Emerge la carga de joyas de oro y gemas de un barco español que naufragó en México en el siglo XVIII
La embarcación, tal vez un galeón de la Flota de Tierra Firme, sucumbió ante las corrientes y la geografía marítima del arrecife Alacranes.
15 febrero, 2024 16:38Hacia finales del siglo XVIII, un barco de bandera española, quizá uno de los Galeones de Tierra Firme que comunicaban el virreinato del Perú con España, sucumbió ante las corrientes y la geografía marítima del arrecife Alacranes, cerca de la península del Yucatán, en el Caribe mexicano. Sus restos, hallados de forma casual hace una década sobre una barrera de coral, se encuentran a una profundidad de entre uno y siete metros bajo los de otro naufragio que sufrió un desenlace similar, el vapor HMS Forth (1849), aunque de este accidente se sabe que pasajeros y tripulación lograron salvar su vida.
Durante los trabajos arqueológicos realizados en el pecio del navío mercante, bautizado como Ancla Macuca, se recuperó una colección de orfebrería de oro, plata y gemas, así como de numismática (monedas macuquinas de plata) y elementos de la vida cotidiana (hebillas y dos piezas pertenecientes a un sistema de pesas de bronce). Asimismo, se identificaron un centenar de objetos de hierro (cañones y ancla), plomo (escandallo, lámina y balas para mosquete), así como de cobre y cobre aleado (láminas, clavos y pernos).
Pero esa carga nunca logró llegar a su destino, sino que se fue a pique en algún momento y por alguna razón extraña. Solo se conoce gracias al trabajo de un equipo de arqueólogos subacuáticos del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH). La colección de objetos recuperados durante las excavaciones se expone ahora de forma permanente en el Museo de Arqueología Subacuática El Fuerte de San José El Alto, en Campeche, un estado del sureste del país.
"Lo llamamos el 'Tesoro de Alacranes' y se compone de 420 piezas que forman parte de una investigación interdisciplinar, donde converge el trabajo de arqueólogos, estudiosos de la joyería, gemas, metales e ingenieros", ha explicado este miércoles a la Agencia Efe Helena Barba, responsable de la Oficina Península de Yucatán de la Subdirección de Arqueología Subacuática (SAS) del Centro INAH Campeche.
La arqueóloga, vicepresidenta del Consejo Consultivo Científico y Técnico de la Convención de la UNESCO, ha detallado que en las dos últimas décadas se han localizado 39 naufragios en el arrecife Alacranes, "una trampa para la navegación" de la que apenas se ha investigado el 5% del fondo. Las últimas investigaciones sobre el pecio español apuntan a que sería una nave del siglo XVIII "porque los clavos que estaban adheridos a la madera que ya no existe son de una alineación de cobre que se inventó y empezó a usar a finales de 1780".
El cojunto de joyas apenas sería una mínima parte de un cargamento que seguramente se encuentre disperso por la zona del arrecife. Es, según Helena Barba, "literalmente un tesoro, pero no solo por el oro, esmeraldas y diamantes, sino porque habla de la vida cotidiana del comercio y rutas navales del siglo XVIII, algo difícil de encontrar en un naufragio". Muchas de estas piezas se consideran parte de las pertenencias de un orfebre que trabajaba durante la travesía en la confección de elementos de lujo, portando herramientas y laminillas de oro como materia prima.
Según se detalla en la página web del citado museo, estas piezas estaban destinadas a la confección de joyas para la vida cotidiana de un sector social europeo: anillos, dijes, mancuernillas, botones, mondadientes o cadenas. También se relacionan con la liturgia católica: aplicaciones a mantos, medallas, rosarios, (oro y coral rojo), relicarios y cruces. Gracias a la investigación internacional, el INAH concluye que el oro es de 24 quilates, por lo que su procedencia puede ser de Colombia, Venezuela, Panamá o de Oaxaca, estado del sur de México, mientras que los diamantes quizá sean de Brasil.
Los investigadores destacan por último la importancia de los elementos del navío, como el recubrimiento de plomo del casco, la clavazón y los pernos de bronce, lo mismo instrumentos propios para la navegación, como un ancla y escandallo de plomo, a lo que se suman la artillería y los pertrechos de guerra asociados, además de monedas macuquinas de plata de origen mexicano. Todos los artefactos diagnósticos estudiados en su contexto arqueológico fueron analizados por expertos en diversas disciplinas, lo que permitió definir al pecio Ancla Macuca como correspondiente al siglo XVIII y de filiación española.