Gamarra duda de Escrivá al frente del BdE: "No se puede ser ministro de día y gobernador de noche"

Para la diputada popular, en cambio, el nombramiento supone "un atentado" del Gobierno contra el organismo, el cual está sujeto a condiciones de independencia y neutralidad.

"No se puede ser ministro de día y gobernador de noche", ha acusado Gamarra en declaraciones a los medios. "Su nombramiento compromete al banco y al prestigio internacional de España", asegura, "porque cuando se reúna con algún organismo no verán al gobernador del Banco de España: verán a un ministro del PSOE".

Escrivá sabía desde hace meses que sería el gobernador del Banco de España en sustitución de Pablo Hernández de Cos. De hecho, Pedro Sánchez no sólo lo habló entonces con él, sino que diseñó en noviembre de 2023 su papel en el Gobierno para facilitar su sustitución y su paso al supervisor bancario.

Para realizar el nombramiento, se esperaba que Moncloa contactara con el PP, porque elegir al gobernador es potestad exclusiva del presidente del Gobierno, pero siempre se pacta con la oposición para que ella nombre al subgobernador. Así se ha hecho siempre.

En esta ocasión, no obstante, no lo hizo hasta que se acordó el Consejo General del Poder Judicial el pasado mes de junio. El Gobierno trasladó al PP que su único candidato era Escrivá.

El PP trasladó desde el principio su rechazo por entender que no garantiza la apariencia de neutralidad que requiere el cargo y, además, es contradictorio con el espíritu del pacto firmado sobre la Justicia que limita ese tipo de "puertas giratorias" del Gobierno a la actividad jurisdiccional.

Este mismo "espíritu" también lo ha recordado Gamarra, aplaudiendo el reciente nombramiento de Isabel Perelló como presidenta del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). "También hubiese sido una buena oportunidad para que, por primera vez, hubiese una gobernadora en el Banco de España en sus más de 200 años", ha advertido.

Sobre las conversaciones que derivaron en el nombramiento de Escrivá, fuentes populares aseguran que, de hecho, creyeron que era una posición negociadora para luego poder llegar a un consenso sobre otro nombre menos "comprometido". De hecho, el Gobierno filtró entonces el nombre y reforzó la impresión de los negociadores del PP.