José Luis Escrivá y la fachada del Banco de España.

José Luis Escrivá y la fachada del Banco de España. EE

Invertia

Escrivá se hace un traje a medida en el BdE para evaluar sus propias reformas y tratar de influir en el BCE

La plantilla del supervisor cree que los movimientos están "politizados", algo que puede poner en jaque la independencia del organismo.

11 septiembre, 2024 02:27

Puntada a puntada, José Luis Escrivá está diseñando un nuevo Banco de España a su medida con el que afrontar sus seis años de mandato. Con todavía algún cambio en el horizonte, el ya exministro ha iniciado una profunda revolución en el organigrama de un ente que evaluará reformas que él mismo llevó a cabo en el Gobierno y del que espera una mayor influencia en los foros económicos europeos.

Una de las primeras decisiones que Escrivá ha tomado tras su sonoro desembarco ha sido la creación de una nueva Dirección General. Con el nombre de Relaciones Institucionales, Europeas y Transparencia, el nuevo gobernador ha creado un departamento para, entre otras tareas, "reforzar la influencia del Banco en los distintos foros en los que participa, especialmente en los europeos y en el Eurosistema", esto es, en el Banco Central Europeo.

Al frente de dicho departamento estará Paloma Marín, jurista con una dilatada trayectoria dentro del banco. Además, Escrivá ha designado como directora adjunta de ese mismo departamento a Inés Calderón, quien ha sido su directora de comunicación durante toda su etapa como ministro y es, por tanto, una persona de la máxima confianza del nuevo gobernador.

Otro nombramiento que destaca es el de Lucía Rodríguez como nueva consejera del regulador. Hasta la fecha, esta teco [perteneciente al Cuerpo Superior de Técnicos Comerciales y Economistas del Estado] era subdirectora general de Endeudamiento Público en la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), organismo que el propio Escrivá lideró hasta 2020, cuando dio el salto al primer Gobierno de coalición. Antes de eso, Rodríguez fue consejera de Acuamed y del INCIBE, así como asesora en el gabinete de la exministra de Economía, Nadia Calviño.

El puesto de consejera al que llega es el que deja libre la nueva subgobernadora del Banco de España, Soledad Núñez. En este caso, no se trata de una figura relacionada con Escrivá, sino con el entorno socialista. Núñez formó parte de la oficina económica de La Moncloa durante la etapa de Zapatero, quien la nombró secretaria general del Tesoro. Cuando PP y PSOE negociaron el nombre del número dos de Luis Linde, los populares vetaron a Núñez por su afinidad política.

José Luis Escrivá durante la toma de posesión como gobernador del Banco de España.

José Luis Escrivá durante la toma de posesión como gobernador del Banco de España. Alejandro Martínez Vélez Europa Press

Otro nombre que también llega de fuera del radar del nuevo gobernador es el de Jordi Pons, un economista catalán vinculado a ERC y que ha defendido en publicaciones el supuesto "expolio fiscal" que sufre Cataluña por el actual modelo de financiación autonómica. Su nombramiento como consejero responde a la cuota catalana del organismo y a los distintos pactos a los que han llegado socialistas y republicanos.

En cualquier caso, la plantilla del Banco de España descuenta que habrá todavía más movimientos internos que terminarán de configurar el nuevo organigrama del supervisor. Al menos, se da por hecho el relevo en las direcciones de Economía y EstadísticaEstabilidad Financiera, Regulación y Resolución y Supervisión.

Como ya hicieron cuando el nombre de José Luis Escrivá empezó a sonar como relevo de Pablo Hernández de Cos, los trabajadores del banco central temen que la independencia del ente se vea mermada por unos nombramientos "politizados".

Como cabía esperar, el PP también se ha opuesto a todos estos cambios. De base, los populares se descolgaron de la negociación para renovar la cúpula del Banco de España para no avalar el nombramiento de Escrivá. Esto ha llevado a que el Gobierno también haya elegido a la subgobernadora, cuya trayectoria en puestos de responsabilidad con Zapatero ha sido criticada por los conservadores.