Uno de los chozos que utilizan los pastores, equipado con tecnología para recibir internet por satélite.

Uno de los chozos que utilizan los pastores, equipado con tecnología para recibir internet por satélite.

Autonomías 4.0 ESPAÑA VACIADA… Y DIGITAL (y 3)

Equipar un refugio de alta montaña con internet para 'salvar' la trashumancia y rejuvenecer el oficio de pastor

Esta práctica milenaria busca renovarse y conectar montes de León o Palencia garantiza más seguridad y un atractivo para nuevas generaciones.

1 octubre, 2021 01:30

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La trashumancia es una práctica agroganadera milenaria; una actividad de pastoreo medioambientalmente sostenible, muy localizada y que algunos colectivos están empeñados en mantener.

Y cuando algún colectivo se esfuerza en mantener un oficio como éste es que el oficio en cuestión está próximo a desaparecer y, con él, todo el entorno que lo rodea.

Para la búsqueda de soluciones existen organizaciones como la Fundación Monte Mediterráneo, ubicada en Huelva pero que trabaja a nivel nacional en proyectos para salvar este pastoreo ancestral a través de la investigación y la formación.

Como no podía ser de otra manera, la tecnología está cobrando una especial relevancia, aunque pueda parecer complicado aplicar disrupciones en un sector tan antiguo.

La presidenta de la fundación, Ernestine Lüdeke, atiende a D+I para reconocer que "la ganadería extensiva, si queremos que evolucione y se desarrolle tiene que ser acompañada de la tecnología".

La trashumancia, una práctica ancestral que fundaciones como Monte Mediterráneo quieren recuperar.

La trashumancia, una práctica ancestral que fundaciones como Monte Mediterráneo quieren recuperar.

Así pues, el círculo virtuoso que se consigue gracias a políticas disruptivas, innovadoras o de digitalización vuelve a dibujarse, en este caso, a la hora de intentar modernizar sectores primarios en lugares donde estos sectores son el principal sustento económico.

Son un ejemplo más de cómo puede luchar la llamada España Vaciada por mantenerse en pie a través de la modernización de sus ecosistemas socioeconómicos, como ya han demostrado los dos primeros protagonistas de esta serie sobre zonas rurales y digitalización relatada por este periódico.

Y es que los proyectos de la comarca de Campos de Cariñena y la digitalización de su administración o de Villarcayo, el pueblo de Burgos que quiere ser inteligente, también buscan lo mismo que este proyecto tecnológico aplicable a la trashumancia: dinamizar zonas rurales, luchar contra la despoblación en los núcleos de alta montaña de provincias como León o Palencia.

Pero ¿en qué consiste exactamente este proyecto? Cabe mencionar, en primer lugar, que este plan está liderado por Ovinnova, un consorcio multisectorial cofinanciado por el Ministerio de Agricultura y la UE a través del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural y coordinado por la mencionada Fundación Monte Mediterráneo.

Para desarrollar este ambicioso proyecto, el aliado tecnológico ha sido Eurona y ésta, su solución: instalar internet por satélite en diferentes chozos pastoriles.

Un chozo es una edificación que suele convertirse en la morada de los pastores durante las épocas de trashumancia.

Apenas hay jóvenes en el oficio. En torno al 90% de los pastores tienen más de 50 años y ellos no echan de menos las facilidades que da internet.

Y precisamente el deterioro de estos enclaves es una de las causas del declive de la trashumancia. No suelen tener electricidad, ni agua corriente, ni acceso a cobertura móvil e internet…

Y el declive de este pastoreo también es el de sus entornos poblacionales. Es el círculo vicioso que, gracias a la tecnología, aspira a transformarse en un círculo virtuoso.

Lo dicho, la compañía Eurona ha instalado internet por satélite en diferentes chozos pastoriles ubicados en puertos de montaña de León y Palencia con el objetivo de modernizar las instalaciones pastoriles y que se pueden aplicar modelos de gestión ganaderos más eficientes, además de optimizar la asistencia técnica y logística, promoviendo así la actividad trashumante y la conservación sostenible de los hábitats de montaña.

Esta medida busca, en palabras de la empresa, "dignificar el oficio del pastor, aportando medios modernos y más comodidades a sus instalaciones para aumentar, en definitiva, el atractivo del oficio y estimular incluso la llegada de profesionales jóvenes que quieran realizar este trabajo y revitalizar estas zonas".

Y remacha: "Intentamos contribuir así a impulsar el potencial de actividades que pueden ser un revulsivo económico para la España Vaciada como la trashumancia, que durante siglos ha sido clave para la conservación de la ganadería extensiva y un incentivo para atraer nuevos pobladores al medio rural".

La presidenta de la Fundación Monte Mediterráneo, al respecto, reconoce que "una de las principales necesidades del sector es el rejuvenecimiento de los pastores".

Una beca, 100 solicitudes

Ernestine Lüdeke aporta una de cal y otra de arena en forma de datos. La cifra negativa: "Actualmente en torno al 90% de pastores tienen más de 50 años, apenas hay jóvenes en el oficio". La positiva: "No hay falta de voluntad. En su día convocamos una beca para trabajar como ayudante de pastor y para nuestra sorpresa recibimos más de 100 solicitudes".

En este sentido, el colectivo reconoce que la creciente digitalización del sector ayuda y mucho a que el oficio sea más atractivo y que, en consecuencia, llame la atención de los jóvenes como una alternativa en el mundo laboral, al tiempo que se protege una tradición agroganadera milenaria.

"Lógicamente los pastores de avanzada edad no echan de menos las facilidades que aporta contar con una buena conectividad en un chozo, pero si equipamos tecnológicamente una de estas edificaciones para que un pastor joven pueda tener acceso a internet, estamos dándole un plus", indica la presidenta de la fundación.

Más allá de las comodidades, un chozo conectado es un chozo más seguro. Un inconveniente en la actualidad -temporal de nieve, lluvia intensa, accidente…- no podría ser comunicado. Con la solución tecnológica de Eurona, sí será posible ahora.

Esta compañía, por cierto, cuenta ya con algunos casos de uso contrastados en cuanto a la conexión de explotaciones agroalimentarias, desde granjas como las que está conectando en Irlanda con el fin de facilitar el empoderamiento del campo y garantizar el futuro del sector en el país.

O explotaciones ganaderas como la de Mediana del Voltoya en Ávila con más de 130 reses portadoras de collares sensorizados que permiten monitorizar en todo momento el estado y ubicación de los animales vía satélite.

Otros ejemplos

También explotaciones agrícolas como la de Florette en Alicante, desde donde se transmiten en tiempo real los datos de la gestión de los cultivos.

"Defendemos que la magnitud del reto demográfico no solo obliga a las administraciones sino también al sector privado y a la sociedad en su conjunto a poner de su parte para acabar con la despoblación", explican desde la compañía.

Así, la compañía ha apostado por la tecnología satélite para llevar Internet a lugares hasta ahora desprovistos de infraestructuras de telecomunicaciones, ofreciendo una solución de conectividad inmediata y viable.

Eurona, según explican fuentes de la compañía, está "convencida" de que la conexión ultrarrápida de internet "tiene un impacto tractor sobre la actividad económica del medio rural, que permite, entre otras cosas, la creación de un nuevo tejido empresarial vinculado a la sostenibilidad y a la transformación digital de los negocios rurales generando empleo, fijando población y evolucionando hacia una sociedad más igualitaria y justa".

Sobre este proyecto para salvar la trashumancia, Fernando Ojeda, consejero delegado de Eurona, explica que "con la llegada de Internet podemos contribuir ahora a cambiar el modelo de negocio ganadero contribuyendo a preservar la economía de las zonas rurales y también su biodiversidad".

Visión parecida es la que se tiene en la Fundación Monte Mediterráneo dentro de su proyecto Ovinnova.

"Creemos en un nuevo diseño, un modelo de trashumancia renovado que aproveche esa plusvalía y la traduzca en el establecimiento perdurable de medidas y fórmulas de biodiversidad por el bien de la sociedad y el suyo propio", resumen desde la fundación.

Remacha su presidenta: "Estamos intentando crear y creemos que lo estamos consiguiendo una nueva forma de gestionar la trashumancia, pero para ello necesitamos rejuvenecer el sector".

Qué mejor que proyectos de digitalización como éste para demostrar que el objetivo se puede conseguir.