El Partido Popular compara el contenido que guardaba el extesorero Luis Bárcenas en sus ordenadores de la sede central del partido con informaciones clasificadas o secretas del Ministerio de Defensa para justificar su destrucción con un método que los dejó "irreconocibles": los sobreescribieron una y otra vez y los rallaron físicamente 35 veces hasta machacarlos.
Lo hace a través de un informe pericial solicitado a una empresa privada, Grant Thornton, donde se afirma que la destrucción de los ordenadores (en los que el extesorero asegura que había información sobre la financiación irregular del partido) se hizo para cumplir con la Ley de Protección de Datos y preservar la intimidad del propio Bárcenas. Precisamente esta es la línea de defensa del Partido Popular, que se sienta en el banquillo por dos delitos de daños informáticos.
El PP no habló de la existencia del informe "confidencial" fechado el 12 de junio de 2019 hasta que hubo comenzado el juicio, durante las cuestiones previas. De hecho, las acusaciones no pudieron consultarlo hasta tres días después, puesto que había un fin de semana de por medio y los procuradores no podían intercambiarse los documentos.
Ejemplos públicos
En el dosier de 102 páginas al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, los técnicos Alfonso Bravo y Cristina Muñoz-Aycuens que lo firman y también han declarado como testigos justifican que este tipo de destrucción de dispositivos es habitual en empresas privadas y en organismos públicos. Ponen como ejemplo la Comunidad de Madrid, la Generalitat Valenciana o el Ministerio de Defensa respecto a la "información clasificada", y recogen cuál es el procedimiento adecuado para asegurar que nadie puede volver a consultar la información.
"La destrucción se hará de forma tal que se garantice que las materias clasificadas quedan irreconocibles y se impida su reconstrucción total o parcial. El contratista se asegurará de la eficacia del proceso de destrucción utilizado.
Se deberá destruir regularmente, cumplimentando la citada acta, todo material del trabajo como borradores, cintas de máquina, soportes informáticos removibles, etc. que se hayan utilizado en el tratamiento de información clasificada, y por tanto, puedan incluir restos de dicha información a pesar de haber efectuado un borrado".
Sólo los de Bárcenas
Sorprende que el PP sostenga que el procedimiento de destrucción de los ordenadores de Bárcenas se hizo según recomienda el Instituto de Ciberseguridad Español (INCIBE) y agencias internacionales cuando no procedieron de la misma manera con otros ordenadores que quedaron en desuso en el partido.
Sin ir más lejos, según la documental que aportan los propios peritos que han hecho el informe del PP, tanto Mariano Rajoy, presidente del partido, como María Dolores de Cospedal, secretaria general, cambiaron sus ordenadores en octubre de 2009. Sin embargo, en estos casos se realizó un formateado y no una destrucción total como ocurrió en el caso de Bárcenas.
El PP explica que en aquél momento aún no se había encargado la auditoría externa que recomendó las nuevas fórmulas de destrucción. El resultado de ésta llegó al partido en 2012 y sus indicaciones no se aplicaron hasta casi un año después.