La cláusula secreta del pacto en el TC para dar la vicepresidencia a los conservadores en junio
El grupo mayoritario del tribunal ha transmitido a la minoría que, cuando cambien las tornas dentro de 7 meses, esperan el mismo trato dado a Xiol.
28 noviembre, 2021 06:45Noticias relacionadas
El viernes 19 de noviembre por la mañana dos magistrados del Tribunal Constitucional acudieron al despacho de su colega Juan Antonio Xiol. Habían sido comisionados por el sector mayoritario de la institución -el de los magistrados propuestos por el PP, que ahora suman siete votos de 12- para ofrecerle un pacto de cara a la reunión del pleno del tribunal convocada para unas horas después, a las cinco de la tarde de ese día.
Llevó la voz cantante Antonio Narváez, un magistrado tan discreto como eficaz, al que acompañó Ricardo Enríquez, el juez más cercano a Pedro González-Trevijano. Tras la renovación del TC pactada entre PSOE y PP, que ha dado entrada a Ramón Sáez, Enrique Arnaldo, Concepción Espejel e Inmaculada Montalbán, González-Trevijano se dibujaba con naturalidad como nuevo presidente del órgano que vela por la primacía de la Constitución.
Pero el grupo mayoritario no quería imponer a Trevijano sino pactar su elección por un amplio apoyo y, en contrapartida, ofrecer el mismo respaldo a Xiol, el más que previsible candidato a la vicepresidencia del sector minoritario al ser el único magistrado propuesto por el PSOE de los cuatro que se encuentran en el último tramo de su mandato.
La charla fue breve y cordial, coinciden fuentes de ambos sectores. Narváez transmitió a Xiol que la voluntad del grupo mayoritario era iniciar una nueva etapa en la que se mejore el prestigio del tribunal y se supere la imagen de división puesta de manifiesto en los últimos tiempos, en alusión a sentencias como las del estado de alarma, en las que el TC se partió por la mitad.
Para ello, manifestó, nada mejor que empezar con una elección unánime del presidente y del vicepresidente. El sector mayoritario proponía que las dos sensibilidades del TC estuvieran representadas en esos cargos institucionales y ofrecía votar en bloque a Xiol como vicepresidente si la minoría respaldaba también en bloque a González-Trevijano. Las votaciones, indicó Narváez, serían sucesivas, es decir, primero se iba a votar al presidente y después al vicepresidente.
Antonio Narváez añadió algo relevante de cara al futuro del tribunal. Hizo ver a Xiol que el acuerdo que ofrecía el grupo mayoritario se basaba en la renuncia de dos de sus miembros (él mismo y Santiago Martínez-Vares) a la vicepresidencia, cesión que se hacía en pro de un consenso que consideraban lo más beneficioso para el tribunal.
En este punto, señaló que esperaban que dentro de siete meses, cuando el TC se renueve otra vez, la nueva mayoría respete el mismo compromiso fraguado ahora en el sentido de que el vicepresidente sea el candidato que decida el sector minoritario.
El vuelco
En junio debe producirse la salida de los cuatro miembros del TC que ahora están al final de su mandato: González-Trevijano, Xiol, Martínez-Vares y Narváez. Les reemplazarán dos magistrados nombrados por el Gobierno y otros dos por el Consejo General del Poder Judicial, que suele reservar a uno de ellos al sector mayoritario y otro al minoritario. El CGPJ está a la espera de su propia renovación, que previsiblemente dará el control del órgano a los vocales designados por el PSOE.
Será, por tanto, en junio cuando se producirá el cambio de mayoría en el TC con siete magistrados propuestos por el PSOE: los dos del Gobierno, uno de los elegidos por el CGPJ y cuatro de los cinco actuales, ya que uno de los que saldrá es Xiol.
Los integrantes del TC propuestos por el PP quedarán reducidos a cinco (cuatro de los siete actuales y el que nombre el CGPJ). De ahí que Narváez enfatizase ante Xiol el mensaje de que esperan que la futura mayoría actúe como está haciendo la presente.
El mensaje llegó a los magistrados de la minoría pero no como un "compromiso", explican fuentes de este sector, sino como el "desiderátum" de lo que debería ser el funcionamiento del tribunal de ahora en adelante. Desiderátum o compromiso, ni Xiol ni Narváez estarán para hacerlo valer.
El papel del vicepresidente
"Vamos a ver cómo se va cumpliendo lo que nos dijo la mayoría", añaden las mismas fuentes, recordando que González-Trevijano ha anunciado que Juan Antonio Xiol no será un vicepresidente meramente nominal sino que le dará protagonismo en tres ámbitos.
El primero será el institucional. Xiol será el que ostentará la representación del TC en ciertos eventos como por ejemplo los de carácter judicial, ya que él procede del Tribunal Supremo.
El segundo será el de la coordinación entre las dos Salas del tribunal, dado que Xiol preside la Sala Segunda.
Y el tercero, de especial trascendencia, será el del debate con Trevijano para limar las diferencias que puedan existir en los asuntos jurisdiccionales relevantes antes de discutirlos en el pleno.
No se trata, coinciden fuentes de ambos grupos, de sofocar la discrepancia sino de intentar llegar a acuerdos en lo esencial para que las decisiones más importantes del TC tengan la auctoritas que les da el hecho de estar apoyadas por una mayoría de los magistrados, cuanto más amplia mejor.
Éste fue el procedimiento por el que el TC consiguió la unanimidad en asuntos tan delicados como la impugnación por el Gobierno de la resolución soberanista aprobada por el Parlamento catalán el 9 de noviembre de 2015, con la que dio inicio al proceso secesionista, o el recurso de Podemos contra la aplicación en Cataluña del artículo 155 de la Constitución. Trevijano y Xiol se encargaron de cuajar esos acuerdos.
La agenda del Tribunal Constitucional no está ahora precisamente descargada de asuntos conflictivos. Tiene aún pendiente de resolver el recurso del Grupo Popular del Congreso contra la vigente ley del aborto, presentado hace 11 años.
También están pendientes los recursos de amparo de condenados por el 'procés' como el exvicepresidente Oriol Junqueras y los presentados por el expresidente catalán Carles Puigdemont y los exconsejeros Antoni Comín y Clara Ponsatí contra las órdenes de detención emitidas por el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena.
La ley de la eutanasia, la ley Celaá, la supresión de competencias del Consejo General del Poder Judicial cuando está en prórroga de mandato, la validez de las fórmulas extravagantes de juramento utilizadas por algunos diputados y senadores o la repetición el juicio contra Arnaldo Otegi por el caso Bateragune son otros de los asuntos polémicos que esperan respuesta.