Una empresa burgalesa demuestra que es posible luchar contra la despoblación rural
Pascual desarrolla la mayoría de su actividad productiva en zonas rurales para frenar la despoblación. Para ello, apuesta por productos fabricados a partir de cultivo local y proveniente de ganaderías españolas.
9 octubre, 2023 00:54Desde 2011, el número de personas empadronadas en municipios rurales se ha reducido un 7%, según los últimos datos recogidos por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Este aumento de la despoblación y abandono de las zonas rurales se ha convertido en un problema, sobre todo si tenemos en cuenta que en los municipios más pequeños se sitúan algunas de las principales explotaciones y fábricas que son el corazón de la industria agroalimentaria española.
Ante esta situación, cuidar de las personas que trabajan en este sector y atraer a las nuevas generaciones es una tarea esencial para que la industria agroalimentaria siga funcionando y, al mismo tiempo, se puedan desarrollar en los pueblos otros servicios esenciales para la economía, como la hostelería o el comercio.
En este contexto, el papel de las empresas es fundamental para atraer a los jóvenes y retener a las personas que viven y trabajan en las zonas rurales. Este es el caso de la compañía burgalesa Pascual, que lleva desde 1969 demostrando su compromiso con la economía local y de proximidad a través de diversas actividades que respaldan a agricultores y ganaderos, que son los que dan de comer cada día a más de 47 millones de españoles.
Por qué Pascual lo hace posible
Una de las prácticas que desarrolla Pascual, a favor de la economía local y para frenar la despoblación rural, es trabajar directamente con 292 granjas situadas en núcleos rurales. Todo ello con el propósito de establecer una relación estrecha con los ganaderos, de los cuales un 85% lleva más de 15 años trabajando para la empresa.
Por otro lado, la marca también cuenta con fábricas situadas en municipios rurales. Destacan los complejos industriales de Aranda de Duero (Burgos) y Gurb (Barcelona), las dos plantas embotelladoras de Bezoya, su marca de agua mineral natural, en los municipios segovianos de Ortigosa del Monte y Trescasas y el tostadero Mocay Caffè, perteneciente también a Grupo Pascual, situado en Tajonar (Navarra), un municipio de menos de 11.500 habitantes. Estas localizaciones de la compañía generan cerca de 2.000 empleos directos y decenas de miles indirectos en la España rural.
Además de situar algunas de sus fábricas en municipios rurales, la marca de bebidas vegetales de Pascual, Vivesoy, apuesta desde hace 20 años por el uso de materias primas 100% de cultivo local para la elaboración de sus productos, como la soja o la avena. Para ello se han utilizado cultivos procedentes de campos repartidos por Extremadura, Castilla y León, Aragón, País Vasco, Navarra, Andalucía, Murcia, Comunidad Valenciana y Cataluña de la mano de 220 agricultores.
Pascual también trabaja para llegar hasta el último establecimiento de alimentación y hostelería del país a través de su filial de distribución Qualianza y distribuidores exclusivos. De esta manera, la marca pretende apoyar a bares, restaurantes y pequeños comercios, que son quienes impulsan el tejido económico, empresarial y social de los pueblos.
“Se crea también una cadena donde las empresas de los municipios rurales trabajan con productores y proveedores locales para obtener los mejores ingredientes y desarrollar todos sus productos. Esa cadena crea cientos de miles de empleos directos e indirectos que son fundamentales para el futuro de la España rural”, explica el presidente de la compañía, Tomás Pascual.
El apoyo público-privado, clave para los jóvenes en el medio rural
Una de las medidas clave para revertir esta situación de despoblamiento es a través del trabajo en conjunto de la industria alimentaria y las instituciones públicas. De este modo, muchos jóvenes pueden asentarse en los pueblos, crear riquezas y desarrollar proyectos de vida a largo plazo.
Teniendo en cuenta que las nuevas generaciones son el futuro del medio rural, Pascual ha creado un programa de becas para los hijos de los ganaderos que proveen de leche a la compañía y para los hijos de los agricultores, encargados de cultivar las materias primas de sus bebidas vegetales Vivesoy.
Durante la primera edición del programa de becas, celebrada en 2022, Pascual concedió un total de 12 becas para los hijos de agricultores y ganaderos en las comunidades autónomas de Castilla y León, Galicia y Cantabria, tres regiones muy afectadas por la despoblación rural. “Nuestra intención es dotar de continuidad y recorrido a este programa de manera que se repita en cada curso académico, ampliándolo en próximas ediciones a jóvenes agricultores locales”, explicó el presidente.
Así, Pascual no solo se preocupa del presente del campo y de la gente que vive por y para él, sino que también tiene la vista puesta en su futuro, cuya importancia entiende que es fundamental para la continuidad de una alimentación de calidad en nuestro país.