El presidente Sánchez, este lunes en Cáceres, con motivo de la construcción de una gigafactoría de litio.

El presidente Sánchez, este lunes en Cáceres, con motivo de la construcción de una gigafactoría de litio. Europa Press

Política

Pedro Sánchez, dispuesto a prorrogar el Presupuesto otra vez si fracasa el pacto con ERC para investir a Illa

ERC y PSC negocian sobre financiación, referéndum, servicios públicos y catalán, con "avances", según los independentistas.

9 julio, 2024 02:26

La negociación entre el PSC y ERC sigue tan en el aire que estos días el Gobierno y sus diferentes miembros oscilan entre el optimismo ante lo que consideran un inevitable acuerdo para que Salvador Illa sea presidente de la Generalitat, y el pesimismo de dar por hecho que el calendario incluirá una repetición electoral en Cataluña el próximo 13 de octubre.

Los optimistas lo basan todo en la suposición de que para ERC sería demoledor ir de nuevo a las urnas y, sobre todo, apareciendo como los responsables de forzar la nueva cita electoral.

Los pesimistas se fijan en la presión que ejerce Junts sobre los negociadores de ERC y el miedo a que unas bases más radicalizadas no respalden un hipotético acuerdo de investidura, en un clima de guerra civil y guerra sucia en el partido que ahora lidera Marta Rovira.

Por eso, la instrucción interna es trabajar con la perspectiva de que la legislatura en el Congreso tiene que prolongarse y sobreponerse a lo que pase en Cataluña, pero con la hipótesis de que una repetición electoral obligaría a retrasar la aprobación de los Presupuestos para 2025.

De hecho, aunque el Gobierno trabaja internamente en elaborar el proyecto de Presupuestos para cumplir la exigencia constitucional de enviarlo al Congreso a finales de septiembre, también empieza a preparar el terreno para un aplazamiento o, incluso, para una prórroga, para intentarlo en los primeros meses 2025.

Ese relato empieza a basarse en la idea de que, en realidad, el aplazamiento no supondría un quebranto para la política económica, ni para la ejecución de proyectos, ni para el cumplimiento de los compromisos con Bruselas. Así sería, según explican, incluso aunque hubiera que prorrogar los Presupuestos que están en vigor y que fueron aprobados en diciembre de 2022. En ese caso, dicen, se abordaría la negociación en el arranque de 2025.

Según la versión oficial más realista, la hipótesis de elecciones en Cataluña en el mes de octubre haría imposible abordar una negociación presupuestaria en campaña electoral ni justo después, cuando haya que abordar nuevas conversaciones para gestionar los resultados y formar un gobierno de la Generalitat para fin de año.

Sólo un acuerdo de investidura de Illa permitiría abordar dentro del plazo legal una negociación de Presupuestos. Otra cosa es si luego los independentistas se suman a apoyar las cuentas del Estado desde la oposición en Cataluña.

Previsión constitucional rota

Y nadie menciona la posibilidad de que Sánchez convoque elecciones generales coincidiendo con la repetición de las catalanas, entre otras cosas, porque sería una decisión exclusiva del presidente del Gobierno que ya ha dado muestras de mantener siempre en secreto este tipo de golpes de efecto.

Los Presupuestos en vigor son los de 2023, que se aprobaron en diciembre de 2022, y luego se prorrogaron por la celebración de elecciones generales hace un año. El Gobierno intentó en febrero hacer unas cuentas para 2024, pero desistió por la convocatoria sucesiva de elecciones en el País Vasco, europeas y, sobre todo, catalanas.

Antes, unos Presupuestos elaborados por el Ejecutivo de Mariano Rajoy se mantuvieron en vigor desde mayo de 2018 hasta diciembre de 2020, pero en ese tiempo hubo cambio de Gobierno por la moción de censura, elecciones en abril de 2019 y repetición posterior en noviembre de ese año.

De esa forma, la previsión constitucional que señala en el artículo 134 que "el Gobierno deberá presentar ante el Congreso de los Diputados los Presupuestos Generales del Estado al menos tres meses antes de la expiración de los del año anterior" ha ido quedan en desuso. 

Este lunes, la portavoz de ERC, Raquel Sans, ha asegurado que las conversaciones con el PSC son "fluidas" y "avanzan a buen ritmo", aunque sin descartar que sigan conversando con Junts, pese a la imposibilidad de reunir una mayoría suficiente. Estas palabras provocaron cierto optimismo en el PSOE.

Las negociaciones se desarrollan en cuatro mesas: referéndum acordado, la financiación singular, el fortalecimiento de servicios públicos y situar el catalán como tema transversal. El más avanzado es el referido a la financiación, donde la propuesta de Salvador Illa es la creación de un consorcio entre la hacienda catalana y la estatal, tal y como recoge el Estatut, pero ERC insiste en un concierto o cupo como el vasco y el navarro.

Para el Gobierno ha sido un importante revés la renuncia de Sergi Sabrià como responsable de estrategia de ERC de resultas de la disputa interna en este partido. Sabrià, mano derecha de Pere Aragonès, ha sido en los últimos años el interlocutor directo del Gabinete de Pedro Sánchez, su equipo más cercano en la Moncloa.

Esa dura batalla interna en ERC ha hecho que no haya sido posible que sus bases se pronuncien sobre el acuerdo entre PSC y ERC para el Ayuntamiento de Barcelona, cerrado hace casi un mes.