Es la hora, y somos la última resistencia
Hay algunas personas que están comentando el reto técnico y administrativo que supondrá la absorción de los Fondos Next Generation. Particularmente en este primer ejercicio de aplicación, 2021, en el que más de la mitad del año se está escapando en el proceso de planificación, presentación y aprobación ante la Comisión y el Consejo de la Unión Europea.
Un año habrá transcurrido, desde que se aprobaron en Julio de 2020, cuando por fin España reciba finalmente la luz verde definitiva para su aplicación. Nos quedará Agosto (un mes poco hábil en muchos sentidos) y cuatro meses para conveniar entre los diferentes niveles de la Administración, resolver convocatorias, adjudicar licitaciones, ejecutar inversiones y gastos… Sin duda poco tiempo para mucha tarea.
Lo cierto es que, a mis ojos, este reto es insignificante si lo comparamos con el que tiene España en particular, y el Sur de Europa en general, para conseguir mantenerse en el núcleo de países industrializados que liderarán este siglo la prosperidad mundial.
Este es el verdadero reto. Esta es la hora. Y somos la última resistencia.
Si no somos capaces de transformar a través de la colaboración público-privada nuestro tejido industrial, económico, social, perderemos el último tren (después de haber perdido varios en las últimas décadas). El gigantesco timón de la globalización, que ya había iniciado un cambio de rumbo, lo ha acelerado en estos largos meses de pandemia.
Porque, durante años, el juego global ha consistido esencialmente en fabricar barato en países de bajo coste. Pero ahora la globalización va de otra cosa. Va de estar delante del resto, a través de la incorporación de tecnologías avanzadas, en los nuevos productos y servicios. Va de tener sociedades innovadoras, que con su demanda sofisticada ayudan a sus empresas a ir por delante. Va de responder antes y mejor a los grandes retos de este siglo: cambio climático y sostenibilidad, digitalización e inteligencia artificial…
Si no somos capaces de transformar a través de la colaboración público-privada nuestro tejido industrial, económico, social, perderemos el último tren.
Y esta es la hora, porque la ventana de oportunidad que tenemos es ciertamente estrecha. Los Fondos Next Generation van a ser como una descarga eléctrica de un desfibrilador que se aplica a una persona que ha sufrido un paro cardiaco. La primera descarga en 2021, la segunda en 2022, la tercera en 2023. Pero si el corazón no recupera su ritmo, en 2024 no habrá más descargas, porque el aparato estará descargado…
El nivel de endeudamiento de las Administraciones Públicas en España abrirá una década de ajustes presupuestarios en la que será mucho más complejo abordar medidas de apoyo de la intensidad y duración requeridas. En los últimos meses la Comisión Europea ha dado ya varios avisos de que la barra libre se acabará cuando terminen los fondos, y vendrá de nuevo el rigor en los límites de déficit y endeudamiento.
Somos la última resistencia. Si esto falla, no habrá otra oportunidad, y afrontaremos un período de declive, agravada por el envejecimiento de una parte muy significativa de la sociedad. Tenemos unos meses para impulsar inversiones y reformas.
Esta es la perspectiva que necesitamos para activar todos los mecanismos de colaboración público-privada, para descargar adrenalina en todo el sistema que nos ayude a superar las barreras legales, técnicas, administrativas. Pero la adrenalina sin acción, solo sirve para generar ansiedad, y por eso es urgente y necesario que cuanto antes exista una comunicación clara y sencilla de los mecanismos concretos para acceder a la financiación, que ya está tardando más de lo necesario.
Somos la última resistencia. si esto falla no habrá otra oportunidad y afrontaremos un período de declive.
La versión del Plan presentada por el Gobierno en abril al conjunto de la sociedad, explica esta idea clave con claridad meridiana: “…la diversidad de ámbitos y medidas incluidos en el Plan y el importante volumen de recursos movilizados hacen necesario el desarrollo de una página web específica con la finalidad de servir como portal principal y unificado de información y facilitar el acceso a las posibilidades de participación al público objetivo a través de canales de comunicación online".
"Esta página web, que se pondrá en marcha una vez que el Plan sea aprobado por la Comisión Europea, será una herramienta para la promoción activa de los fondos de recuperación europeos, las oportunidades comerciales y de inversión, los proyectos estratégicos y sus resultados, las responsabilidades que deben asumir los beneficiarios y las tareas que deben realizar los organismos gestores. También será un instrumento destinado a aumentar la conciencia pública general sobre la relevancia y el potencial transformador económico y social de los Fondos de Recuperación.”
Si el escenario con mayor probabilidad es que el Plan sea aprobado a finales de junio por la Comisión y en julio por el Consejo, no deberíamos esperar ni un día más a compartir esta información con todos los agentes. Grandes empresas, PYMES, asociaciones, universidades, centros tecnológicos y de investigación, administraciones autonómicas y locales, ONGs…
Cada tipología de agentes debería poder acceder a la información clave, desde ya:
· Qué tipo de actividades o proyectos concretos pueden ser objeto de financiación, y en qué porcentaje máximo, y si la ayuda tendrá forma de préstamo o de subvención.
· Qué mecanismo (convocatoria competitiva, licitación…) va a permitir acceder a los fondos, y si se podrá concurrir con proyectos individuales o en consorcio.
· Cuáles serán los criterios de evaluación/adjudicación.
· Qué departamento de qué administración/organismo público estatal, autonómica o local va a convocar o licitar los fondos.
· Qué cantidad se va a repartir a través de ese mecanismo.
· Entre qué fechas se podrán presentar proyectos / ofertas.
· En qué fecha se conocerá la resolución positiva o negativa.
· Cual es el período para hacer gastos o inversiones elegibles.
· Cuál es la legislación o límites aplicables.
Hay dos motivos por los que Next Generation pueda fracasar. El primero, que no seamos conscientes de la absolutamente esencial y crítico que es para nuestra prosperidad futura, y por lo tanto no apliquemos el nivel de energía y determinación coherentes con ese reto.
El segundo es que seamos capaces de generar ese nivel de energía e ilusión colectivas, pero que no acertemos en darlas un cauce adecuado. Sería mucho más triste, y generaría un enorme nivel de frustración colectiva.
Nunca un programa público había despertado tal nivel de interés y expectativas como lo ha hecho Next Generation, sostenidos durante ya casi un año, desde los primeros anuncios en Julio del año pasado. Nunca antes la colaboración público privada había sido tan vital y estratégica para nuestro futuro. Es la hora. Somos la última resistencia. Y estamos esperando instrucciones…
Guillermo Dorronsoro es Management Board Advisor en Zabala y profesor en la Deusto Business School