La fiscal general del Estado, María José Segarra, ha apelado este lunes a la “imperiosa obligación que todos tenemos de acatar la sentencia que se dicte” sobre el proceso soberanista catalán, “sea cual sea”.
A escasas semanas de que se conozca el fallo de la Sala Penal, el procés ha vuelto a monopolizar el solemne acto de apertura del año judicial que Felipe VI ha presidido en el salón de actos del alto tribunal, el mismo escenario en el que se ha celebrado el juicio contra el exvicepresidente catalán Oriol Junqueras y el resto de los acusados.
El presidente del Poder Judicial, Carlos Lesmes, ha dirigido sus primeras palabras a felicitar al tribunal del procés y a todos aquellos (desde los letrados a las fuerzas de seguridad o al gabinete de prensa del Supremo) “que hicieron posible el normal desarrollo de la vista oral (....), por sus desvelos, entrega y profesionalidad”.
Segarra, por su parte, ha defendido la actuación de la Fiscalía en el procés y la acusación por el grave delito de rebelión que el Ministerio Público -a diferencia de lo que hizo el Gobierno de Pedro Sánchez a través de la Abogacía del Estado- no modificó y mantuvo desde principio a fin de la causa.
La posición del Ministerio Público ha expresado su “compromiso” con el orden constitucional, ha dicho la fiscal general.
Esa “lealtad” a la Constitución se ha manifestado en todas las jurisdicciones (la contencioso-administrativa, el Tribunal de Cuentas, la cooperación internacional) pero se ha expresado “de forma particularmente intensa” en el juicio del procés. “Frente a la extraordinaria gravedad de los hechos objeto de enjuiciamiento, la respuesta del sistema judicial ha sido la aplicación serena, firme y rigurosa de la ley”, ha manifestado Segarra.
“La celebración del juicio bajo los más amplios estándares de transparencia, accesibilidad y garantías para las partes sólo puede ser interpretada como la más viva afirmación de nuestro Estado de Derecho”, ha añadido la fiscal frente a las quejas independentistas sobre una supuesta ausencia de los requisitos de un juicio justo.