Descubren el arma de fuego más antigua de Estados Unidos: su conexión con los conquistadores españoles
- Se trata de un pequeño cañón de bronce relacionado con la expedición de Vázquez de Coronado en busca de la legendaria ciudad de Cíbola.
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Bajo el mando de Francisco Vázquez de Coronado, un segundón de familia hidalga nacido en Salamanca y gobernador del reino de la Nueva Galicia, una expedición de más de 300 españoles y unos 800 indios emprendió el 23 de febrero de 1540 una aventura que perseguía encontrar la legendaria ciudad de Cíbola. Según el relato de fray Marcos de Niza, aquel lugar era similar en grandeza a la capital del Imperio mexica y dio a entender a los conquistadores que allí se acumulaban enormes riquezas y cantidades de oro.
Lo que encontraron los hombres de Coronado tras muchas penurias fue en realidad un pobre villorrio de cabañas con techo de paja. Ni rastro del oro. El capitán general ordenó regresar a México en el verano de 1542 y fue sometido a un juicio por la mala gestión de su ejército y por las crueldades cometidas contra los pueblos nativos. Aunque desde este punto de vista la expedición fue un fracaso, se trató de la primera incursión prolongada de los europeos en el oeste del moderno Estados Unidos y se recabaron datos sobre un territorio y sus habitantes de los que nada se sabía en el Viejo Mundo.
Un equipo independiente de investigadores de Arizona ha descubierto ahora, en el valle del río Santa Cruz, una evidencia de la odisea de los conquistadores: un pequeño cañón de bronce de la docena que integraban el arsenal de artillería. La pieza, el arma de fuego más antigua hallada hasta ahora en EEUU, ha sido descubierta en el suelo de una estructura de piedra y adobe, datada mediante radiocarbono y técnicas de luminiscencia estimulada en la época de Coronado. Otros objetos recuperados en el yacimiento son también coincidentes con la expedición, como fragmentos de cerámica europea y de recipientes de aceite, así como trozos de vidrio y partes de otras armas.
En un artículo publicado en la revista International Journal of Historical Archaeology, los investigadores explican que el cañón mide algo más de un metro de largo y pesa un poco menos de veinte kilos. Se trata de un primitivo tipo de arma de fuego que requería de dos personas para utilizarlo. Su diseño estaba en principio concebido para la defensa de una muralla o fortificación, pero Coronado y sus hombres puede que lo empleasen para abrir brechas en las paredes de madera o adobe de las estructuras indígenas. Incluso valoran que pudo haber formado parte de una expedición anterior como la de Ponce de León.
La arqueóloga Deni J. Seymour y el especialista en armas William P. Mapoles detallan en su estudio que el cañón presenta un diseño simple y sin adornos, lo que sugiere que pudo haber sido fundido en el Nuevo Mundo, quizás en México o en el Caribe, y no en España, donde en estas piezas se grababan escudos de armas y otras decoraciones. También afirman que estaba descargado y no muestra evidencias de uso en batalla, por lo que se desconoce el motivo de su abandono. Los relatos históricos afirman que los españoles fueron atacados en esa zona por un grupo del pueblo pima, enfrentamiento que parece confirmar el hallazgo de balas de plomo y puntas de flecha.
A pesar del fracaso evidente en su objetivo original, la empresa de Vázquez de Coronado encontró la divisoria continental de las aguas de los ríos que van al Atlántico o al Pacífico y se recabó un conocimiento certero de la anchura del continente. También abrió la ruta para nuevas exploraciones y la puerta a la colonización hispana del sudoeste de EEUU.