Dos guardias civiles escoltan a cuatro jóvenes migrantes llegados, este martes, a nado a la playa del tarajal en Ceuta.

Dos guardias civiles escoltan a cuatro jóvenes migrantes llegados, este martes, a nado a la playa del tarajal en Ceuta. Efe

Política CRISIS MIGRATORIA

"Un tercio de los jóvenes marroquíes quiere salir del país": la huida a nado desborda a los gendarmes

Castillejos, ciudad vecina a Ceuta, se llena de miembros de la Gendarmería, de las fuerzas auxiliares y del Ejército. Rabat reacciona "con todo" para frenar la oleada, pero los alrededores de Melilla se llenan de aspirantes al salto.

28 agosto, 2024 02:33

La Gendarmería Real marroquí se vio desbordada. Es más, no sólo los gendarmes. También las fuerzas auxiliares. Y el Ejército. Fuentes de la lucha contra la inmigración irregular de ambos lados de la frontera confirman a este periódico que las autoridades de Marruecos se ha visto "desbordadas" por una conjunción de factores. Y que, después de perder el control de la vía a nado entre Castillejos y Ceuta han reaccionado "con todo" para restablecer la normalidad.

Pero que uno de esos factores es algo de lo que el régimen es consciente: que "el 35% de los jóvenes quieren dejar el país", por la tentación de la vida occidental, por los seis años de sequía, por la falta de trabajo… y porque es una generación más formada que intuye que tiene mercado laboral en Europa al que acceder.

Otros son lo repleta de turistas que está la región lindante con Ceuta, la inmensa mayoría de ellos jóvenes. "No pierden nada si saltan al mar, a ver si lo consiguen... apenas las chanclas y la toalla que dejan atrás", explica un experto sobre el terreno.

"Y tanta gente, un día de niebla, uno improvisa, parece que puede, otro se atreve..."

La Guardia Civil toma la playa del Tarajal para identificar a las decenas de 'menas' llegados a nado de Marruecos.

La Guardia Civil toma la playa del Tarajal para identificar a las decenas de 'menas' llegados a nado de Marruecos. EP

Eso, en realidad, explica lo de las huidas a nado de aquella mañana de domingo. Pero no tanto el subidón que la Delegación de Gobierno en Ceuta contabiliza desde hace una semana: "Una media de 700 intentos al día", con picos, como el domingo, "de hasta 1.500 personas", muchos de ellos menores... y apenas "150 o 200 devoluciones".

¿El resto? "Ya están en España, se trata de esconderse un tiempo y lograr el salto a la Península", concluye el citado experto. 

"Desborde" sobre "colapso"

Que Marruecos vive tensiones sociales con su población más joven es evidente. Los consulados de la UE soportan largas colas de ciudadanos a sus puertas, para arreglar los papeles. "Se escapan del sistema porque no hay democracia. La gente compra votos y no se sienten representados. Y la mayoría, tiene doble nacionalidad, de diferentes países", apuntan fuentes internas del régimen consultadas por EL ESPAÑOL.

Por ejemplo, los médicos y enfermeros están saliendo a Alemania. Y por eso, a funcionarios civiles como los profesores, se les hace ya firmar un documento como a los militares para salir: el papel de abandono del territorio, para evitar que después de las vacaciones en el extranjero no retornen al país.

La última semana de llegadas de migrantes a Ceuta habría sido desbordante en cualquier situación. Para la ciudad, para sus servicios, para las policías españolas, y para la Gendarmería marroquí. Pero es que, además, esas 700 entradas (es decir, más de 4.000 en total) al día de media se han ido sumando al "colapso" que ya sufría la ciudad autónoma.

El Gobierno ceutí no deja de hacer llamadas de "socorro" al de España y a sus colegas autonómicos. La "coordinación y colaboración" es total en lo político. Pero eso no se traduce en el alivio de sus centros de atención a menores no acompañados (menas), que están al 360% de su capacidad.

El CETI para adultos sí es liberado cada semana, con traslados excepcionales a la Península. "Se trata de que nunca supere el 50%, en lo posible", explica otra fuente, "para poder alojar las nuevas llegadas", que estos días han sido por cientos.

Interior mandó refuerzos la semana pasada, con 20 agentes más de la Guardia Civil. Y Rabat ha hecho lo propio, poblando de agentes y militares de todos los cuerpos los alrededores de la frontera.

Aseguran las fuentes consultadas que no ha habido intencionalidad política ni relajación. Moncloa está segura de ello. E insiste Rabat en que los últimos episodios no responden a un enfado del régimen de Mohamed VI con el viaje de Pedro Sánchez a Mauritania, Gambia y Senegal.

Y que, es más, Rabat habría incluso colaborado a que esa gira salga bien… a cambio de que haya acuerdos pesqueros que también le favorezcan. Porque a la situación inestable del país en lo económico se añade que los calderos marroquíes están empezando a escasear.

Puntos de fricción

Pero también el Gobierno de España es consciente de que en Marruecos no sentó bien el viaje que la semana pasada hizo la ministra española de Defensa. Margarita Robles visitó los destacamentos militares en los islotes españoles frente a la costa marroquí, acabando su periplo en las Chafarinas.

Y la Delegación de Gobierno en Melilla ha detectado una afluencia mayor de aspirantes a migrantes a las inmediaciones de Melilla. Esta ciudad autónoma, hasta ahora menos presionada por asaltos de inmigrantes que otros años, y casi nada en comparación con Ceuta, ya está poniéndose en alerta.

Hace un mes, el régimen alauí abortó el intento de un centenar de ciudadanos de entrar a Melilla por el paso terrestre de Beni Ensar. Desde luego, según las fuentes, en la zona se han desplegado helicópteros para vigilancia de frontera.

Además, la Fiscalía de Rabat ha abierto una investigación por un incidente ocurrido el pasado fin de semana que podría afectar penalmente a los guardias civiles que ocupaban una patrullera que embistió a una patera.

Las imágenes son muy llamativas y explícitas. La pequeña embarcación estaba ocupada por cuatro personas: tres migrantes y el tripulante. La lancha de la Guardia Civil le pasó por encima tirando a alguno de ellos al mar. A pesar del abordaje agresivo, no hubo muertos y solo uno cayó al agua y fue tratado en hospital, ya fuera de peligro.

Fuentes oficiales españolas reconocen que eran migrantes, no narcos como se informó en un principio. Y la prensa marroquí detalla que uno de los tres pasajeros podría ser una niña menor de edad

Probablemente, robaron la embarcación, según las fuentes. Es más, estaba previsto que este martes fueran puestos a disposición del juzgado de primera instancia de Nador. La Guardia Civil los entregó a la Gendarmería Real marroquí en aguas de Melilla, en una "operación peligrosa" de devolución en caliente

Pero para Rabat, esas aguas son jurisdiccionalmente marroquíes. Y no dejarán pasar el incidente.