El presidente Sánchez, en el Congreso de los Diputados.

El presidente Sánchez, en el Congreso de los Diputados. EFE

Política PARLAMENTO

Las 32 derrotas del PSOE en el Congreso en 8 meses auguran un calvario de legislatura para Sánchez

El Gobierno ha visto caer, entre otras, la reforma de la Ley de Suelo y la Ley contra el proxenetismo. Extranjería y techo de gasto, los últimos reveses.

26 julio, 2024 02:14

Las dos grandes derrotas del Gobierno esta semana -la reforma de la Ley de Extranjería y el techo de gasto, antesala de los Presupuestos de 2025- adquieren mayor gravedad si cabe porque no son dos reveses aislados.

Desde que Pedro Sánchez arrancó su mandato en noviembre de 2023, hace ahora ocho meses, los socialistas suman ya 32 derrotas en el Congreso. Los precedentes auguran, por sí solos, un calvario parlamentario para el presidente del Gobierno.

Pero además, las negociaciones con Esquerra Republicana para lograr apuntalar la investidura de Salvador Illa en Cataluña, deterioran día a día las relaciones del PSOE con un socio clave, Carles Puigdemont, sin el cual perdería la Moncloa. Fue precisamente Junts el grupo que este martes dejó caer en el Congreso las dos iniciativas clave. 

Sánchez afrontó su primera derrota parlamentaria el 10 de enero, cuando Podemos tumbó el decreto ley redactado por el ministerio de Yolanda Díaz que incluía una reforma del subsidio por desempleo.

Tres semanas después llegó la segunda. En esa ocasión fue Junts el grupo que rechazó la proposición de Ley de Amnistía. Los de Míriam Nogueras votaron en contra, impidió su aprobación y obligó a que el texto regresara a la Comisión de Justicia.

El 14 de marzo, la oposición ganó la primera votación del llamado caso Koldo, sacando adelante una moción del PP que exigía al Gobierno la depuración de responsabilidades y reclamaba más documentación sobre contratos en pandemia. La iniciativa salió adelante porque ERC y Junts optaron por la abstención.

En abril, los populares lograron que la Cámara aprobara la deflactación del IRPF para compensar la subida de la inflación. Los partidos de la coalición de Gobierno (PSOE y Sumar) votaron en contra, pero la medida prosperó gracias a la abstención de tres socios de Sánchez: PNV, Junts y BNG.  

En la sesión plenaria que duró del 21 al 23 de mayo, el PSOE vio cómo se rechazaba su proposición de ley contra el proxenetismo, que sólo recabó apoyos en el Grupo Mixto. El resto de sus socios, incluido Sumar, votaron en contra, igual que el PP. Esta era la primera vez en la legislatura que caía una ley impulsada por el Grupo Socialista.

Aparte de la ley contra el proxenetismo, los socialistas perdieron otras cinco votaciones: dos en sendos puntos de una proposición no de ley del PP sobre el acceso a alimentos básicos y las otras tres en una moción, también de los populares, sobre política exterior.

Ley con marcha atrás

Quizá, una de las mayores evidencias de la precariedad parlamentaria del Gobierno de Pedro Sánchez se mostró, precisamente, cuando no le quedó otra salida que dar marcha atrás a una importante iniciativa de la legislatura.

En aquella negra sesión plenaria para el PSOE de finales de mayo, el grupo socialista tuvo que retirar del debate la reforma de la Ley de Suelo. El motivo: la falta de apoyos. Tanto ERC, como Junts y Podemos habían registrado enmiendas a la totalidad, que iban a contar con el apoyo de Sumar y Bildu.

Ante la falta de respaldo del PP y para evitar una nueva derrota, se retiró el proyecto de ley.

Los revolcones al PSOE llegaron también en otro tipo de iniciativas parlamentarias. 
El 29 de febrero, el Pleno aprobó la reprobación del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, por la muerte de dos guardias civiles en el puerto de Barbate (Cádiz) al ser arrollados por una narcolancha. 
La censura política, promovida por el PP y apoyada por Vox, salió adelante al abstenerse Podemos y Junts, dos socios habituales del Gobierno de coalición.

Junts reveló el pasado martes su poder en esta legislatura al tumbar en pocas horas tanto la senda de déficit como la reforma de la Ley de Extranjería. Ambos asuntos eran -y son- cruciales para el Ejecutivo. 

La sesión plenaria se le fue complicando por momentos al PSOE y al Gobierno. Mientras que el Ejecutivo elevaba la presión para intentar que el PP aceptase la tramitación de la reforma de la Ley de Extranjería, Junts se desmarcó de la senda de déficit, algo que Moncloa no esperaba.

La senda de déficit es el primer peldaño que tienen que superar los Presupuestos, ley clave para que la legislatura no se vaya al traste. El no de Junts retrasará, por lo pronto, su aprobación.

Además, respecto a la Ley de Extranjería, el presidente de Canarias e impulsor junto al Gobierno de la reforma, Fernando Clavijo, fue muy duro con el Ejecutivo en una entrevista concedida horas después a EL ESPAÑOL. Aseguró que tanto Junts como el PP tenían voluntad de sentarse a negociar con el Gobierno, y que fue el propio ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, quien rechazó hacerlo. 

El contraste del Senado

Este periodo tormentoso para el PSOE en el Congreso contrasta con la etapa plácida para el PP en el Senado, donde gracias a su mayoría absoluta ha sacado adelante hasta 12 proposiciones de ley, una cifra elevada para la Cámara Alta.  

Entre la docena de leyes del PP, algunas están relacionadas con bajadas de impuestos. También la ley "antiokupación" -calificada por los populares como la primera "ley Feijóo"-, a pesar del rechazo del PSOE. 

De la misma forma, el PP sacó adelante, con el voto en contra de los socialistas, una moción para implantar una prueba común de Evaluación del Bachillerato para el Acceso a la Universidad (EBAU) en todo el territorio nacional y con unos currículos comunes en Bachillerato. 

Según fuentes del PP, la tramitación de estas iniciativas, que pasan después a la Cámara Baja, están siendo paralizadas allí por los partidos que apoyan al Gobierno, con mayoría en la Mesa, mediante la fórmula de ir ampliando el plazo de enmiendas semana tras semana.

Fuentes del PP subrayan a EL ESPAÑOL que las sucesivas derrotas del PSOE en el Parlamento demuestran que la mayoría de investidura "nunca fue una mayoría de Gobierno, sino una coalición de intereses para repartirse poder y privilegios".