El perfil del falso gurú Félix Esteven Manrique Gómez, el hombre que manipuló y captó a la joven ilicitana Patricia Aguilar cuando era menor y la retuvo durante meses como esclava en una zona aislada de la selva peruana, se acerca cada vez más al de un pederasta. El sumario del caso refleja cómo contactó con varias de las mujeres captadas por su secta cuando eran menores de edad, cómo buscaba a este tipo de chicas por las redes sociales y cómo intentaba que mantuvieran relaciones sexuales con él en una edad temprana. Pero además, intentó abusar sexualmente de una niña de siete años, que ha relatado ante la Justicia peruana los intentos de tocamiento que tuvo por parte del falso gurú, ahora en prisión.
La menor, que recibe en el sumario el nombre en clave 22417-3, cuenta que entró en contacto con el falso gurú cuando tenía seis años. Poco después, Félix Steve Manrique se trasladó a vivir a su vivienda y comenzó a pedirle que leyera libros de Gnosis. "Le empieza a hablar sobre temas de Gnosis, le decía que era de la logia blanca y que los demás eran de la logia negra. Que ella era una reina y que iba a salvar a la secta pero que tenía que tener relaciones sexuales con él si deseaba pertenecer al grupo, todo ello con el fin de captarla para ser una más de sus esposas". "Sin embargo", relatan los investigadores, "la menor agraviada no llegó a aceptar la propuesta".
Pese al intento de lavado de cerebro, pese a las presiones y pese a tener al falso gurú viviendo en su propia casa, la pequeña se mantuvo fuerte y no cayó en manos de este depredador. Sin embargo, el captor de la joven española Patricia Aguilar lo intentó con la menor. O al menos así lo refleja su propio testimonio. En su declaración judicial, la niña explica que el falso profeta le decía que "tenían que irse lejos porque el mundo se iba a acabar" y que "para salvar a su padre y a su madre tenía que tener relaciones sexuales con él". En ese momento, ella tenía solo seis años de edad.
Durante su estancia en la casa, el falso gurú le repetía que "ella era una reina" y que "le pertenecía, pidiéndole dinero para comprar una espada que era para su protección" además de reiterarle que debía "mantener relaciones sexuales con él para lograr la salvación".
El testimonio de la niña tiene además un elemento coincidente con el de la mayoría de las personas afectadas por esta secta: el hecho de que el falso príncipe espiritual les pidiera que cortaran toda relación con su familia al considerarlos "impuros". Es entonces cuando relata el episodio más alarmante: "Cuando tenía siete años, él se sentó a su costado y puso la mano en su entrepierna y ella lo empujó y se fue". "Así mismo", el falso gurú le dijo que Patricia, la chica española que había traído a vivir con él, era "una mujer ejemplar" y que ella debía seguir su ejemplo.