La industria asturiana, si hablamos en clave 4.0 y aunque esté en proceso de despegue, tiene varios problemas, entre ellos la "escasa inversión en I+D+i", el "bajo nivel de digitalización empresarial" y la "escasa disponibilidad de perfiles profesionales especializados en digitalización", por no hablar de la tan manida "fuga de talento".
No lo dice D+I, lo dice la Estrategia Industrial de Asturias 2030 (EIA 2030), un documento sectorial elaborado por el gobierno del Principado en el que se mira al futuro con un objetivo claro: diseñar un nuevo modelo industrial a partir de las fortalezas del sector y los recursos disponibles, un modelo basado en la sostenibilidad, la competitividad, la inclusión social y territorial y, cómo no, la digitalización.
Precisamente este informe es el que advierte de esos problemas de la industria en su necesario salto hacia nuevos modelos tecnológicos.
"Debemos impulsar acciones destinadas a detectar mercados y actividades que faciliten el tránsito hacia un modelo industrial inteligente y con liderazgo tecnológico, apoyado en nuevos procesos y modelos productivos desarrollados a partir de tecnologías habilitadoras de fabricación y digitalización y en nuevos materiales avanzados y funcionales", avisa la estrategia.
La fabricación aditiva e impresión 3D, aprovechar de manera eficaz las capacidades científico-tecnológicas de los ecosistemas innovador y empresarial de la región para prestar servicios avanzados de I+D, y la labor del Centro de Investigación en Nanomateriales y Nanotecnología (CINN), la Universidad de Oviedo o del centro tecnológico Idonial son algunos de los pilares sobre los que debe asentarse ese despegue.
Pero, como advierte el estudio, "la transformación digital requiere inversiones, cambios de los modelos de negocio, integración de las cadenas de valor y perfiles de cualificación suplementarios a los actuales".
En este sentido, la visión del gobierno regional con vistas a 2030 es muy ambiciosa. Si hace unos días conocíamos que la estrategia del gobierno vasco era doblar su gasto en I+D+i durante la próxima década, en Asturias pretenden triplicarlo (y pasar de los aproximadamente 850.000 euros invertidos en 2019 a los 3 millones de euros dentro de 10 años).
Política expansiva
Y más retos. Se pretende multiplicar casi por 10 el número de empresas asociadas al Asturias Digital Innovation Hub, o lo que es lo mismo, pasar de las 196 actuales a 1.196.
También se prevé triplicar la cifra de centros de I+D+i empresariales (una iniciativa creada durante 2020 y que ha atraído a tres compañías) y la cifra de empresas industriales de base tecnológica (para pasar de las 15 actuales a las 40 en 2030).
Todos estos ambiciosos retos requieren de una estrategia concreta, que en el caso de Asturias y por lo que respecta a la I+D+i, va a contar con un impulso importante.
De hecho, de los 10 ejes de actuación transversales diseñados para la próxima década, el segundo de ellos es el del "fortalecimiento del ecosistema regional científico, tecnológico e innovador, como vía de facilitación de transferencia de conocimiento a centros productivos e incorporación de tecnologías y capacidades a procesos y productos".
En este sentido, se cita la elaboración del Mapa de Estrategias del gobierno asturiano, la futura puesta en marcha de la Agencia de Ciencia e Innovación y la aprobación de la próxima Estrategia de Especialización Inteligente S3.
Respecto a esta S3, según recoge el documento, se persigue "priorizar acciones en el ámbito de la I+D+i, fomentar modelos de negocio para pequeñas y medianas empresas, impulsar empresas emergentes y promover productos de mayor valor añadido. Su impacto está dirigido hacia la internacionalización y estimula la cooperación interregional en nuevas cadenas de valor".
Actuaciones en el corto plazo
Prevé también "un significativo despliegue de los hubs existentes, espacios conectados en red en torno a los ámbitos de especialización regional que aglutinan actividades de investigación, demostración y transferencia".
La estrategia prevé para el corto plazo (años 2022 y 2023) una serie de acciones facilitadoras que allanarán el camino para que vaya produciéndose ese salto cualitativo para la industria.
Así, el gobierno asturiano pretende tener lista el próximo año, la estrategia de transformación digital para la industria, y el año siguiente, tener completada la extensión de banda ancha en todos los polígonos industriales de la región.
En este sentido, nadie esconde que va a resultar la clave la llegada de los fondos europeos, la progresiva incorporación de las empresas a la industria 4.0, o el desarrollo constante de la fabricación aditiva (impresión 3D).
Evidentemente, la indsitra debe dar ese salto hacia la digitalización de la mano de la indispensable colaboración público privada.
El informe explica que "en un contexto económico globalizado, las nuevas tecnologías de la comunicación y la información son claves en la competitividad y la rentabilidad de las empresas y decisivas en su adaptación a mercados continuamente cambiantes".
Asimismo, refrenda que el sector manufacturero, "con un elevado peso en Asturias", debe ir de la mano de las TIC para aprovechar las oportunidades que ofrece la transición, en todo lo relacionado con la fabricación y suministro de sensores y dispositivos de captación y almacenamiento de datos, dispositivos y equipos del ámbito de las comunicaciones o provisión de plataformas y aplicaciones empresariales".
La digitalización a través del denominado internet de las cosas (IOT), el Big Data y la inteligencia artificial se configuran como instrumentos "imprescindibles en todos los sectores".
Una fabricación conectada
En este sentido, "impulsar una fabricación conectada, con sistemas de captura de datos en tiempo real y gestión de la información que permita tomar decisiones que mejoren la productividad, abarca a todos los elementos de la cadena de valor, desde la primera transformación hasta el cliente, más allá del centro de producción".
La EIA 2030 considera que "es necesario facilitar el aprovechamiento del potencial de combinación de IT (tecnologías de la información) y OT (tecnología operacional) por parte del tejido empresarial".
La realidad aumentada, el cloud computing, IoT (sistemas ciberfísicos), big data, machine learning, simulación, impresión 3D (fabricación aditiva) y los cobots son herramientas que la industria asturiana "no puede perder de vista, al igual que la robótica colaborativa, para desarrollar programas de gestión de recursos orientados a reducir tiempos de manufactura".
Es más, según el documento, "a medio y largo plazo, la nanotecnología jugará un papel crucial de manera indirecta, permitiendo incrementar volúmenes de información a la vez que se disminuyen los espacios, de ahí que resulte especialmente interesante su fomento".
En cualquier caso, antes de todo ello, "es indispensable impulsar plataformas tecnológicas como puntos de encuentro empresariales y facilitar consorcios y uniones público-privados", indica el informe.
Al respecto, el gobierno regional dispone de varios planes que tienen margen de mejora. El Programa Industria 4.0, coordinado por el IDEPA, está orientado a facilitar la incorporación de las tecnologías incluidas en esta agrupación por parte de las industrias, las empresas tecnológicas y las de base tecnológica (EBT) regionales usuarias.
Es relevante "potenciar" la labor realizada por el clúster MetaIndustry4 en el ámbito de la digitalización del sector metalúrgico.
El centro tecnológico IDONIAL, CTIC, CEEI y la Universidad de Oviedo "continuarán trabajando para proveer de I+D y de servicios de demostración a las empresas asturianas (incluidas labores de experimentación, ensayos y plantas piloto), fomentar los esfuerzos en el ámbito de los talleres, el Programa Activa Industria 4.0 y el modelo de diagnóstico implementado por el CTIC".
El Open Innovation 4.0, por su parte, es una iniciativa de colaboración público-privada que persigue la aceleración y tracción al mercado de jóvenes empresas innovadoras, en el área de Industria 4.0, "y será una herramienta clave en la digitalización empresarial".
En definitiva, la industria constituye una seña de identidad del Principado de Asturias y es un pilar clave para el crecimiento económico y el bienestar social de la región. Ahora bien, "el cambio de la estructura productiva y una mayor diversificación e internacionalización marcarán el proceso de desarrollo".
Y ahí, la digitalización y la I+D+i va a jugar un papel crucial.