Lobato se marcha como víctima de la 'forma de hacer política' de Sánchez y su equipo, basada en la 'destrucción' y 'aniquilación'
- En Ferraz achacan la decisión a la falta de apoyos que tenía en el PSM y celebran su dimisión: "Uno tiene que asumir las consecuencias de lo que hace".
- Más información: Juan Lobato dimite como secretario general del PSOE de Madrid: "No creo en la destrucción del adversario"
Juan Lobato era consciente de que el congreso regional para revalidar su puesto como secretario general iba a ser complicado, pero nunca pensó que tanto. Finalmente, decidió dimitir este miércoles tras conocerse que registró ante notario unos mensajes de WhatsApp con una compañera de partido que podrían señalar a la Fiscalía como quien filtró información confidencial del novio de Isabel Díaz Ayuso.
Lobato se va presentándose como víctima de la "forma de hacer política" de Sánchez y su equipo basada en la "destrucción" y "aniquilación". Así lo expresa en la carta dirigida a los militantes del PSM, en la que deja claro que no cree en "la destrucción del adversario" ni en la forma de "hacer política" que tiene "la mayoría de la dirigencia" del PSOE.
Lobato toma esta decisión renunciando a luchar por unas primarias en las que llevaba más de un año trabajando y deja que se marchite ese perfil propio que había cultivado frente a Moncloa.
La decisión de Lobato se sustenta en dos pilares fundamentales: la presión continua, aunque silenciosa, de la dirección de Ferraz y el abandono de algunos de sus apoyos más leales dentro de la agrupación de Chamberí -la más numerosa de las familias socialistas madrileñas- y dentro de su propia Ejecutiva.
En lo que respecta a Ferraz y Moncloa, la estrategia ha sido guardar silencio y presionar a los diputados y miembros del equipo más próximo a Lobato para que le forzaran a dejar la secretaría general y no se presentase a las primarias.
Algunos, incluso, lo han hecho en público. Este ha sido el caso de Francisco Martín, delegado del Gobierno en Madrid, y muy cercano a Lobato. "Amigos de toda la vida", le calificaba el ya ex secretario general hace unos meses. Eso sí, ahora, en público, Martín le ha pedido "lealtad" al partido y "explicaciones más sólidas".
Lo mismo ha ocurrido con Reyes Maroto, la portavoz del PSOE de Madrid en el Ayuntamiento. Aunque la relación entre ellos no era fluida, la pareja para tratar de conseguir el poder en las autonómicas les unió. Ahora, y tras la polémica, la exministra también le había dejado de lado.
Una gestora temporal
En la dirección federal del PSOE la noticia de la dimisión fue una sorpresa. Eso sí, celebran su dimisión: "Uno tiene que asumir las consecuencias de lo que hace".
La mayoría de altos cargos se enteraron a la vez que publicó su carta, mientras todavía estaban en la sesión de control al Gobierno de este miércoles en el Congreso de los Diputados.
Según confirman varias fuentes, Ferraz no había hecho ningún movimiento para presionar explícitamente a Lobato. De hecho, la orden de Pedro Sánchez había sido la de hacerle el vacío hasta que pasara el congreso federal de Sevilla, que se celebra este fin de semana, para, a partir del lunes, empezar la batalla para arrebatarle la secretaría general del PSM.
Comentan las fuentes que se estaba preparando la candidatura del ministro de Transformación Digital, Óscar López, pensando que Lobato no se iba a hacer a un lado, y que había cierta expectativa por qué papel jugaría en el congreso federal, donde el barón madrileño tenía interés en debatir sobre cuestiones como la financiación autonómica.
Desde Ferraz señalan que han tenido que ser las presiones internas del PSM o la falta de apoyos palpable los elementos que han empujado a Lobato a dimitir. Este vacío que se le hizo se notó especialmente este martes, sin que ningún destacado dirigente del PSOE se pusiera de su lado.
El partido estará dirigido a partir de ahora por una gestora que encabeza Isaura Leal, la presidenta del PSOE madrileño. Será, sin embargo, una gestora de corta duración, que se encargará de pilotar el proceso del congreso regional, que arrancará la semana que viene.
La militancia
Lobato sabía que su único as en la manga (además del contenido de los WhatsApp que podrían, supuestamente, destapar una vinculación entre la Fiscalía y las filtraciones de datos personales de Isabel Díaz Ayuso) era la militancia. Si lograba más de 7.000 apoyos, lograría ser de nuevo secretario general del PSOE de Madrid en contra de Ferraz.
Todo estaba en manos de los 14.000 afiliados que, según las cuentas de la actual directiva, tiene el PSOE en Madrid. El problema ha sido que, desde que se conoció la noticia el domingo, muchos de sus apoyos han ido cayendo.
El secretario general del PSOE llevaba más de un año visitando todas las pequeñas agrupaciones, consciente de que, en las grandes plazas, el pulso de Ferraz sería más difícil de contrarrestar.
Para conocer el PSM desde dentro es importante empezar por la agrupación más numerosa de todo el partido. La de Chamberí. Se la conoce también como la Agrupación Alfredo Pérez Rubalcaba. Con el nombre, todo podría dejar las cosas claras. Aun así, había una división entre Ferraz y Lobato que se ha ido aclarando esta misma semana.
La actual presidenta del PSM, Isaura Leal, o Diego Cruz, eran dos de los próximos a Lobato que, conforme han ido pasando los días, le han ido retirando su apoyo. Así lo aseguran fuentes internas de dicha agrupación.
Esos gestos han marcado un antes y un después para Lobato, aunque es cierto que él seguía contando con el apoyo de pesos pesados de esta agrupación, como es el caso de la diputada Mar Espinar, una de las voces más representativas del PSOE de Madrid estos últimos años y que, tras su paso por el Ayuntamiento, se unió a Lobato en la Asamblea, donde le ha apoyado hasta el último minuto.
No merecías este final, así de sencillo y así de claro.
— Mar Espinar/❤️ (@espinar_mar) November 27, 2024
Un abrazo fuerte @juanlobato_es
Después de esta plaza, las agrupaciones con más afiliados están en el llamado cinturón rojo: Leganés, Fuenlabrada, Alcorcón, Getafe y Parla se erigen como las cinco con más peso.
En el caso de Fuenlabrada y Getafe, con Javier Ayala y Sara Hernández al frente, el rechazo a Lobato era más que conocido. Ellos mismos ya dijeron que apoyarían una alternativa al secretario del PSOE madrileño e, incluso, Ayala intentó arrebatarle el puesto en los anteriores comicios.
En Leganés, al no tener el liderazgo y estar en la oposición, el terreno es incierto. Muchas familias se mueven en cada agrupación y, con los resultados más optimistas, Lobato esperaba que esa plaza no fuera especialmente difícil de torear.
Otra cosa diferente es Parla o Alcorcón. Allí Ramón Jurado y Candelaria Testa han jugado al despiste en todo momento. Mientras había gestos en público hacia Lobato, no le respaldaban en los momentos clave.
En la zona noble del PP por naturaleza, el noroeste, el socialismo no tiene grandes figuras si excluimos al que ahora es su afiliado más ilustre, Óscar López, que está en la agrupación de Las Rozas.
Con el cinturón rojo, la capital y el bastión del PP perdido, a Lobato le quedaban solo dos plazas para que pudieran salirle las cuentas: la Sierra -el límite con Segovia y Guadalajara- y el Corredor del Henares.
Pueblos como El Atazar, donde inauguró el curso político en 2023, eran una baza casi segura para él. Igual ocurría con Soto del Real, su pueblo, en el que fue alcalde y "le votaban hasta los de Vox".
Pero en el caso del Corredor del Henares hay una gran complejidad interna. Pilar Sánchez Acera, la implicada en el caso de los WhatsApp de la discordia, es una de las manos que mece la cuna en esa zona. Tanto que fue, precisamente ella, una de las piezas imprescindibles para que Javier Ayala no arrasara frente a Lobato cuando Ferraz le presentó como el candidato del partido.
El único bastión que le quedaba a Lobato en ese territorio y que le ha apoyado públicamente hasta el final ha sido Javier Corpa, alcalde de San Fernando de Henares. Que ahora haya perdido todo ese apoyo (algo que Lobato tampoco esperaba), ha precipitado los acontecimientos en el PSM.