La cena que se frustró en Barajas: Sánchez iba a reunirse con Delcy a sabiendas de que su visita era ilegal, según Aldama
- La cúpula del Gobierno organizó durante un mes el viaje de la 'número dos' de Maduro a Madrid, pese al aviso de Exteriores de que estaba sancionada. A la cena estaban invitados Sánchez, Ábalos, Teresa Ribera, Illa y Marlaska.
- Más información: El vídeo de la confesión de Aldama ante el juez: "Sánchez me dice, palabras textuales, gracias por lo que haces".
El 10 de diciembre de 2019, Víctor de Aldama tecleó una carta tipo para que José Luis Ábalos invitara oficialmente a España a Delcy Rodríguez. Así lo desveló el último informe de la UCO incorporado a la investigación.
Y así se lo confirmó de palabra el propio Aldama al magistrado de la Audiencia Nacional Ismael Moreno, este jueves. Cuando todo estaba preparado con "el jefe", Ábalos para agasajar a "la jefa", la vicepresidenta venezolana, en una cena con "el número uno", Pedro Sánchez, todo se frustró al aterrizar en Barajas. A pesar de que la cúpula del Ejecutivo había organizado cómo evadir las sanciones y hay constancia de que el presidente estaba enterado de todo.
En poco más de un mes, el conseguidor de la trama corrupta ya tenía todo organizado para que la número dos de Nicolás Maduro recibiera al presidente español en la mesa comedor de un chalet con piscina en la calle Oquendo, en el exclusivo barrio de El Viso, en Madrid.
La casa la había alquilado el propio Aldama a través de Airbnb.
El asesor de Ábalos, Koldo García Izaguirre, organizó en esas semanas -con el pacto de coalición entre PSOE y Unidas Podemos, la Navidad y la investidura de Sánchez de por medio- el alojamiento, una visita privada al médico ara la vicepresidenta venezolana y una agenda completa, que incluía esta cena de trabajo a la que también acudirían cuatro ministros.
El primero de ellos, Ábalos, el contacto que Aldama ya tenía dentro del Gobierno desde agosto de 2018 y, además, amigo de Félix Plasencia, entonces ministro de Transportes del país caribeño, y miembro de la comitiva de Delcy. Otro fijo en la cena era Fernando Grande-Marlaska, titular de Interior, y según la versión de Aldama, partícipe de la organización de la estancia de cuatro días prevista por la mandataria.
El tercero, el entonces ministro de Sanidad, Salvador Illa, hoy president de la Generalitat de Cataluña.
Y la cuarta, Teresa Ribera, cuya cartera de Transición Ecológica (y por tanto, responsable de las políticas energéticas) acababa de ser ascendida a la Vicepresidencia cuarta del nuevo Ejecutivo de Sánchez. La invitación a Ribera era clave para la hoy ministra de Petróleo, y para el propio Aldama, que buscaba una licencia para comerciar hidrocarburos venezolanos en España.
El comisionista explicó ante el juez que tantos miembros del Gobierno fueron invitados "por diferentes actuaciones con Venezuela, anticipos de pagos y obras que no se hacían, y denuncias en los tribunales a la empresa Duro Felguera", la compañía que usó como cebo Ábalos para convencer a Sánchez de la conveniencia del viaje de Delcy a España.
También, admitió Aldama ante el juez, por su "contrato asesoramiento con Air Europa" para la recuperación de una deuda de cientos de millones del Gobierno venezolano con la aerolínea española.
"Todos lo sabían"
Pero, ¿a qué venía Delcy a Madrid, en realidad? Según la versión de Aldama, todo tenía que ver con el reconocimiento a Juan Guaidó como presidente encargado el mes de febrero anterior, en 2019. "Maduro se enfadó mucho con eso". Y de hecho, "Era uno de los objetos de la visita".
Es más, el intercambio de favores entre el Ejecutivo español y a tiranía chavista (junto a la ya consumada salida de Josep Borrell del Gobierno para su cargo de Alto Representante de la UE) ayudó al "giro de gobierno por la visita Delcy".
Según el relato de Aldama al juez Moreno, durante todo el mes de preparativos "todos [en el Gobierno] sabían del viaje" y sus circunstancias. De hecho, fue la propia Delcy la que "avisó a Ábalos de su sanción en la UE", dado que la normativa europea impedía a Rodríguez pisar oficialmente suelo español. Siquiera sobrevolarlo.
Ya se conocía, por el informe de la UCO, que ella misma había ofrecido a Aldama varias opciones para sortear a penalización europea, entre ellas, una invitación a Fitur. El régimen de sanciones de la UE prevé este tipo de excepciones para eventos institucionales internacionales.
Y además, a preguntas de su abogado, Aldama aclaraba este jueves que el mismo Ábalos habló con Delcy del asunto en los días previos, a través del móvil del comisionista. "Le dijo que no se preocupara. Que iba a tener viaje tranquilo y sin problemas".
Es ahí donde Aldama refiere, durante su declaración, la existencia de la carta: "Es más, hay una carta que se demuestra que un mes antes se sabía".
Organizar la agenda
La casa de la calle Oquendo había sido revisada por agentes de la Policía Nacional, enviados por Marlaska; por especialistas del CNI, mandados por Margarita Robles; y por personal de seguridad de la Embajada de Venezuela en Madrid. Siempre según la declaración del calificado como "nexo corruptor" por la instrucción del llamado csao Koldo, el mismo presidente del Gobierno español estaba al tanto de todo.
De hecho, Koldo organizó con el actual secretario de Estado de Seguridad, Rafael Pérez, el alojamiento de Delcy en el chalet de Oquendo, hasta la víspera de su llegada. "Ya he hablado con nuestro director de gabinete de Coordinación y Estudios para ponerlo en prevención hasta que llegue la comunicación de Exteriores", dijo Pérez al asesor de Ábalos por mensaje. "Envíame, en todo caso, los datos que tengas por aquí".
Koldo García le remitió, al instante, la dirección de la casa. "Tendrá que entrar por autoridades. Llega sobre las 23h", aclaró. "Lo último es donde se va a alojar", especificó García tras compartir con Pérez varias fotografías. "Es un chalet. Ya están informados todos", advirtió el entonces hombre de confianza de Ábalos.
Lo que parece seguro, según la documentación que portó la UCO al juez en octubre, es que Sánchez dio su visto bueno al programa de Delcy en Madrid.
Tres días antes del viaje, Ábalos se mensajeó con Sánchez. El hombre fuerte de PSOE y del Gobierno se lo detalló al presidente: "La vicepresidenta de Venezuela viene en privado el lunes y quiere verme discretamente", explica el ministro al presidente, haciendo referencia a Jorge Rodríguez.
La conversación está recogida en un pantallazo que ese mismo 16 de enero mandó Ábalos a Koldo. "La gestión que acordamos en favor de las empresas españolas", añadía, denotando que Sánchez ya estaba sobre aviso de todo, "ha permitido que Duro Felguera haya cobrado una importante deuda".
"Bien", respondió Pedro Sánchez.
Al día siguiente, siempre según el relato de Aldama, es él mismo el que le envía a Delcy la agenda de su visita, por mensaje cifrado telefónico. Y en ella ya viene recogida, para la noche del 20 de enero, "21:30 CENA EN RESTAURANTE CERRADO PARA NOSOTROS CON TODOS LOS M Y VIENE TAMBIEN EL M DE SANIDAD".
Según Aldama, finalmente, se cambió el lugar del encuentro "por seguridad" para hacerlo en el mismo chalet. Así lo decidió el propio Koldo, encargado de toda la logística de la estancia de la número dos venezolana en Madrid.
Los letrados preguntaron a Aldama durante su comparecencia ante el juez si Dolores Delgado también iba a acudir al ágape. Pero según su relato, la mano derecha del presidente de Venezuela tenía prevista una cita aparte con la fiscal general del Estado, para negociar sobre la extradición del exmilitar venezolano Hugo 'el Pollo' Carvajal, escondido en España ilegalmente desde marzo de 2019.
Desembarco frustrado
Rodríguez, conocida por ser la mujer fuerte de la tiranía chavista desde hace una década, y acusada de delitos contra la humanidad por la represión a la oposición democrática venezolana, debía aterrizar en Barajas en la noche del domingo 19 al lunes 20 de enero. Pero dos horas antes de tomar tierra todo se complicó.
Los problemas, de hecho, habían comenzado semanas antes, cuando Ábalos dio el visto bueno a la carta tipo que le había esbozado Aldama.
En un principio, la misiva la iba a enviar el Ministerio de Asuntos Exteriores, entonces a caballo entre el mandato en funciones de Robles y la llegada de Arancha González Laya al cargo. Pero finalmente, el emisor se modificó y lo asumió el propio Ábalos, son sello de la Secretaría de Organización del PSOE, porque el Gabinete de Exteriores también advirtió de que Delcy estaba sancionada por la Unión Europea.
La carta se envió el 22 de diciembre, según la versión de Aldama. Lo que probaría que todo el núcleo duro del Gobierno estaba informado desde un mes antes del viaje.
"Espero que no estén jugando con nosotros", advirtió Delcy al empresario organizador de la visita. Al viaje nunca se le dio carácter de oficial, según Aldama porque "sabía todo el mundo estaba sancionada".
Y efectivamente, el asunto se enmarañó dos horas antes de que el avión aterrizara. En ese momento, Aldama refiere que él ya estaba en el aeropuerto. También se acercó Koldo, pero nadie esperaba allí a Ábalos, porque el ministro de Transportes tenía agendado ya para el día siguiente un desayuno con la mandataria venezolana en el chalet.
"¡Llamen a Sánchez!"
"Koldo me llamó, pidiendo que llamara al avión para que le dijera a la vicepresidenta que no puede aterrizar". Aldama se enfadó preguntándose si España es un "país de pandereta" y preguntando si aquello era una broma. "No es broma, es serio, llama".
Delcy no llegó a bajar del avión, en un principio, tras aterrizar en la Terminal 1 ejecutiva. Aldama no se explica las "veinte versiones" que se llegaron a dar del incidente. "¿Una crisis diplomática? Todavía, a día de hoy, no lo entiendo".
Y menos aún comprende la última explicación, tras lo revelado por la UCO, que dio el presidente: "Cuando se supo que estaba sancionada, se abortó la visita", dijo Sánchez ante la prensa en octubre. "Todos lo sabían desde un mes antes", alega el comisionista.
Cuando la vicepresidenta aterrizó, según Aldama, ya se le había notificado a Sánchez lo que estaba sucediendo. "Y fue el presidente quien pide que vaya al aeropuerto Ábalos".
Según su relato, al avión subieron el ministro, nada más llegar a Barajas y él mismo. Allí los esperaba Delcy, que enfurecida pidió que llamaran a Sánchez para decirle que "si ella suela toca suelo español, habrá un problema grave si es detenida".
Según Aldama, fue Marlaska quien se encargó a distancia de que el comisario del aeropuerto creara una "zona schengen [sic]" para que la vicepresidenta caribeña bajara y se desplazara a la "zona vip ejecutiva con toda su comitiva".
Tras ella, bajan el ya citado ministro turismo; Kenny Antonio Díaz Rosario, director general de la Vicepresidencia; Alejandra Carolina Bastidas González, directora general de Comunicación y Relaciones Institucionales de la Vicepresidencia; Yussef Abou Nassif Smaili, pareja de la vicepresidenta; y Jorge Andrés Jiménez Ochoa, empresario.
...y finalmente, las maletas, "que no llevaban oro", sino que venían "con dinero", tal como desveló Aldama a un confidente al que ha accedido EL ESPAÑOL.
Las escenas posteriores durante "las más o menos cinco horas" en la sala de autoridades del aeropuerto que relata Aldama son de muchos nervios. "Oigo barbaridades", como que Delcy exige que se llame a la ministra de Defensa "porque los pilotos se habían pasado horas". Y Koldo "propuso que llamasen a pilotos militares" para sacarla de España.
Finalmente, Aldama no sabe cómo, se le sacaron billetes de un avión civil con destino Qatar. "Querían sacarla cuanto antes, y a las 8:00 de la mañana, se metió a la vicepresidente por el interior de la
pista, con coches de la Guardia Civil, en un avión estacionado en suelo español".
El chalet se quedó sin ocupar, la cena nunca se celebró, los tratos para empresas españolas se dejaron para mejor ocasión, y lo de ir olvidando a Guaidó se dejó en manos de la mediación de José Luis Rodríguez Zapatero... pero ésa es otra historia.