) y el secretario general de Junts, Jordi Turull (d), se abrazan este jueves tras quedar aprobada la Ley de Amnistía, en el Congreso de los Diputados.

El presidente de ERC, Oriol Junqueras (i) y el secretario general de Junts, Jordi Turull (d), se abrazan este jueves tras quedar aprobada la Ley de Amnistía, en el Congreso de los Diputados. Eduardo Parra Europa Press

Política CATALUÑA

Junts y ERC negocian ya hacerse con la Mesa del Parlament y proponer la investidura de Puigdemont

Toni Comin, candidato de Junts al 9-J, advierte al PSOE de que debe favorecer la investidura de Puigdemont si quiere mantener su apoyo en Madrid. El PSC sólo supera en escaños al independentismo si seduce al PP.

31 mayo, 2024 03:24

La campaña de las europeas y la expectación ante la aprobación definitiva de la Ley de Amnistía en el Congreso, este jueves, han echado una sombra teóricamente muy conveniente sobre una negociación clave para el futuro de Cataluña y, por ende, de la legislatura de Pedro Sánchez. Junts (35 diputados autonómicos) lleva un par de semanas negociando con ERC (20 escaños) para hacerse con el control del órgano de gobierno del Parlament, con el apoyo de la CUP (cuatro asientos).

Carles Puigdemont quiere ser "restituido" como president. Y eso, en principio, pasa por ser el primer candidato propuesto, aunque Salvador Illa ganara claramente las elecciones del 12-M, con 42 diputados.

La Mesa del Parlament se constituye el lunes 10 de junio, y de quién la presida dependerá quién sea el primer candidato propuesto a la investidura. Pero para entender los cálculos del órgano de gobierno de la Cámara, primero hay que saltárselos e ir a las posibles investiduras, explican fuentes de todos los partidos implicados.

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Este viernes, Toni Comin ha advertido de que, "partiendo de que nadie tiene mayoría absoluta, entendemos que si [el PSOE] quiere que el acuerdo de Bruselas prospere, debe facilitar la investidura del presidente Puigdemont". El candidato de Junts a las europeas, ha hecho estas declaraciones en el ciclo de ruedas de prensa organizadas por la Agencia Efe en el marco de las elecciones del 9-J. 

Es decir, que si Sánchez quiere mantener los siete votos de Junts en el Congreso, debe sacrificar a Illa. El entorno más directo de Puigdemont explica a este diario que "los 59 escaños que Puigdemont puede sumar de inicio son más que los 48 que apoyan, en principio, a Illa", si añade los seis de los Comuns.

"Cualquier otra suma, sería contra natura", explican con cierta sorna. Porque lo cierto es que el PSC precisaría de los 15 votos del Partido Popular, que jamás llegarán, de acuerdo con el entorno de su candidato, Alejandro Fernández.

Bloque 'españolista'

El PP de Cataluña ya ha sido contactado por el PSC, a quien se le ha transmitido que sólo investirían a Illa si Sánchez rompe con el independentismo.

Y eso es enormemente improbable, a la vista de la votación del Congreso a favor de la amnistía... y de que, una vez pagado el precio de su investidura, el presidente necesita a los dos partidos separatistas catalanes para gobernar.

Pero los populares sí estarían dispuestos a ayudar al PSC a controlar la Mesa, siempre que Illa les garantice, como mínimo, un puesto en la misma. Y así, se conformaría una mayoría parlamentaria de 63 diputados (PSC, PP y Comuns) que le daría a un candidato (o preferentemente, candidata) del PSC la presidencia de la Mesa.

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Porque Junts no la superaría ni sumando los dos votos de la ultraderechista indepe Aliança Catalana: se quedaría en 61... y nadie cree que los 11 escaños de Vox vayan a entrar en la jugada del otro posible bloque.

Entonces, ya estaría, ¿no? 

No. Porque eso suena a bloque españolista... muy lejano al discurso defendido por Illa en campaña, y del que quiere huir. El socialista preferiría poder entenderse con Junts, y así mantener un hilo con Puigdemont, ofreciendo dos asientos en la Mesa y otras prebendas que eviten una "venganza en Madrid" de los siete de Junts.

"A última hora"

Las cuentas ideales de los socialistas para la Mesa, que tiene siete asientos, pasan por tres puestos para el PSC, dos para Junts, uno para ERC y otro para el PP.

Así, estarían representados los cuatro primeros partidos, "como siempre fue tradición", explica una fuente de la negociación. Y los socialistas formarían mayorías de control con cualquiera de las otras formaciones, en una "geometría variable perfecta".

Pero para asegurar ese dibujo, hace falta que negocien los dos primeros partidos del Parlament. Y lo que pasa es que, en realidad, compiten por dominar la Mesa como vía para que su candidato alcance la Generalitat.

De modo que ese escenario, apunta una fuente del PP catalán y confirman desde el polo indepe, sólo se despejará pasadas las 22.30 horas de la noche anterior. Cuando se conozca el escrutinio de las elecciones europeas, "estarán todas las cartas repartidas" y empezará la verdadera negociación "a última hora".

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"No es lo mismo que el PSOE confirme su fortaleza con un buen resultado", explica uno de los negociadores, "que poder apretar a Illa porque en Madrid hay un Sánchez debilitado en lo electoral y que depende del independentismo para no ser derrocado".

Los dos fugados

Por eso, la negociación que va más avanzada, según las fuentes consultadas, es la del independentismo. Según fuentes de ambos partidos, son los dos fugados Carles Puigdemont y Marta Rovira, secretaria general de los republicanos, los que lideran las conversaciones. Esquerra ya ha comunicado que apoyará esta opción y al expresident en la investidura "si logra la abstención del PSC".

Junts y ERC saben que contarían con los votos de la CUP, que ya esta semana se ha ofrecido a hacer de broker entre ellos, a cambio de que el asiento que diera la mayoría independentista en el órgano de gobierno del Parlament fuese suyo. Pero esto, también, pasa por la abstención del PSC.

En el entorno de Illa explican que no hay opción alguna de que ellos se retiren y dejen paso a Puigdemont. Sin ser explícitas, también las fuentes del socialismo catalán recuerdan su aportación clave a la "supervivencia" de Sánchez.

Las generales del 23-J nunca le habrían permitido seguir en Moncloa -ni siquiera dependiendo de los escaños de Junts y ERC para llegar y mantenerse- sin el enorme caudal de votos del PSC.

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El partido de Puigdemont, en todo caso, juega sus cartas como si de verdad tuviese la sartén por el mango. Una persona muy cercana a Puigdemont señala a este diario una "prueba" de que Illa no es tan importante, sino un "encargado" del presidente: "El 10 de junio, con la Mesa, el PSC votará pensando, entre muchas cosas, en la estabilidad de Sánchez".

Y aunque la pelea es entre socialistas y postconvergentes, la llave que abre el candado para unos o para otros la tiene el tercero en la contienda.

ERC decide por quién apuesta: si es por Illa, la cosa estará hecha, porque habría mayoría absoluta junto a los Comuns; y si es por Puigdemont, lo más factible es que se llegara a una repetición electoral, dado que contra un máximo de 59 votos indepes sería fácil armar una mayoría de 'noes'

De momento, la negociación de Rovira indica que la cúpula dividida de ERC sólo coincide en una cosa: con el partido en derrumbe, es mejor un Govern del "odiado" Puigdemont que favorecer uno de Illa y, sin duda, que unas elecciones repetidas. Pero la del expresident es la opción más difícil de conseguir de las tres... salvo, claro, que el PSC se abstuviera.

Y eso es lo que el PP catalán se teme que ocurra, al final. Por eso, augura que todo se decidirá tras la noche electoral.

Y por eso, el PP de Madrid lo repite en su campaña y sus manifestaciones. Porque, ¿para qué tanto desgaste con la amnistía y permitir que los beneficiarios te dejen tirado después?