Feijóo celebra en Génova con Dolors Monserrat, Isabel Díaz Ayuso y Cuca Gamarra los resultados del 9-J.

Feijóo celebra en Génova con Dolors Monserrat, Isabel Díaz Ayuso y Cuca Gamarra los resultados del 9-J. EFE

Política ELECCIONES EUROPEAS

Feijóo se afianza como alternativa y Sánchez se tambalea tras el batacazo de Yolanda Díaz

El líder del PP gana por tercera vez unas elecciones nacionales a su rival y aumenta su ventaja tras una campaña liderada por el presidente.

10 junio, 2024 00:58

Alberto Núñez Feijóo se consolida como alternativa política en España, mientras que el PSOE de Pedro Sánchez ha vuelto a perder y ve cómo sus socios de Sumar se estrellan en las urnas. El líder socialista sigue gobernando, más debilitado, pero no noqueado.

El líder del PP ha ganado a Pedro Sánchez por tercera vez en unas elecciones nacionales tras las municipales y autonómicas, y las generales de hace un año. Y en elecciones autonómicas el partido de Feijóo sólo perdió en País Vasco y Cataluña.

El PP ha multiplicado por tres la diferencia que logró en las generales de hace un año. No ha alcanzado la expectativa de hace un par de meses, cuando algunas encuestas le daban ventajas de hasta diez puntos, pero puede exhibir un ciclo completo de victorias en las urnas. 

Se ha comido a Ciudadanos y ha arañado votos a Vox con respecto a las generales de 2023 y, sobre todo, ha sido la primera fuerza política en todas las comunidades autónomas salvo en País Vasco, Canarias, Navarra y Cataluña.

Para Feijóo, el gran reto sigue siendo arañar más votos a Vox que, por el momento, resiste consolidado como tercera fuerza, aunque algo debilitado por el nacimiento de una nueva fuerza ultra que arranca tres escaños. El conjunto de la representación de España en el Parlamento Europeo se ha derechizado, aunque no tanto como el resto de la UE.

El PSOE creó en el último mes la expectativa de una remontada. La apuntaba, incluso, el desprestigiado CIS. Pero no sólo no ha ganado, sino que ve cómo haber gastado armas tan potentes como la política sobre Palestina, el miedo a la ultraderecha, los cinco días de retiro y amenaza de dimisión, y la recurrente "máquina del fango" no le ha servido para volver a ser la primera fuerza política de España. Esa condición no la tiene desde 2019.

El miedo a la ultraderecha no le ha sido suficiente a Sánchez, que ha liderado la campaña de principio a fin. Los triples saltos mortales de los cinco días de retiro, las decisiones sobre Palestina o el enfrentamiento con Milei le han servido para mitigar la derrota, no para ganar.

Sánchez hizo una campaña muy personal basada en atrapar todo el voto de la izquierda para frenar a la ultraderecha, y eso sólo le ha servido para reducir la ventaja del PP a costa de Sumar y de otros de sus socios. Tanto como que, con estos resultados, el PSOE ya no podría gobernar. Pero además, deja a Yolanda Díaz en una inmensa crisis existencial porque estando en el Gobierno ha logrado el mismo resultado que el agitador ultra Alvise Pérez.

Con las salvedades que cabe hacer entre elecciones generales y europeas, los datos indican que el PSOE ha perdido punto y medio con respecto a las generales, tras un año en el que se ha hablado de la amnistía, del caso Koldo y de las acusaciones sobre las actividades de Begoña Gómez, que el presidente ha zanjado como casos construidos por la "máquina del fango".

Sin generales anticipadas

Sánchez sigue siendo presidente del Gobierno. A diferencia de lo que ocurre en Bélgica o Francia, el resultado de las europeas no provoca dimisiones ni convocatorias electorales, pero debilita al PSOE consolidado como tercera fuerza política.

De hecho, el resultado aleja la posibilidad de unas generales anticipadas y Sánchez intentará prolongar la legislatura, porque no tendría sentido disolver las cámaras en medio de un ciclo electoral adverso.

Sigue dependiendo de lo que ocurra desde este lunes en Cataluña, cuando empiece a negociarse el Gobierno de la Generalitat y, posteriormente, cuando Junts y ERC se planteen si apoyan los Presupuestos para 2025 que se empezarán a abordar en septiembre. Sin Presupuestos se hará muy difícil avanzar en la legislatura y con ellos puede llegar como mínimo a 2026, en busca de mejores perspectivads electorales.

Fuentes del PSOE intentan restar importancia a los datos argumentando que se trata de elecciones europeas, muy diferentes a las generales; explicando que el PP sólo ha ganado por dos puntos; asegurando que han tenido que enfrentarse a una dura campaña apoyada en la "derecha mediática y judicial" y, sobre todo, manteniendo la esperanza de la baja participación y las posibilidades de movilizarlos en unas generales.

Esgrimen también el dato de que Sánchez es el líder socialdemócrata que mejor resiste en Europa, aunque no sea el partido más votado en España.

Para Sánchez es un revés que Sumar, el movimiento que lidera Yolanda Díaz, haya sufrido un duro varapalo. Ha quedado en tres escaños y el 4,6% de los votos. En las generales del 23 de julio logró el 12,3% de los votos, cuando incluía a Podemos.

Luego, el partido de Ione Belarra se desgajó de Sumar, salió del Gobierno y asumió toda la banda izquierda de oposición al PSOE, sin la atadura de formar parte del Consejo de Ministros. Sumar, además, ya fue muy castigado en Galicia y en gran medida en País Vasco y Cataluña. Por el momento, le salva su importante presencia en el Consejo de Ministros.

Ahora, Sumar ha ido a las urnas con una extraña apuesta como cabeza de lista: la desconocida Estrella Galán. Se han frustrado sus intentos de diferenciarse del PSOE y competir en la izquierda con Podemos, después de una errática campaña electoral.

Los de Yolanda Díaz entran ahora en una crisis existencial en la que tendrán que discutir qué quieren ser en el futuro. Deberán de replantearse si el PSOE les está ahogando dentro del Gobierno de coalición y si tiene sentido un movimiento político en el que subsistan, de forma casi autónoma, diferentes partidos con estrategias diferentes y cuál es su posición ideológica.

Dudas con Yolanda Díaz

También aflorarán las dudas sobre el liderazgo de Yolanda Díaz, si tiene capacidad para disciplinar un movimiento político sin que haya previamente mecanismos claros y democráticos de designación de candidatos, como ha ocurrido con la impuesta Estrella Galán. De hecho, las listas se hicieron con tensión, y la cabeza de lista fue cuestionada. Los tres escaños obtenidos ahora no sacian la aspiración de los partidos que integran Sumar y en las formaciones que lo compenen su cabeza de lista era conocida como "Estrella Fugaz" por sus pésimas perspectivas.

Es sintomático que anoche Yolanda Díaz no fuera vista siquiera por la sede de la formación para asumir el resultado o, al menos, apoyar a sus candidatos.

Podemos acudía a las europeas en solitario, con Irene Montero como cabeza de lista y con la necesidad de acercarse al máximo a Sumar para reforzar su representación institucional. Con un 3,2% de los votos y dos escaños logra sobrevivir y mantener el desafío a Yolanda Díaz.

Para Pedro Sánchez lo de Sumar es una pésima noticia para el futuro, aunque ahora su debilidad le haya servido para agrupar voto útil. Debe plantearse que un Sumar tan bajo le puede hacer imposible lograr una cifra de diputados suficientes para una eventual investidura tras unas generales.

Los partidos independentistas sufren retrocesos, con la única excepción de Bildu, en coherencia con resultados de elecciones anteriores, y también por el hecho de que sus votantes no perciben que las europeas tengan que ver con ellos. 

En estos casos, los resultados son difíciles de interpretar, porque los independentistas acuden en listas con partidos de otras comunidades autónomas y, además, pueden ser votados en toda España. Aún así, Junts pierde dos escaños y se queda en uno, aunque vuelve a superar a ERC.

Las elecciones europeas son también la certificación de la muerte política de Ciudadanos, que logró en 2019 el 12% de los votos y ahora ha quedado muy lejos de lograr un escaño. Una tendencia a la desaparición que arrancó en las municipales y autonómicas y se ha repetido desde entonces en todas las citas electorales.

Vox ha logrado el 9,62% de los votos y seis escaños. Con respecto a las generales, pierde casi tres puntos. Ese porcentaje coincide casi con el resultado del grupo ultraderechista Se Acabó la Fiesta, que ha llegado a tres diputados, favorecido por el sistema electoral de circunscripción única y utilizando un sistema de comunicación directa con los ciudadanos a través de redes sociales.

Pese a todo, la ola de ascenso de la ultraderecha en Europa no ha alcanzado en España la misma altura que en países como Francia, Italia o Alemania, entre otros. Para Feijóo, el reto sigue siendo limarle apoyos a Vox, crecer a costa del partido de Santiago Abascal, con quien disputa la batalla contra el sanchismo.