Moncloa se atribuye el fiasco 'indepe' en la Diada pero admite que cada día el Congreso 'es un calvario'
El PNV vota con el PP y Vox en política exterior mientras Junts ahonda su distancia anunciando que rechaza el techo de gasto y se va del Congreso.
12 septiembre, 2024 02:30Se suele decir en el Congreso que el PNV es algo así como "el canario de la mina", por su habilidad para detectar antes que el resto los cambios de posición, las debilidades de los gobiernos, las grietas por las que colarse y los giros en los acuerdos.
También para saber qué movimientos políticos son buenos y no meros amagos o regates, por ejemplo, cuando el PP de José María Aznar llamó a su puerta para pactar en 1996 y más recientemente cuando decantaron la moción de censura de Pedro Sánchez contra Mariano Rajoy.
Este miércoles, los nacionalistas vascos pusieron su grano de arena para mostrar claramente que no le será fácil a Sánchez gobernar sin respaldo del Parlamento.
También Junts, que desde hace varios meses se desmarca del Gobierno, trató este miércoles de favorecer otra derrota del PSOE con su ausencia durante el pleno, pero la abstención inesperada de Vox impidió que se aprobara una moción del PP contra el concierto fiscal pactado entre el PSC y ERC.
Diada
A Moncloa le queda la euforia de poder exhibir una Diada de Cataluña celebrada con normalidad institucional, con un president socialista, con los partidos independentistas divididos y enfrentados y, sobre todo, sin respaldo en las urnas y en la calle.
Sólo 60.000 personas, según los datos de la Guardia Urbana, secundaron la marcha. Es la menor cifra desde 2012, teniendo en cuenta que el año pasado fueron 115.000 y se llegó a 1.800.000 en 2014. Para Sánchez ese "pinchazo" del proces justifica gran parte de su política.
Su problema es que todo eso marcha en paralelo a la ruptura del bloque de investidura y a la constatación de la falta de apoyos. Su fortaleza en Cataluña es debilidad en el Congreso, que es donde tiene que apoyarse para gobernar.
PNV se une al PP
Sólo tres días después de que el presidente del Gobierno expusiera su teoría sobre seguir "con o sin el concurso del Poder Legislativo", el PNV se sumó a una iniciativa del PP que quiebra en parte el discurso de Sánchez y, precisamente, sobre un asunto referido a política exterior, concretamente, sobre Venezuela.
La iniciativa salió adelante con 177 votos a favor, con el respaldo del PP, Vox, PNV, Unión del Pueblo Navarro y Coalición Canaria.
Es cierto que es una proposición no de ley que no obliga al Gobierno a cumplirlo, pero supone deslegitimar la posición de Moncloa sobre un asunto que, además, es objeto de controversia en la política nacional. Donde más le duele.
Además, afecta a la estrategia negociadora de Sánchez en Venezuela.
Sánchez rechaza el reconocimiento de Edmundo González como presidente electo de Venezuela y ahora ha tenido que aceptar en una enmienda la posibilidad de que la Unión Europea lo estudie para que no sea evidente la probable derrota parlamentaria. Y ni aún así lo ha logrado.
El presidente del Gobierno ya ha dejado claro que no cumplirá la proposición no de ley aprobada, pero ya se sabe que lo hace en contra de la mayoría absoluta del Congreso.
"Calvario parlamentario"
Sólo tres días después de que Sánchez expusiera sus intenciones, miembros del Gobierno consideran que no serán meses difíciles, que llegarán muchas derrotas parlamentarias y alguno llega a hablar de "calvario parlamentario". Sobre todo si el PP logra encontrar banderas políticas a las que puedan sumarse Junts y PNV sin complejos de coincidir en el voto con Vox. Por ejemplo, Venezuela y las que tengan que ver con política económica, social o fiscal.
De hecho, altas fuentes del Gobierno admiten que no les va a ser posible poner en práctica negro sobre blanco en una norma la tesis de Sánchez sobre "más autobuses públicos y menos Lamborghinis" y más impuestos para los que tengan "dinero en el banco para vivir cien vidas". Quedará como un enunciado retórico porque Junts y PNV no lo apoyarán.
Moncloa se ha esforzado por quitar importancia al revés parlamentario, explicando que no afecta a ninguna ley en trámite y asegurando que mantienen contactos con el PNV para asegurarse de que sea algo puntual y, sobre todo, para lograr su apoyo a los Presupuestos.
Explica el Gobierno que la posición del PNV es más coyuntural que la de Junts.
Esa situación ya se produjo justo antes de vacaciones con las votaciones sobre la ley de extranjería y el techo de gasto. Ahora el PNV se ha sumado al desmarque de Junts. Y, además, socios del Gobierno han colaborado con el PP para forzar una próxima comparecencia de Sánchez en la Cámara para debatir sobre la política migratoria.
Situación insostenible
"Puedes olvidarte de la cartera legislativa y presupuestaria, pero sine die es muy complicado. Es difícil prescindir del Parlamento porque todos los días pasan cosas y se toman decisiones importantes para el Ejecutivo”, ha explicado el portavoz del PNV, Aitor Esteban, para dejar claro que la situación es insostenible en el tiempo. Así lo sostienen otros partidos que respaldan al Gobierno, e incluso algunos diputados socialistas.
Esa situación puede tener continuidad en la próxima votación sobre el nuevo techo de gasto aprobado este martes por el Consejo de Ministros. De hecho, significativamente, la vicepresidenta María Jesús Montero se dirigió reiteradamente al PP en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, pero eludió hacerlo hacia Junts, que hasta hace poco estaba en el bloque de investidura que aupó a Sánchez a la Moncloa.
La portavoz de Junts, Miriam Nogueras, insistió este miércoles en el Pleno del Congreso en su voluntad de volver a propiciar el rechazo al nuevo intento del Gobierno de aprobar el techo de gasto, el primer paso para aprobar los Presupuestos.
Puede tener continuidad respecto a los Presupuestos Generales del Estado, cuyo proyecto debe enviar el Gobierno al Congreso antes de fin de este mes, según el mandato de la Constitución. Tendrá que hacerlo aunque no tiene garantía de que Junts lo apoye.
Fuentes del Gobierno admiten la dificultad para sacar las cuentas en un contexto de debates internos en Junts y ERC y sin que se resuelva la aplicación de la amnistía a Carles Puigdemont.
La Constitución señala de forma imperativa que el Gobierno debe enviar las cuentas al Parlamento antes de final de septiembre y, sin embargo, es muy difícil que pueda cumplir ese calendario.
Añaden que, en todo caso, intentarán en las próximas semanas atraer de nuevo a los independentistas catalanes.
De momento, cada votación será "un calvario".
La respuesta de Moncloa es minimizar los daños y el alcance de las votaciones. De hecho, el PSOE difundió un tuit de Rafael Simancas, secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, en el que asegura que en esta Legislatura se han producido 541 votaciones en Pleno y el Gobierno ha ganado 502.
Cualitativamente, entre las perdidas hay un decreto de Trabajo, el techo de gasto precio a los Presupuestos, la reforma de la ley de extranjería y una proposición para fijar la posición de España respecto a Venezuela, entre otras. Desde noviembre de 2023, cuando arrancó la legislatura, el Gobierno ha visto aprobadas definitivamente tres leyes.
"Incapaz de gobernar"
Sobre esta situación, el PP saca pecho para asegurar que "la precariedad parlamentaria de Sánchez anticipa la dificultad que tendrá para lograr que este año haya Presupuestos, y casa muy mal con la soberbia del Consejo de Ministros y sus amenazas a las comunidades autónomas y ayuntamientos realizadas mientras presentaban el mismo techo de gasto que el Congreso rechazó en julio”.
Según explican, "Sánchez vive en La Moncloa, pero ni gobierna, ni es capaz de acordar con las CCAA a las que se niega a reunir en una Conferencia de Presidentes, ni tiene una mayoría parlamentaria asegurada para sacar nada adelante, como prueban sus sucesivas derrotas parlamentarias, por eso dice que gobernará sin el concurso del Parlamento, que considera muy restrictivo".