Pedro Sánchez, a su llegada a la reunión de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE.

Pedro Sánchez, a su llegada a la reunión de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE. Europa Press

Política RESACA DE LAS ELECCIONES EUROPEAS

La 'dulce derrota' se le amarga a Sánchez: Yolanda Díaz noqueada y el órdago de Puigdemont en marcha

Los socialistas ven con inquietud tanto el proceso interno en Sumar como los movimientos de Junts y ERC en el Parlamento catalán.

11 junio, 2024 02:23

Pedro Sánchez ha tenido una difícil digestión de los resultados de las elecciones europeas. Empezó el lunes entrando en la Ejecutiva del PSOE entre aplausos de los miembros de la dirección del partido para celebrar lo que intentan presentar como una dulce derrota en las urnas.

Luego conoció por Yolanda Díaz que su socio de Gobierno de coalición cambia de líder, que desde ahora tiene una vicepresidenta segunda noqueada por un golpe de urna, que ya no es cabeza del partido con el que pactó y que, por tanto, no sabe quién será su interlocutor en el futuro dentro del Ejecutivo, ni qué derroteros tomará Sumar, de cuyos diputados depende para avanzar en la legislatura.

Tras Pablo Iglesias y Yolanda Díaz, Sánchez va a tener un tercer líder de sus socios en el Consejo de Ministros. El tercero desde 2020.

Se preguntan los socialistas quién será el interlocutor para negociar los Presupuestos y cada medida dentro del Gobierno, porque la interlocución entre Sánchez y Díaz ya no es efectiva. Ni siquiera está claro cuándo y cómo se resolverá la dura guerra interna que se avecina en Sumar.

El líder socialista comenzó además la tarde escuchando cómo sus socios parlamentarios de Junts y ERC se ponían de acuerdo para arrebatar al PSC la presidencia del Parlament de Cataluña. El órdago de Carles Puigdemont consiste en lograr ser él quien vaya al debate de investidura y seguir poniendo palos en las ruedas de los planes del PSC.

Esto limita la euforia que aún se vive en la Moncloa por el resultado de las elecciones catalanas. Sánchez sigue viendo con incertidumbre el esfuerzo titánico de Salvador Illa para lograr ser investido president de la Generalitat y la posterior negociación para que Junts y ERC mantengan su apoyo al Gobierno de España, que debería materializarse en otoño con el respaldo a los Presupuestos Generales del Estado para 2025.

Queda por resolver el proceso interno en ERC, que terminará con un congreso en noviembre, justo en pleno proceso de negociación de los Presupuestos, y también el futuro de Junts, con o sin Puigdemont.

El circo de tres pistas sigue ofreciendo su función cada día, con dudas sobre si el león se comerá al domador y, sobre todo, si el trapecista mantiene el equilibrio. Un día en la oficina para el presidente del Gobierno, acostumbrado a sortear desde el primer día todo tipo de obstáculos con su reconocida capacidad de resiliencia.

Fuentes del Gobierno y del PSOE matizan notablemente la impresión oficial que intentan transmitir de un resultado positivo en las elecciones europeas. Es cierto que no provocan un cataclismo como el de Francia o Bélgica, que obligan a elecciones o dimisiones, pero aseguran no entender que se celebre una derrota como si fuera una victoria.

Díaz, como Rego

Aseguran que si se hubiera cumplido la expectativa creada por el PSOE, hoy se hablaría del protagonismo de Isabel Díaz Ayuso o de Juanma Moreno, mientras que lo que realmente ha ocurrido es que se habla sólo de Alberto Núñez Feijóo, sin que nadie le discuta el liderazgo en el PP.

También se critica que una parte del Gobierno ha sacado un resultado "penoso", con datos similares a los de un especialista en difundir bulos por las redes, pese a estar liderado por la vicepresidenta segunda, y de cómo Sumar ha quedado descabezado por ello.

Entienden en el PSOE que la estrategia de crecer a costa de votos de Sumar, arrinconando a esta formación, ha funcionado a corto plazo, porque permite recortar la ventaja del PP, pero a largo plazo ha debilitado a un socio con el que será necesario pactar en el futuro.

Fuentes del Gobierno muestran su inquietud por la incertidumbre que va a provocar que la vicepresidenta no lidere el bloque de los ministros de Sumar. Que el futuro líder de la formación pueda estar fuera del Gobierno y que ahora ya no se sepa a quién representa Yolanda Díaz en el Ejecutivo, al margen de la impresión que siempre da quien abandona el cargo orgánico y mantiene el público.

De hecho, la ministra de Infancia y Juventud, Sira Rego, está en una situación similar, porque optó a liderar Izquierda Unida, perdió las primarias, pero quiso seguir en el Ejecutivo.

Según explican estas fuentes, Díaz ya puso trabas al Gobierno al echar a Podemos y complicó las negociaciones. Desde ese momento, el PSOE debe pactar también con el partido de Ione Belarra. Pero además, ahora hay una formación que hace oposición desde la izquierda y sin las ataduras de permanecer en el Gobierno.

Podemos ya ha obligado estos meses a que Sumar se distancia del PSOE y haga ruido, justo lo que Yolanda Díaz aseguró querer evitar cuando asumió el liderazgo de la nueva formación.

Fuentes del Gobierno temen que el proceso de Sumar favorezca a Izquierda Unida, como formación de Sumar más implantada territorialmente. Si pueden elegir en privado, preferirían a Más Madrid y, más concretamente, a la ministra de Sanidad, Mónica García.

Por supuesto, desde la cultura socialista es incomprensible el funcionamiento de Sumar, con varios partidos y sin plena coherencia interna, como se vio cuando los Comunes provocaron que se frustraran tres Presupuestos a la vez: los de Barcelona, los de Cataluña y los del Estado.