Pedro Sánchez y María Jesús Montero, en sus escaños, este miércoles en el Congreso.

Pedro Sánchez y María Jesús Montero, en sus escaños, este miércoles en el Congreso. Jesús Hellín

Política CONGRESO DE LOS DIPUTADOS

"Prometimos aprobarlo, no que entrara en vigor": el Gobierno firmará el impuesto energético sólo como gesto a la izquierda

El decreto se aprobará previsiblemente el lunes, pero el Ejecutivo da por hecho que no entrará en vigor, sabedor de que Junts y PNV lo tumbarán en el Congreso.

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El pasado 21 de noviembre, el Gobierno cerró un pacto con Podemos para que la formación de Ione Belarra apoyara con sus votos la ley que contenía una reforma fiscal limitada. Ese día, Podemos aceptó rectificar su posición contraria a eliminar el impuesto a las empresas energéticas y votó a favor de la norma, vital para el mantenimiento del Gobierno de coalición.

Por su parte, el Ejecutivo se comprometió a dos cosas muy concretas: crear con urgencia una comisión con todos sus socios para buscar una forma de mantener el impuesto a las energéticas, que dejará de existir el 1 de enero, y, en todo caso, aprobar un decreto para prolongar la vigencia del impuesto. Pero La aprobación de ese decreto depende de Junts y PNV, contrarios a la tasa.

Casi un mes después del acuerdo con Podemos, el Gobierno no ha cumplido ninguno de los dos compromisos: la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, no convocó hasta la semana pasada la comisión que, en teoría, tenía carácter urgente, y el decreto sigue sin ver la luz.

Junts y PNV, que están a favor de poner fin al impuesto a las energéticas, boicotearon la reunión de Montero y se negaron a participar. Como sólo acudieron a la cita las formaciones partidarias del impuesto, la reunión se disolvió al poco sin más.

Este miércoles volvió a convocarse la reunión, pero no asistieron ni Podemos, ni Junts, ni PNV. Sí se reunieron con Hacienda ERC, EH-Bildu y BNG, y acordaron aprobar antes de fin de año el Real Decreto para prorrogar el gravamen a las energéticas en el Consejo de Ministros.

El problema es que ni Junts ni PNV están dispuestos a día de hoy a convalidarlo durante el mes de enero. La vicepresidenta María Jesús Montero ya da por hecho abiertamente que será imposible lograr que los diputados de Carles Puigdemont y los nacionalistas vascos cambien de posición. 

Sin precedentes

Por eso, Montero debe pasar a la siguiente casilla y aprobar el decreto. Las fuentes consultadas en el Gobierno explicaron ayer en el Congreso que aprobarán el decreto prorrogando el impuesto más allá del 1 de enero, pero para añadir a continuación que no entrará en vigor porque Junts y PNV se oponen y, por tanto, no podrá ser convalidado.

Incluso, explicaron que la entrada en vigor no será el día siguiente del Consejo de Ministros que lo apruebe previsiblemente este próximo lunes 23, víspera de Nochebuena, sino que esperará a la votación de convalidación para que nunca llegue a aplicarse. De esa forma, el impuesto rechazado por Podemos acabará automáticamente el 1 de enero, salvo cambio inesperado por parte del Gobierno.  

Algún día de enero, el decreto se votará en el Pleno del Congreso, y el Gobierno ya sabe y calcula que será rechazado. Salvo giro de guion no previsto.

"Prometimos aprobarlo, no que entrara en vigor y aprobarlo no está en nuestra mano", aseguró ayer en el Congreso el Gobierno para justificar su actuación y el pacto con Podemos. Por lo tanto, la firma del decreto quedará sólo como un gesto del Ejecutivo a la izquierda. 

En los usos parlamentarios no hay referencias de decretos que el Gobierno vaya a aprobar anunciando que no servirán para nada. Además, si todo va según lo previsto, será también un caso de acuerdo en el que una parte -los cuatro diputados de Podemos- salvan al Gobierno y éste da un rodeo para no cumplir de forma efectiva su parte.

Con quien sí queda bien y cumple el Gobierno es con Junts y con PNV, porque se acaba el impuesto que tanto combatieron.