Lambán negocia con Azcón una posición común de PSOE y PP en Aragón contra el concierto catalán

Aquel pacto, de hace dos años y medio, se signó cuando gobernaban los socialistas en la región. Entonces, aunque los populares adivinaban pronta su llegada al poder, accedieron a negociar un documento que uniera fuerzas con el PSOE.

Ahora, el PP en el Gobierno regional advierte de que "todo ha cambiado" con el cupo catalán, porque "no es una amenaza al reparto, sino a la tarta". 

Las Cortes de Aragón aprobaron esta declaración conjunta justo después de que viera la luz la llamada Declaración de Santiago, que había reunido en noviembre de 2021 a las ocho Comunidades Autónomas menos pobladas y ricas... a la llamada de Alberto Núñez Feijóo, entonces presidente de Galicia.

Y la iniciativa de aquel Ejecutivo regional del PSOE para convertir en cuestión común de todos los representantes aragoneses la votaron a favor todos los partidos, desde la Chunta al PP, de Podemos a Ciudadanos... todos, menos Vox.

Y eso que Jorge Azcón sostenía entonces, cuando ya era presidente del PP de Aragón, pero sólo alcalde de Zaragoza, que de Javier Lambán se fiaba lo justo, "porque la política son hechos, y él dice muchas cosas, pero al final gobierna y vota como le dicta Pedro Sánchez".

A pesar de ello, el entonces líder extraparlamentario de la oposición sí negoció y firmó el importante acuerdo con el barón socialista, que establecía una posición común en materia de financiación autonómica.

Hoy, Azcón exige lo mismo de Lambán: "Si dicen que van a defender España frente a la mutación constitucional por la puerta de atrás que es la financiación privilegiada de Cataluña", bramó el pasado martes en referencia a los barones díscolos del PSOE, "que lo hagan, y pasen de las palabras a los hechos".

Efectivamente, Lambán ya lo ha hecho.

Así lo ha podido confirmar este diario en fuentes socialistas y populares de Aragón. El expresidente aragonés del PSOE ya está negociando con el PP un nuevo pacto "en el que se aborde el nuevo desafío del pacto Sánchez-ERC".

Populares y socialistas aragoneses coinciden en que el llamado concierto catalán "introduce problemas nuevos, que son de principios constitucionales, de mucho más calado que sólo el debate de criterios de reparto".

Palabras similares

En la última semana, tanto Azcón como Lambán han tenido la oportunidad de hablar ante los medios nacionales, en Madrid, sobre el aldabonazo que la "financiación singular" concedida a Cataluña, pero inexplicada todavía por el PSOE, da a la caja única de la financiación autonómica. El martes pasado, el presidente popular en un desayuno informativo, y este sábado el expresidente socialista, a las puertas de la sede del PSOE.

Y las posiciones de ambos coinciden de la A a la Z. Lambán, barón crítico del PSOE, y en los últimos meses de su liderazgo antes del congreso regional -para el que prepara una candidatura continuista que haga frente a la de Ferraz- advierte una "anticonstitucionalidad de libro" en el acuerdo. Lo mismo dijo Azcón cuatro días antes.

El popular advirtió aquel día de que, "llamando a las cosas por su nombre", el pacto del PSC con ERC "no es un cupo, es un privilegio que perjudica a los demás al servicio de Sánchez".

Con otras palabras, el líder socialista aragonés, expresaba la misma preocupación este sábado: "Ningún Gobierno del mundo puede aceptar perder el control fiscal del 28% de su PIB... si esto lo pide Madrid, ya seguro que nos tenemos que coger la patera e irnos todos a Mauritania".

Azcón ha dicho alguna vez que las reformas de estado deben acordarse entre los dos grandes partidos... o no hacerse. Y a la salida de Ferraz, Lambán dejó una señal que explica por qué quiere que su último legado al frente del PSOE aragonés sea este acuerdo: "Yo defiendo el federalismo de la Declaración de Granada", un documento acordado por los barones del PSOE en el verano de 2013.

"Pero cuando Alfredo [Pérez Rubalcaba, entonces líder del PSOE] volvió a Madrid con el documento, lo primero que hizo fue llevárselo a Mariano Rajoy", explicaba Lambán. "Porque esa apuesta requería una reforma constitucional, y esas cosas hay que acordarlas con el Partido Popular... y me consta que el entonces presidente del Gobierno lo veía bien, sólo que en su partido no había ambiente, en ese momento".