La Inteligencia Artificial lleva décadas rompiendo los esquemas de nuestro mundo, pero en los últimos años, con la emergencia de herramientas como ChatGPT, “se ha democratizado”, ha llegado a todos dejando por el camino numerosos y complejos retos. La universidad no es ni puede ser ajena a los mismos. “Estamos muy expectantes ante un cambio revolucionario que, casi sin darnos cuenta, se está implantando en las aulas”, ha reflexionado este jueves Sergio Calvo, director de Comunicación y Asuntos Públicos de la Universidad Europea en una conversación sobre nuevas tecnologías y cambios en la educación en el marco del II Foro de Educación, Innovación y Tecnología.
Este especialista, con 30 años de experiencia en el sector, ha sintetizado el debate en cuatro palabras: visión, “porque si no somos capaces de anticiparnos a las demandas del mercado no vamos a poder generar la oferta y formar a los estudiantes”; inversión, financiación “sostenible y sostenida” y colaboración, “porque tenemos que subirnos todos a la ola para hacer esto juntos”. “Tenemos que dejar fuera miedos y complejos, la universidad no se puede configurar de otra manera”, ha aseverado.
Calvo ha defendido que las nuevas tecnologías ofrecen una oportunidad única “para construir juntos algo nuevo” y ha considerado que esta cooperación debe interpelar a todas las universidades, a lo público y lo privado, al tejido empresarial y, también, debe despertar las sinergias entre el docente y los estudiantes. “La IA ha llegado para todos y podemos acompañarnos mutuamente”, ha asegurado.
En la Universidad Europea, uno de los centros privados referentes en España que está a punto de desembarcar en Málaga, están trabajando en estas líneas bajo la premisa nítida de que “si no invertimos perdemos el tren”, ha explicado Calvo. Para ello, intentan llevar a todas las áreas las posibilidades que ofrece la IA, aunque “es un camino que aprendemos según lo hacemos” y en el que se esconden debates éticos y muchas preguntas que todavía no tienen respuesta.
“El tema no está en si usas o no las herramientas, sino en saber hacerle la pregunta. Ahí es donde tenemos que ir, a enseñar un uso inteligente”, ha resumido el director de Comunicación y Asuntos Públicos de la institución.
Proceso de implantación
Este experto no duda en la capacidad de la universidad para afrontar con éxito estas transformaciones. De hecho, ha recordado que cuando comenzó su periplo profesional ni siquiera existía en correo electrónico y, de una forma casi natural, se ha reformulado profesionalmente en varias ocasiones ante las nuevas demandas. “Igual que aprendimos a usar esas herramientas, aprenderemos a usar de manera eficiencia y ética la IA”, ha vaticinado.
Sin embargo, para hacer este camino más fácil, ha pedido “agilidad” al regulador. “En la Universidad Europea implantamos un sistema de docencia virtual online, pero si el regulador dice que la evaluación tiene que ser presencial, se nos cae todo. Los estudiantes que tenemos en Kuala Lumpur se tiene que venir aquí y eso, sin duda, acaba frenándonos”, ha ejemplificado.
Para Calvo, los retos que ponen sobre la mesa los cambios tecnológicos pasan también por la igualdad, la transparencia o por la reinversión del sistema de evaluación para que sea “algo compartido” y los estudiantes se responsabilicen de su aprendizaje.
Aunque parezca ajeno, incluso futurista, esta transformación apela a todos, tal y como ha demostrado este experto, que, tras concluir su intervención, ha reconocido que parte de su discurso había sido generado con una IA. Los asistentes, entre ellos muchos estudiantes, se han quedado ojipláticos mientras escuchaban a Calvo animarles a identificar qué parte de lo expuesto ha sido de cosecha propia o cuál no. La oportunidad está aquí, ahora, y la tenemos todos entre las manos.