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José María Cuellar (Telefónica Tech): “Estamos empezando a ver la adopción de la nube, pero va más lenta de lo que parece”
El directivo explica el cambio de rumbo de las 'telco' en la arena cloud, de rivales de Amazon y Google a distribuidores de sus servicios. También plantea la conversión de sus antenas y centrales locales en 'mini centros de datos' para el futuro 'edge computing'
17 agosto, 2020 07:00La batalla 'cloud' tuvo en sus orígenes a un sinfín de contendientes entre los que encontrábamos a los grandes proveedores hiperescala, a pequeños 'players' de nicho y, también, a los operadores de telecomunicaciones. Estos últimos trataron de posicionarse en el mercado en un punto intermedio entre sus dos tipos de rivales, ofreciendo las capacidades de una gran multinacional pero con la capilaridad y conocimiento de los mercados locales que tanto demandan, especialmente, las pymes.
Sin embargo, las economías de escala obraron su magia y Amazon Web Services, Microsoft Azure y Google Cloud acabaron (con permiso de otros actores especializados como IBM u Oracle) por dominar el mercado de la nube, en lo concerniente a sus capas de plataforma e infraestructura como servicio. ¿Dónde dejaba este paso del tiempo a las 'telco'? Muchas de ellas, como la española Telefónica, decidieron finalmente vender sus ingentes centros de datos y sellar alianzas con estos grandes del sector para reinventarse como un integrador o consultora de sus propuestas de cara al cliente final.
"Aún estamos en la infancia de la migración hacia la nube en capas como la de IaaS. Según Gartner, la penetración del cloud sobre el gasto en IT total es del 17% o del 18%. Hace un año o dos, era del 15% o 16%. Estamos en los inicios y, además, la adopción masiva va más lenta de lo que nos parece. Todos esperaríamos una adopción exponencial pero apenas tenemos dos puntos de crecimiento cada año, con una velocidad lineal", explica José María Cuellar, director global de Producto Cloud en Telefónica. "Al principio es cierto que intentamos competir o estuvimos compitiendo directamente con Amazon, pero enseguida se vio que no tenía ningún sentido; fundamentalmente por creación de ecosistema. Al fin y al cabo, una infraestructura como servicio no es más que un sistema operativo distribuido con el que puedes construir determinadas aplicaciones. El mercado da para tener dos o tres sistemas operativos, no más. Y no podemos olvidar que el recurso más escaso en la actualidad es el desarrollador que no quiere esa complejidad".
Esa es la punta del iceberg que obligó a la reconversión de los operadores de telecomunicaciones en este segmento de negocio, pero no es el único factor. Hay otro mucho más potente: la imposibilidad de competir en inversión con estos colosos de la economía norteamericana. "Son algunas de las principales compañías del mundo por capitalización bursátil, ellas pueden dedicar un CAPEX anual que ningún operador del mundo puede igualar en este mercado", reconoce Cuellar.
Ante esta tesitura, Telefónica siguió el camino de sus homólogos europeos y decidió sellar acuerdos de distribución con Microsoft, Amazon Web Services y Google, amén de otras muchas firmas. "Tenemos al 95% de los proveedores del mercado y nuestro papel consiste en aconsejar y desarrollar los planes de migración para llevar la infraestructura de nuestros clientes al cloud y luego gestionarla", detalla el directivo de la 'telco'. "El camino hacia la nube no es sencillo ni rápido. Por ejemplo, Netflix tardó seis años en mover toda su infraestructura a AWS. Y además, en las grandes empresas, hay que tener en cuenta el proceso de hibridación que es habitual debido a que no pueden migrarlo todo a la nube, ya sea por orden legal o por soberanía del dato. Ahí podemos ayudarles con proyectos de ingeniería basados en virtualización de forma efectiva".
Una panorámica con la que podríamos situar a Telefónica y sus pares en la misma liga en que operan las grandes consultoras del mercado, desde Accenture hasta Everis o Indra. En la particular y necesaria búsqueda de un valor diferencial que compense la dilatada experiencia de sus nuevos rivales, Cuellar regresa al origen propio de su compañía: las redes. "Nosotros tenemos nuestras comunicaciones pero también tenemos comunicaciones directas desde los CPD hasta los proveedores líderes que evitan salir por internet. Es una ventaja muy grande porque eliminamos problemas de latencia o de seguridad. Resolvemos el papel que juegan las comunicaciones en todo esto".
Con todo ello, José María Cuellar plantea la nube no sólo como el escenario por defecto para el despliegue de nuevas infraestructuras, sino como un posible germen para acelerar la innovación ("permite hacer ensayo y error de una manera que antes era económicamente inviable"), especialmente en lo que concierne a la futura interrelación entre el 'cloud computing' y el incipiente 'edge computing': "Creo que nadie está viendo el verdadero potencial del 'edge' en estos momentos, todas las aplicaciones futuristas que puede tener, como el coche conectado", defiende. Por lo pronto, Telefónica ya cuenta con centros de datos virtuales en el 'edge' (en Sevilla y Barcelona) y pretende facilitar esa computación en el extremo con la conversión de sus antenas y centrales locales en pequeños centros de datos que presten servicio de forma capilar al sinfín de objetos conectados que va a coexistir con nosotros en un par de años.