Así se acabó la fiesta de Alvise: 100 días desde su elección y 100.000 euros "irrastreables" que terminaron en su bolsillo
EL ESPAÑOL reconstruye el escándalo en el que el político cobró en efectivo y será investigado por financiación ilegal durante su campaña europea.
29 septiembre, 2024 04:32La fiesta se le agua a Alvise Pérez. La sombra de la corrupción se cierne sobre el autoproclamado azote de los corruptos. Y sucede tan sólo 109 días después de que el agitador ultra pisara por primera vez la moqueta del Europarlamento, donde consiguió un escaño a su nombre las pasadas elecciones del 9-J.
Fue, precisamente, en aquella campaña cuando comenzó a gestarse lo que puede ser el principio de su fin. Fue en aquellos días del pasado abril cuando Luis Pérez —su nombre real, lo de Alvise es un pseudónimo— solicitó al empresario Álvaro Romillo apoyo para su proyecto político, la agrupación de electores Se Acabó La Fiesta (SALF).
¿Qué tipo de apoyo? "Mis necesidades son: necesidad de tráfico y alcance, fondos que no requieran ser controlados por el Tribunal de Cuentas, fondos para el partido (seis actos, logística, propaganda y publicidad, que a mí el Tribunal de Cuentas no me permite pagar de mi bolsillo)", enumeró el entonces candidato a Romillo el pasado 9 de abril.
Según el empresario, él atendió sus deseos. Romillo, dueño del club de inversión en criptoactivos Madeira Invest Club (MIC), asegura haberle abonado 100.000 euros en efectivo, en un maletín, para financiar su campaña. Por eso, presentó éstos y otros muchos chats que apuntalan su versión ante la Fiscalía General del Estado, acompañados de un informe pericial que certifica su autenticidad.
En otra ocasión, habría sido el propio Romillo el que pregunta a Alvise: "¿Cuántos fondos necesitas?". "Entre 300.000 y 360.000", responde él, según consta en el citado peritaje. Tal y como publicó EL ESPAÑOL, en otros de estos chats Pérez se compromete a hacer "lobby masivo" en favor de los negocios de Romillo cuando obtenga un escaño en el corazón de Europa.
Pérez colaboró con Madera Invest Club durante la campaña del 9-J. En abril de 2024, el entonces candidato dio un discurso en el Hipódromo de la Zarzuela de Madrid, en el que animó a los presentes a invertir en la compañía, pese a que desde 2023 llevaba calificada por la CNMV como un "chiringuito financiero". El supervisor de los mercados alertó de que no contaba con los permisos necesarios para ofrecer dichas inversiones, centradas, sobre todo, en la compra-venta de arte digital en formato NFT.
Ahora, en el escrito presentado por Romillo ante la Fiscalía, el cerebro de Madeira admite que nunca controló de dónde provenían los fondos que el club de inversión recibía. Hace apenas dos semanas, después de que MIC cerrase su web y frenase los pagos a los inversores, varias asociaciones de afectados interpusieron una denuncia ante la Audiencia Nacional por supuesta estafa.
Fue poco después cuando el criptoempresario se presentó ante la Fiscalía, aportó 50 folios de chats con Alvise y reconoció por escrito haber dado 100.000 euros al agitador para financiar su campaña. En otra de esas conversaciones, el propio Pérez lo reconoce. "Como voy a renunciar al 100% del sueldo público, me viene bien también eso para financiar la aventura política", señala. "En cash es irrastreable, sí. Ok. Confío en ti como custodio", añade Alvise.
¿Qué puede pasar ahora con el eurodiputado? Aún no está investigado judicialmente, aunque su futuro, desde luego, podría ser más halagüeño. Una de las asociaciones de afectados por la supuesta estafa, la adscrita al bufete Aránguez Abogados, ha pedido su imputación. Ello supondría que la instrucción de la Audiencia Nacional, una vez se abra, debiera ser enviada al Supremo, ante el que el Pérez está aforado, al ser eurodiputado. Actualmente, sólo la máxima instancia judicial de España podría investigarle.
Por otro lado, la Fiscalía del Alto Tribunal estudia la denuncia presentada por Romillo, por si Alvise hubiera cometido un delito de financiación ilegal de partidos al aceptar los 100.000 euros, que exceden notoriamente los límites marcados por la ley. Y es posible que, tras efectuar sus pesquisas, el Ministerio Público presente una querella en el Supremo contra él.
Entretanto, el líder de Se Acabó La Fiesta ha emprendido una particular huida hacia delante. Tras horas de mutismo, en un vídeo publicado en sus redes sociales este jueves por la noche, Pérez admitía haber cobrado esta cantidad. Pero descartaba que fuese una vía de financiación de su campaña política.
Según su versión, fueron sus "honorarios" por unos "servicios" que asegura haber prestado a Madeira Invest Club "sin emitir factura". Y trató de desviar el foco de la polémica animando a sus seguidores —autodenominados ardillas— a la insumisión fiscal. "Hacienda es una mafia. Si podéis no pagar un impuesto, no lo paguéis", instó.
Este viernes por la noche, el eurodiputado lanzaba en su red social predilecta, Telegram, una encuesta a sus suscriptores. Les preguntaba, precisamente, por la pertinencia de mantener activados los comentarios de los usuarios, después de su canal se llenase de críticas de ardillas decepcionadas con SALF.
Las 'ardillas' se revuelven
A mitad de la grabación, Alvise mencionaba a su socio, el criptoempresario Romillo, aunque sin pronunciar su nombre, acusándole de eludir la acción de la justicia huyendo de España. "Al criminal que ha estafado a miles de personas, el Gobierno le ha permitido huir a Dubái a cambio de decir que me regaló 100.000 euros", desliza el político, que tacha de "entrecortados" a los mensajes aportados por el empresario a la Fiscalía.
Sin embargo, como ha podido conocer EL ESPAÑOL, Romillo se encuentra en España, preparando el caso con sus abogados Francisco Miranda y Silvia Hevia, del despacho Vox Legis. Está a la espera de declarar ante la Audiencia Nacional. Su representación confirma que no habrá problema en que cuando le llamen esté disponible y localizable dentro de territorio nacional.
Mientras tanto, en el desquiciado fortín que es habitualmente su canal de Telegram, se produce estos días una suerte de revuelta. Es la rebelión de las ardillas, como él llama a sus seguidores y a aquellos que le filtran toda clase de información. Los seguidores del europarlamentario han comprobado la amarga sensación que deja la venda al caerse de los ojos. Y de forma tan rápida además. Su espacio de Telegram era hasta ahora una aldea gala en la que todos bebían la poción de los bulos del druida Alvise. Nadie se quejaba. Todos celebraban aupar a un destructor de la clase política.
La indignación iba de dentro hacia afuera. Sin embargo, muchos de los que antes le seguían en ese mismo canal, ahora le vilipendian. Han constatado que al final Alvise era más de lo mismo. "Hacienda y el Gobierno son unos ladrones. Pero tú has cometido un delito", le espeta el primero.
Otros recurren directamente al insulto canónico de político. "Chorizo, corrupto, manipulador, estafador". "Alvise, tienes más cara que espalda". "Qué decepción". Son todavía muchos, no obstante, los que le siguen respaldando.
Pero su larga cambiada no convence por tanto a muchos de sus seguidores a todos sus seguidores. Hay ardillas que recuerdan, en todas sus redes sociales, que prometer prebendas políticas a un empresario a cambio de que te financie la campaña política es más viejo que el tebeo y tiene un nombre: corrupción. Serán ahora la Justicia la que decida si Alvise cometió o no este delito.
La hija del presidente
El ascenso de la popularidad de Luis Pérez hasta convertirse en Alvise ha ido ligada inevitablemente a las redes sociales. En su canal de Telegram, cada mañana, presenta sin citar en la mayoría de las ocasiones titulares de medios de comunicación como si fuesen suyos. Entremezclados con esas noticias de periódicos, radios y televisiones, el ahora eurodiputado difundía publicaciones que han terminado acarreándole serios problemas ante la Justicia.
Uno de estos episodios, como adelantó EL ESPAÑOL, fue investigado por la Comisaría General de Información (CGI) de la Policía Nacional. Se produjo en noviembre. El Ministerio del Interior encargaba una investigación por difundir en su canal de Telegram una foto y los datos personales de una de las hijas del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Los agentes estudiaron la publicación, así como los mensajes de otros usuarios. Querían averiguar si existía algún tipo delito en la difusión de esa imagen sin el consentimiento de la joven, como vulneración del honor o de la intimidad.
La fotografía estuvo expuesta sin pixelar durante alrededor de media hora en el canal del líder de la formación Se acabó la fiesta. Después, la Policía detectó que Alvise la borraba y la volvía a subir, esta vez distorsionada. Por sólo unos meses, la hija del presidente del Gobierno era ya mayor de edad, por lo que ella misma fue la que inició el procedimiento por la vía civil.
El pasado mes de marzo se produjo el acto de conciliación en el Juzgado de Primera Instancia nº 97 de Madrid. Alvise no se presentó en sede judicial. Ha sido finalmente un juzgado de Sevilla el que ha ordenado investigar a Pérez por estos hechos.
Según el auto de la Audiencia Provincial de Sevilla emitido esta misma semana, la justicia aprecia indicios de delito en la actuación del parlamentario europeo. La foto de la hija del presidente iba unida a la información de su nombre y de su condición de hija de líder del Ejecutivo. El auto expone que los hechos podrían estar "encuadrados" en un delito de revelación de secretos.
Señalamiento de inocentes
Alvise se ha ungido en ocasiones como el salvador de un "periodismo corrupto" y plegado al poder, que no se atreve a contar la verdad. Él en cambio difunde en su canal sumarios judiciales al completo, con todos los datos personales de centenares de personas expuestos ante sus miles de seguidores, bajo pretexto de exponer ante la ciudadanía todo lo que los medios tradicionales pretenden ocultar.
El eurodiputado cuenta con 709.915 suscriptores en su canal de Telegram, en el que distribuye todo tipo de noticias e información privada de distintas personalidades. Muchas veces sin contrastar e implicando a personas que nada tenían que ver en delitos muy graves.
El pasado mes de febrero, tras la tragedia en la que una narcolancha asesinó a dos agentes de la Guardia Civil en Barbate, Alvise señaló con nombre y apellidos a un joven como si fuera uno de los tripulantes de la semirrígida que acabó con la vida de los agentes en esa localidad gaditana, algo que ha quedado descartado. Se llamaba Salvador Blanco Nieto.
Alvise publicó incluso la foto de ese ciudadano, que nada tenía que ver con los hechos. En su mensaje difundido ante centenares de miles le señalaba como una de las personas que acababan de ser arrestadas por el crimen.
Al día siguiente, el joven abrió su teléfono y descubrió miles de perfiles en distintas redes sociales que le acosaban y le amenazaban de muerte por un asesinato que no había cometido. Tuvo que emitir un vídeo 24 horas después explicando que había sido víctima de un bulo.
"Lo primero que he hecho al levantarme ha sido ir a poner la denuncia ante la Guardia Civil. Antes de poner cosas en las redes hay que informarse bien de cómo son las cosas", explicó. "Soy un hombre de mi casa, que vivo para mi mujer y mi hijo. No ando metido en asuntos que no deben hacer las personas", añadió.
Alvise borró posteriormente la publicación, pero las búsquedas en Google y los pantallazos ya en poder de la Guardia Civil acreditan que fue él quien difundió esa información falsa. El denunciante terminó presentando una querella ante los juzgados.
EL ESPAÑOL habló con el joven hace unos meses. No quería revelar el lugar en el que vive para no complicar más las cosas. Tiene una dependencia de grado 2 del 70% y un trastorno esquizoafectivo, por lo que no puede trabajar ni goza de demasiados recursos.
Acudió a la Guardia Civil, pero allí le dijeron que su demanda no prosperaría sin un acto previo de conciliación, y una abogada se hizo cargo de su causa, de forma gratuita. Iniciaron una campaña de crowdfunding por la que consiguieron una suma muy escasa de dinero, aunque sigue necesitando fondos para seguir adelante con el caso.
"Yo no sé nada de este hombre, ni conozco sus motivaciones ni nada de nada. Sólo sé que ni siquiera se ha disculpado conmigo y me ha hecho mucho daño", denunciaba.
El agitador ya fue condenado en 2023 por vulnerar el derecho al honor de la exalcaldesa de Madrid Manuela Carmena (2015-2019) por afirmar en redes sociales que había recibido un respirador personal en su casa durante la pandemia.
En 2021, fue investigado por el juzgado de Instrucción Nº 33 de Barcelona por difundir la falsa PCR positiva del exministro de Sanidad y líder del PSC en el Parlament, Salvador Illa, sin comprobar su veracidad. El tuitero reconoció ante el titular de ese juzgado que la difundió sin realizar ninguna gestión para corroborar la autenticidad del documento.
EL ESPAÑOL ha tratado de ponerse en contacto con Alvise en el mismo número de teléfono que figura en los chats aportados por Romillo a la Fiscalía. Días atrás, a las pocas horas de estallar el escándalo, era la voz del propio diputado la que confirmaba que dicho número corresponde "a Luis". Este viernes por la noche, se produce un desvío de la llamada al buzón de voz. Ya no se oye la voz de Alvise.